Escribe Violeta Gil
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El Ministro de Gobierno, DD.HH. y Trabajo de Gustavo Sáenz, Ricardo Villada, encabezó un acto junto al Jefe de Gabinete de la Ciudad de Salta, Juan Manuel Chalabe, en el que -acompañados por el presidente de la DAIA, Mauro Berenstein- inauguraron un monolito en el Museo de la Ciudad. El acto tenía el propósito de “conmemorar la lucha contra el terrorismo en todas sus formas y el reclamo por los secuestrados por Hamas el 7 de octubre de 2023”. La única publicación oficial del gobierno figura en una página de Facebook del Ministerio de Gobierno, DD.HH. y Justicia, con un descargo en el que rescatan el mensaje del Ministro. Villada hizo referencia al compromiso “del pueblo salteño con la paz, la justicia y los derechos humanos". El monolito además tiene inscripta una leyenda en hebreo y su traducción al castellano: “Devuélvanlos a casa YA”.
El intendente Emiliano Durand, organizador del evento, y el gobernador de la provincia, no estuvieron presentes. Eso no oculta de forma vergonzante su compromiso con el encubrimiento de la masacre que está llevando adelante el gobierno sionista de Benjamín Netanyahu contra el pueblo de Palestina en la Franja de Gaza y contra el territorio de Cisjordania ocupada por colonos e israelíes.
En su discurso, el ministro de Sáenz omitió que el primer ministro de Israel tiene un pedido de captura internacional por los crímenes de guerra que está cometiendo contra palestinos. El gobierno de la Provincia y de la Ciudad no incluyeron en su preocupación por la “paz y la justicia” los bombardeos continuos del segundo ejército más poderoso del mundo, contra la población de Gaza, sin ejército.
Sáenz firmó su compromiso con el imperialismo y los gobiernos de la guerra hace tiempo, cuando entregó la frontera norte al gobierno yanqui. En diciembre de 2024, Sáenz, junto a Patricia Bullrich, anunciaron la instalación en Aguas Blancas -frontera con Bolivia- de la Prefectura Naval en el llamado Plan Güemes. En febrero inauguraron un sistema de reconocimiento facial bajo la órbita y el control de la Secretaría de Seguridad de los Estados Unidos. Sáenz entregó el control de la frontera al gobierno de Donald Trump que impulsa una política fascista contra los extranjeros.
La continuidad de esta política es el Plan Roca: la militarización de la región, con la instalación del Ejército con potestad de detener arbitrariamente a civiles. Mientras el gobierno justifica esta política represiva en nombre de combatir el narcotráfico, en seis meses no han desmantelado ni una sola red narco. Lo único que crece es una política reaccionaria contra los ciudadanos bolivianos.
Al igual que Milei, Sáenz prepara un golpe de Estado económico y político aún más violento contra la clase obrera. Para llevarlo adelante necesita regimentar la vida de los trabajadores y quebrar sus posibilidades de organización y de lucha. Orán y San Martín cuentan con una vasta tradición de lucha contra los gobiernos del hambre y la desocupación.
En la Capital, el Intendente hace lo propio, con razzias y persecución contra trabajadores ambulantes y personas en situación de calle, en favor del negocio inmobiliario, gastronómico y turístico. Durand desplaza a cientos de trabajadores a las peores zonas de la ciudad, sin servicios básicos.
Sáenz y Durand se enlistan en la guerra del imperialismo norteamericano que apoya a Israel, el genocidio y limpieza étnica contra todo el territorio de Medio Oriente. Siguen el libreto del liberticida Milei.
Lejos, muy lejos de ese encubrimiento, en Salta se está desarrollando un movimiento de denuncia cada vez mayor contra la guerra y la impunidad con la que el sionismo pretende seguir operando con la complicidad de los gobiernos en todo el mundo. Diversos artistas ya han realizado una actividad pública en la ciudad de Salta y prevén una jornada cultural el próximo 15 de julio. Es una tribuna de organización y denuncia contra la guerra.
Desde Política Obrera reivindicamos estas expresiones del arte y la cultura en solidaridad con el pueblo de Palestina. En el país del "Nunca Más" llamamos a los salteños y salteñas, sus organizaciones y al conjunto de los trabajadores,a desarrollar una batalla definitiva para terminar con los gobiernos que apoyan y financian la guerra, para arrastrar a los trabajadores a la barbarie en favor de los intereses económicos de un sistema social en decadencia, como es el capitalismo.