Escribe Pablo Busch
Las patronales reclaman una rebaja salarial del 30% para arrancar la temporada.
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Pasaron poco más de tres meses desde que Gonzalo Tanoira, empresario citrícola y líder en exportaciones del sector, respaldó el plan antiinflacionario del gobierno y aseguró que "los trabajadores están sufriendo menos que los empresarios". Tanoira propuso una rebaja de los salarios, para acompañar el plan antiinflacionario del Gobierno. Para sorpresa de quienes sonó descabellada la propuesta del ex-polista y vicepresidente del Grupo San Miguel, la misma fue tomada a rajatabla por los empresarios de la pesca de langostino, que reclaman una rebaja del 30% de los salarios de los marineros.
La temporada de captura de langostino en el mar patagónico está punto de comenzar. Solamente falta el aval del Consejo Federal Pesquero que se reunirá esta semana. Pero un profundo conflicto entre la posición de las cámaras empresarias de la pesca y los trabajadores podría impedir que se le dé inicio. Además del conflicto obrero-patronal, subyace un trasfondo de índole comercial y estratégica, donde el verdadero meollo radica en la asignación y distribución de las 200.000 toneladas de langostino, cuya cuotificación ya se perfila como un punto neurálgico de fricción además de la lucha por quien se queda con la mayor porción del mercado.
Las patronales de la Pesca han presentado una propuesta paritaria que fue calificada por los marineros como “un chiste de Landriscina”: 1% de aumento del básico por mes. Por este motivo, el SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos) declaró una huelga, pero el Gobierno decretó la conciliación obligatoria. Pero ese no es el fondo del conflicto. Las patronales han presentado una “innovadora” propuesta paritaria: una reducción del 30% del premio de producción que perciben los marineros. Los trabajadores perciben, actualmente, tres centavos y medio de dólar por kilo de langostino, lo que equivale a aproximadamente 35 dólares por tonelada. En un barco de 100 toneladas se producen US$ 600.000 y el marinero por 100 toneladas cobra US$ 3.500.
El pasado 7 de mayo, “los dueños y CEOs de empresas con buques congeladores se reunieron en Barcelona, en el marco de la Seafood Expo, aprovechando la presencia de los inversores extranjeros para definir una postura única ante los gremios marítimos. Se decidió que la baja del 30% en los valores de producción sería un punto innegociable y que esta semana se haría una presentación en la Secretaría de Trabajo para conformar una mesa de discusión sobre la modificación al Convenio Colectivo de Trabajo que implica esta rebaja”. Las patronales reclaman a la vez al Gobierno una reducción del 6% en las retenciones a la exportación de langostino.
Los trabajadores marítimos han ejercido una presión para que la conducción del SOMU, repudiada en casi todos los puertos del país, no acepte la reducción salarial. Especialmente en Puerto Madryn, principal puerto de procesamiento de langostinos, hubo movilizaciones de trabajadores y fuertes cuestionamientos a Raúl Durdos, secretario general del sindicato. Durdos viene realizando una recorrida por los puertos pesqueros conversando con trabajadores, pero en Puerto Madryn no se hizo presente.
El SOMU no ha planteado un plan de lucha contra la reducción salarial, sino una defensa del aparato de la burocracia como último eslabón de protección de los trabajadores: “Si nos sacan a nosotros, van por los derechos de todos. La única herramienta que tienen los trabajadores para defenderse es el sindicato”, afirmó, y recordó que en la conducción del gremio “todos fuimos marineros”– reconociendo que eso es cosa del pasado.
La conflictividad obrera en el sector de la pesca va in crescendo: en abril pasado, tripulantes del buque Tai An (que se hizo famoso por la captura de merluza negra sin autorización) paralizaron sus tareas en Ushuaia denunciando graves incumplimientos por parte de la empresa Prodesur SA: sueldos atrasados, falta de aportes y sin cobertura médica. En las plantas procesadoras de pescado de Puerto Madryn los despidos están a la orden del día.
Planteadas, así las cosas, la orden de inicio de la temporada de pesca del langostino que dará el Consejo Federal Pesquero no significa que los barcos saldrán de los puertos.