Escribe Joaquín Antúnez
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Una serie de redadas llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE, por sus siglas en inglés), en las cuales más de 118 personas resultaron detenidas, ocasionaron una reacción popular contra los ataques fascistas del gobierno de Donald Trump contra los migrantes.
El distrito de Crompton, en las afueras de la ciudad de Los Ángeles, uno de los que presenta las mayores tasas de habla no inglesa en el hogar, ha sido el epicentro de las protestas que se trasladaron hasta el centro, en el conocido Distrito de la Moda. Las movilizaciones que comenzaron con decenas de manifestantes han crecido en intensidad como respuesta a la violencia policial de California, así como a la decisión unilateral de Trump de enviar 2.000 guardias nacionales al territorio. Esto lo ha hecho invocando el título 10, que le permite llamar a la Guardia Nacional para repeler una invasión, reprimir una rebelión o ejecutar leyes. En la orden publicada autoriza y ordena a los secretarios de Defensa y Seguridad Nacional y al fiscal general a una movilización inmediata y que se realice en todos los edificios federales que están sufriendo protestas, o que puedan potencialmente sufrirlas. El resultado ha sido una militarización de todo el centro de la ciudad de Los Ángeles, que ha sido declarada “punto de no reunión” por la policía local. Los enfrentamientos entre la Guardia Nacional y los manifestantes han sido extremadamente explosivos, principalmente, en la tarde-noche del domingo. Las tres jornadas de protestas, que han ido creciendo en número y tenacidad de movilización, exigen la liberación de todos los migrantes detenidos, la expulsión de la Guardia Nacional y el cese de las redadas del ICE en California.
Las redadas del ICE se han extendido en todo el país, muchas de ellas se han realizado a la salida de sedes judiciales, lo que es visto como un claro abuso de poder en relación a que esas personas son citadas por distintos jueces para regularizar su situación legal. Una jueza de Wisconsin, Hannah Dugan, fue detenida por el FBI tras impedir que se realice una detención en su tribunal, lo que ha sido leído como un ataque a la inmunidad legal de los jueces.
Las redadas del ICE, una agencia federal, no requieren ser acompañadas por las autoridades de cada Estado. En California, gobernada por los demócratas, estas se realizan sin la ayuda de las fuerzas provinciales y con críticas públicas del gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. Bass había llegado a publicar en sus redes sociales que no permitiría nuevamente una redada masiva del ICE, ya que tales acciones “generarán mayores movilizaciones y más violencia en las calles”. El gobernador Newsom viene protagonizando diversos cruces con Trump desde comienzos de su segunda gestión, como resultado de los incendios de comienzos de año. Según los demócratas, las movilizaciones son funcionales al trumpismo. Newsom dijo claramente “protesten pacíficamente, Trump busca un show. No se lo den” (La Nación, 09/06).
El director del FBI ha anunciado este lunes por la mañana que no necesita “permiso de nadie para hacer cumplir la Constitución”. Las tropas del ICE circulan sin identificación a la vista y con sus caras tapadas.
Las amenazas de Trump y toda su tropilla fascista no han logrado quebrar las movilizaciones, que han continuado este lunes 9 con una agenda que busca derrotar el estado de sitio y la militarización impuesta en los principales sitios de la ciudad de Los Ángeles. Se esperan nuevas movilizaciones, actos y piquetes exigiendo la libertad de los detenidos y el retiro de las guardias nacionales. La juventud universitaria está teniendo un lugar destacado en esta lucha, junto a los pobladores de los barrios de migrantes latinos; es una constante observar la bandera mexicana y otras en los piquetes y enfrentamientos con la policía.
La burocracia de los sindicatos, ligada a los demócratas, no ha dado ninguna lucha ni se ha sumado a las movilizaciones, a pesar de que uno de los principales detenidos sea David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés), tras querer impedir el ingreso abrupto de los oficiales del ICE a lugares de trabajo para ejecutar detenciones.
Esta reacción popular ha expuesto nuevamente, como en las grandes movilizaciones y la rebelión popular que siguió al asesinato de George Floyd en 2020, el enfrentamiento de clases que atraviesa a los Estados Unidos y el objetivo estratégico reaccionario del trumpismo sobre las condiciones de vida de los trabajadores en general, aunque haya comenzado por los migrantes. La respuesta iracunda de la administración Trump contra las manifestaciones en California demuestra este choque irreconciliable de intereses y el temor a que se extienda rápidamente de oeste a este del país. Pesa en la conciencia del magnate el recuerdo de su guardia personal llevándolo al refugio de la Casa Blanca ante la irrupción de las masas.
Redadas, estallido social y militarización Trump recurre a la ley marcial. Por Rafael Fernández, 09/06/2025.