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La Humanidad entera se encuentra conmovida por la matanza indiscriminada de palestinos en Gaza –casi cien mil hombres, mujeres, niños y bebés, incluidos aquellos que yacen bajo los escombros.
Las autoridades del Estado de Israel han sido oficialmente condenadas por la Corte Penal Internacional como “criminales de guerra”. En la Cisjordania ocupada ocurre algo similar, con un propósito común: despojar al pueblo palestino de su territorio, propiedades, cultivos, viviendas y terrenos. Los bombardeos contra hospitales y escuelas, acompañados de hambrunas planificadas, vienen acompañados por torturas y ejecuciones sumarias.
La conciencia judía mundial se encuentra estremecida frente al espectáculo de un genocidio, una limpieza étnica y una “solución concluyente”, que remueve sus entrañas más profundas. Las personalidades judías más renombradas se han pronunciado contra este crimen de crímenes; decenas de miles de esta comunidad participan sin respiro de las manifestaciones de protesta de todo el mundo.
No se trata, sin embargo, de un episodio trágico local. Es un experimento de matanza colectiva que alcanza a todos los pueblos del mundo que se rebelen contra la opresión nacional y social, o que simplemente se interpongan a los imperialismos de turno en el marco de una guerra que es definitivamente mundial. El genocidio armenio en la primera guerra imperialista mundial fue seguido por el genocidio “final’ contra el pueblo judío en la segunda guerra imperialista, y está precedido ahora por la limpieza étnica en Palestina –el anuncio de una calamidad internacional inminente.
La demorada reacción diplomática de las grandes potencias no debería engañar a nadie. Los Estados imperialistas han sido los mayores financistas de este genocidio. Ninguno de ellos ha dejado de asistir al Estado de Israel, mientras sus voceros se empeñan en protestar por lo que ocurre, con el propósito fundamental de engañar a su propia opinión pública, a la cual persiguen bajo el anatema del “antisemitismo”. Como lo han demostrado en estos días los mayores estudiosos del Holocausto, los gabinetes y ministerios de los gobiernos imperialistas alojan una mayoría de antisemitas asumidos, que utilizan al sionismo para sus propios intereses. Donald Trump ha reafirmado su intención de convertir a Gaza en una Riviera frente al Mediterráneo o en un Puerto Madero mileísta frente al Río de la Plata.
Argentina está gobernada por socios declarados del Estado genocida. Por un gobierno que quiere reponer el ‘orden’ establecido por la última dictadura militar. Acallar la indignación del pueblo de este país y contener el afán de salir a manifestar la protesta, equivale a una capitulación ante el fascismo –corrompe la memoria por los 30 mil desaparecidos. Hugo Alconada Mon, periodista investigador del diario La Nación, ha documentado que la SIDE del liberticismo es una cueva del Mossad y de la CIA. De acuerdo al diario israelí Haaretz, vocero del sionismo liberal, Netanyahu acaba de designar a la cabeza del Mossad a un personaje partidario de no dejar en pie personas ni estructuras a lo largo y ancho la Franja de Gaza. No intervenir contra este genocidio constituye un entierro concluyente del “Nunca Más”.
Los opositores nativos al gobierno de la motosierra social no han abierto la boca en un año y medio, salvo para condenar “el terrorismo de Hamás”. Al frente de este silencio ensordecedor e incluso de esta aprobación de los crímenes humanitarios contra el pueblo palestino, se ha colocado el kirchnerismo. Ninguno de sus dos jefes, Cristina Fernández y Axel Kicillof, prolíficos para condenar la ‘economía bimonetaria’, han encontrado la oportunidad para condenar una ‘guerra’ capaz de mutilar a un matrimonio de médicos gazatíes de nueve de sus diez hijos en un solo bombardeo.
Es la hora de que las organizaciones de DDHH -Madres y Abuelas- retomen el liderazgo de Azucena Villaflor, Hebe de Bonafini, de Nora Cortiñas y Catalina Guagnini, frente a la dictadura militar. Tienen la autoridad para llevar a la calle a millones de argentinos – de La Quiaca a Tierra del Fuego. La causa de los derechos humanos volvería a cobrar su carácter revolucionario. Argentina volvería a la primera plana del mundo por una lucha contra los masacradores en uno de sus nidos –los socios liberticidas de Netanyahu. En la primera fila de la marcha podrían estar acompañadas por luchadores palestinos en nuestro país y por quienes no quieren que una camarilla de criminales y el imperialismo mundial manchen de forma irrevocable la historia de un pueblo que ha aportado figuras y luchas extraordinarias al movimiento obrero mundial y a la Humanidad.
Buenos Aireas, 29 de Mayo de 2025, en el 56° aniversario del Cordobazo.
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