Guerra en Ucrania: entre la escalada y la resistencia popular

Escribe Camilo Márquez - Partido de los Trabajadores (Uruguay)

El rearme de la Unión Europea y las bases militares en el Báltico.

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La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, anunció el 29 de mayo que la delegación de Rusia a la discusión bilateral que se reunirá en Estambul el 2 de junio será la "misma" que en las conversaciones anteriores celebradas el 15 y 16 de mayo. Rusia envió una delegación de bajo nivel encabezada por el asistente presidencial Vladimir Medinsky. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, reiteró que las causas fundamentales de la guerra en Ucrania son la expansión hacia el este de la OTAN tras el colapso de la Unión Soviética en 1991 y la discriminación del gobierno ucraniano contra los rusoparlantes. Moscú dice estar dispuesto a presentar su "memorando" de paz a Kiev.

La propuesta rusa deja fuera cualquier viaje de Vladimir Putin a Turquía, es decir, un encuentro directo con Zelensky. Antes, el Kremlin había la propuesta del presidente ucraniano de una reunión trilateral con Donald Trump y Putin.

Putin demanda para poner fin a la guerra que los líderes occidentales se comprometan por escrito a detener la ampliación de la OTAN hacia el este y levantar una parte de las sanciones a Rusia, según tres fuentes rusas con conocimiento de las negociaciones, informa Reuters (28/5).

Tras una conversación con Trump durante más de dos horas, la segunda que se tenga conocimiento desde la llegada de Trump al poder, Putin admitió que había acordado presentar un memorando que fije los lineamientos de un acuerdo de paz, incluyendo el plazo para un alto el fuego. A renglón seguido, se afirma que actualmente Rusia está redactando su propia versión del memorado, aunque no podía estimar cuánto tiempo tomaría. Esto suscitó la protesta de Kiev y aliados de que Rusia solo busca ganar tiempo para continuar su avance en el frente, una confesión involuntaria del progreso ruso sobre el terreno. Las "tres fuentes rusas" con un supuesto oído en el Kremlin dijeron a Reuters que el plan de Putin incluye la demanda de que las potencias occidentales se comprometan no se expandirá más hacia el este, por ejemplo, a Georgia y Moldavia.

Lejos de un acercamiento, sin embargo, ocurre lo contrario: el canciller de Alemania, Friedrich Merz, anunció que levantaría las restricciones para la provisión de armas de largo alcance para Ucrania. “En una entrevista separada el miércoles, Merz dijo que las entregas de misiles Taurus alemanes, que tienen un alcance de 500 kilómetros y potencialmente podrían llegar a Moscú, a Kiev están "dentro del ámbito de lo posible" (RT 30/5). El ex Canciller Olaf Scholz se había mostrado reacio a suministrar los misiles Taurus por temor a una escalada. Joe Biden había levantado las restricciones a los ataques de largo alcance a finales de 2024. Poco después, el Reino Unido y Francia hicieron otro tanto. Desde entonces, el ejército ruso ha repelido varios ataques de misiles ATACMS (suministrados por Estados Unidos) y Storm Shadow (británicos) contra su territorio.

Moscú respondió que la provisión de misiles de largo alcance convierte a Berlín en un objetivo de guerra de parte de Rusia. El secretario de Seguridad ruso, Sergei Shoigu dijo a RT “Hay muchas declaraciones. Todas son diferentes. Primero dicen que lo levantaron, luego dicen que no. Luego dicen que lo hicieron hace mucho tiempo... Entonces, ¿lo levantaron o no? — y añadió: —También podemos levantar las limitaciones en algunas cosas. No me extenderé en esto, pero tenemos nuestras propias restricciones que podemos eliminar como respuesta.” Muchos interpretaron esto como una forma de aludir al Oreshnik, el misil experimental hipersónico que Rusia lanzó contra Dnipro, en el este de Ucrania, en noviembre pasado como respuesta a los ataques contra su territorio con misiles ATACMS.

Las de Estambul fueron las primeras conversaciones directas entre las partes desde la primavera de 2022. Ucrania no está dispuesta a ceder el territorio perdido, esto como parte de la estrategia de la Unión Europea, y en especial de Alemania. En consecuencia, un alto el fuego en Ucrania aparece algo más que lejano. A finales de 2023, el ejército ruso controlaba 100 mil kilómetros, algo menos del 20 por ciento de Ucrania A mayo de 2025 esa cifra varió ligeramente a favor de Rusia.

Ucrania cuenta ahora con casi 900 mil hombres y mujeres en armas, el triple que en tiempos de paz. El gasto en defensa se ha multiplicado por diez desde 2021. La situación despertó las advertencias de distintos observadores, señalando que ninguna suba de impuestos ni ninguna donación occidental podría llenar el enorme agujero en las finanzas durante un período sostenido sin consecuencias políticas. El déficit presupuestario de Ucrania en 2025 asciende a unos 41.500 millones de dólares. Según el Centro Wilson, el 50% de la población vive en la pobreza.

