Jujuy: tres femicidios en 20 días, puebladas y represión estatal

Escribe Andy Rua

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Una seguidilla escandalosa de femicidios nuevamente golpea a la provincia. En 20 días de este trágico mes de mayo fueron asesinadas brutalmente tres jujeñas en manos de sus parejas o ex parejas.

En los primeros cinco días del mes, el cuerpo de Angelina Gonzales de 15 años fue encontrado en las cercanías de un río de la localidad de Pampa Blanca. Fue estrangulada por su ex pareja, un joven de apellido Ochoa de 25 años quien luego del crimen intentó quitarse la vida. Angelina era la menor de ocho hermanos, su papá es un trabajador rural y su mamá vende ropa usada. Iba a tercer año del secundario y desde los cinco años practicaba danzas, habilidad artística que la caracterizaba. El femicida Ochoa venía acosando a Angie en reiteradas ocasiones tras la ruptura de su relación.

El pasado domingo 11 de mayo, día en que se realizaban las elecciones provinciales, Paola Vargas de 37 años madre de un adolescente de 17 y un niño de 7 años, fue brutalmente asesinada a golpes y puñaladas por su ex pareja Sergio Tejerina. El hecho aberrante surgió a raíz de que el femicida aparentemente alcoholizado, se presentó en el domicilio de la víctima en el barrio 47 Hectáreas de Alto Comedero y agredió a golpes al hijo mayor de Paola. Paola intentó defender a su hijo fue atacada por Tejerina quien la golpeó, amenazó hacer explotar una garrafa y finalmente la apuñaló. Los menores presenciaron los hechos. El más pequeño de sus hijos fue quien pidió ayuda a los vecinos y alertó lo que había sucedido. Al llegar al domicilio las fuerzas de seguridad y bomberos, Tejerina de atrincheró en el domicilio y se autoinfringió un corte en el cuello quitándose la vida. Vecinos de la víctima informaron que en reiteradas oportunidades el agresor se presentaba en la casa de Paola y la agredía brutalmente.

Como si fuera poco a días de estos dos femicidios, el pasado sábado 24 de mayo -día en que se realizaban las celebraciones patronales en la Localidad de Fraile Pintado- familiares, vecinos y amigos de Tamara Fierro de 29 años alertaron su desaparición y ante la demora del accionar policial, comenzaron a realizar rastrillajes y buscar información. Por datos conseguidos por los propios familiares de Tamara, esta habría sido vista por última vez ingresando al domicilio de Diego Castro quien tendría una relación con la víctima y tiene antecedentes de violencia de género y delitos relacionados con estupefacientes. Luego de intensas búsquedas, se hallaron restos óseos calcinados en un descampado cercano al domicilio de Castro, a la vez que vecinos aportaron material de cámaras de seguridad donde se visualiza a dos personas sacando un bulto en una carretilla. A raíz de estos hechos la comunidad de Fraile Pintado realizó una pueblada masiva en pedido de justicia y por si fuera poco fueron reprimidos por la policía local con gases y balas de goma. Este último caso no se trata de un femicidio aislado, se evidencia un escenario de redes de complicidad y asociaciones ilícitas vinculados al narcotráfico y la trata de personas.

El Estado es responsable

Las autoridades locales y provinciales brillaron por su inoperancia y desidia en todos los casos. Los presupuestos de los escasos programas destinados a prevenir y erradicar la violencia de género son visiblemente insuficientes y reflejan la saña de un Estado femicida que descarga toda su barbarie a los sectores más empobrecidos mientras encubre a femicidas y delincuentes, muchas veces con vínculos con el poder.

Sin la movilización de las familias y vecinos estos casos pasaban inadvertidos.

Este cuadro amenaza con agravarse por la intención del gobierno liberticida de Milei y su intención de eliminar la figura del femicidio como agravante de un homicidio cometido con saña contra una mujer. Esto fue dicho por el propio Ministro de Justicia Nacional, Cuneo Libarona.

No podemos separar el agravamiento de la violencia contra la mujer del discurso de odio vertido por Milei y sus secuaces en las redes y medios de comunicación, como toda la batería de ataques contra la mujer y el desguace de las instituciones que fueron conseguidas con la movilización popular.

Jujuy tiene historia en ocupar los primeros lugares en violencia de género en los últimos años, se trata de una provincia que se encuentra en “emergencia” y tiene un combo de leyes que son letra muerta que solo sirven para apagar la movilización popular. A diez años del primer Ni Una Menos, el Estado se las ingenió en cooptar a organizaciones de mujeres y familiares sin bajar la vara de la violencia reforzándose hacia dentro y desarticulando al movimiento de mujeres que hoy se encuentra herido y aparateado por organizaciones afines al mismo.

Sin embargo, lo que se demuestra una y otra vez, es que la movilización independiente es la única manera de enfrentar la barbarie social. Este próximo 3 de Junio llenemos todas las plazas de la provincia y el país.

Justicia por Angie, Paola, Tamara y todas las víctimas.

Ni Una Menos. El Estado es responsable.

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