Buena parte de las voces que en Europa se alzan para que Ucrania se siente a negociar un proceso de paz, está relacionado con la incapacidad de Reino Unido y la UE para seguir financiando la asistencia militar. Ucrania está pidiendo dinero para seguir la guerra en 2026.

La crisis abierta entre Gran Bretaña, Francia y Alemania, de un lado, y EE.UU. del otro es expresiva. Trump ha abandonado la expectativa de forzar una capitulación del Kremlin y ha declarado que Ucrania debe entregar Crimea y los territorios ocupados a Rusia. Esta salida se ve saboteada por dos circunstancias. Una es la oposición de la UE y en especial de Alemania, la otra es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania que reclama Putin – un cambio de régimen político. Un acuerdo para explotar los territorios de minerales raros, como el que Trump firmó con Zelensky y está dispuesto a hacerlo con Rusia, está lejos de la posibilidad de cimentar una tregua y un acercamiento, aunque los planteos en choque sean posturas extremas en el marco de una negociación.

Con el campo de batalla inclinado hacia Rusia, Ucrania se encuentra en una situación comprometida. Sus aliados, en especial Alemania, han fortalecido su presencia militar en los países del Báltico, incluida Finlandia y eventualmente Suecia. En Estados Unidos crece la oposición a lo que se denomina un “apaciguamiento” de parte de Trump. Es cierto, sin embargo, que una escalada de esta guerra, afectaría definitivamente la ofensiva ‘comercial’ o ‘arancelaria’ de Trump contra la UE, Canadá, China e incluso Japón, que es en realidad un enorme intento de cambiar sus regímenes económicos. En el Medio Oriente, pondría fin a la posibilidad de un acuerdo con Irán – sobre su programa nuclear. Rusia tiene espaldas aun para enfrentar una escalada. La industria de defensa rusa supera actualmente la producción de las fábricas estadounidenses y europeas en áreas críticas. Ensambla proyectiles de artillería y misiles de ataque a un ritmo mayor que el de su contraparte, y puede producir misiles de defensa aérea – de ahí, el proyecto de rearme europeo.

Existe en Ucrania una deliberación encendida con eje en el servicio militar y la creciente resistencia de la población contra las TCC, las patrullas de reclutamiento, “El trabajo más impopular de Ucrania”, según El País de Madrid. Este problema tiene consecuencias políticas y hasta electorales. El servicio militar obligatorio fue rebajado de los 27 a los 25 años para todos los hombres. Por debajo de esa edad es voluntario, pero la necesidad de cubrir las bajas está planteando la necesidad de bajar aún más la edad de movilización. Mandos militares y aliados vienen presionando a Zelensky para que acceda a tales demandas. Las autoridades reconocen que hay cada vez más choques entre el personal del TCC y civiles durante los intentos por conducirlos a los centros de captación.

El asunto cobró tal magnitud que medios y politólogos advirtieron sobre el peligro de provocar una sublevación contra la movilización forzada, que a menudo toma la forma de secuestros de hombres en edad de reclutamiento en las mismas calles y su traslado en autobuses – la “busificación”, que asimila a Zelensky con Putin. El gobierno mismo replica que “la busificación es una IPSO rusa”, un término militar que denomina las operaciones de información masivas para influenciar en la opinión pública y corromper o interrumpir la habilidad de comunicar decisiones de los adversarios. Algunos proponen combatir su difusión prohibiendo Telegram y TikTok. Muchos afirman que el actual modelo de reclutamiento se ha agotado, y que aumentar las medidas coercitivas sólo empeora la situación: "Pero la paciencia de la gente parece estar al límite. Cuanto más avanzamos, más probable es que se produzcan disturbios tanto espontáneos como organizados. Y las acciones de intimidación no conducirán al resultado deseado por las autoridades en cuanto a aumentar la movilización" (Stranatoday 28/5).

La lentitud del avance militar ruso es interpretada repetidamente como una señal de que Ucrania puede mantener este impasse con un flujo sostenido de apoyo de parte de sus aliados. Un medió especializado advierte que (…) “medir la suerte de Ucrania siguiendo el progreso de Rusia en el mapa es engañoso. En una guerra de desgaste, el progreso no se mide por los avances en el campo de batalla, sino por la cantidad de tropas bien entrenadas y equipadas que cada bando puede desplegar” (responsiblestatecraft). No solamente esto, sino, lo que es fundamental, se mide por la resistencia del pueblo a sostener una guerra imperialista – ajena a sus intereses y a la vida misma.

La guerra solo puede terminar como consecuencia del derrumbe político del conjunto de los bloques imperialistas y opresores en disputa, combinado con una acción histórica de la clase obrera contra todos y cada uno de ellos.

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