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El 8 de noviembre, Arce y el vicepresidente electo David Choquehuanca asumirán sus funciones tras la victoria del MAS con el 55,1% de los votos. Con mayoría en ambas cámaras, el MAS tomó la decisión de modificar los reglamentos de la Asamblea Legislativa Plurinacional y el principio de la mayoría dos tercios para modificar determinados temas. Según el cambio, decidido por los parlamentarios salientes, la Asamblea podrá aprobar con mayoría simple el ascenso de cargos militares y policiales, la designación de embajadores, la creación de comisiones especiales de investigación, remitir impugnaciones contra senadores o modificar el Orden del Día. El MAS logró la mayoría parlamentaria en los recientes comicios, pero no pudo revalidar los dos tercios que ostentó en los dos últimos períodos.
El Senado cuenta con 36 bancas, cuatro por departamento. Los diputados son 130, 63 son uninominales, 60 plurinominales y siete corresponden a las naciones indígenas. Para alcanzar los dos tercios en el Senado se necesitan 24 representantes, el MAS logró sólo 21. Para Diputados, es necesario 86 y el MAS logró 73.
Este cambio parlamentario ha provocado protestas en Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz - se lo denunció como un “fraude” y se reclamó que Añez se mantenga en el poder.
El ejecutivo de la Central Obrera de Bolivia (COB) declaró el “estado de emergencia” y duelo por 30 días, tras la muerte del dirigente y líder de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), Orlando Gutiérrez producida por un atentado. La Federación declaró un paro nacional. Gutiérrez había formado parte de los cortes y la huelga general que depusieron los intentos prorroguistas de Añez.
Huarachi, Secretario de la COB, dijo que él mismo es víctima de “persecución judicial y amedrentamiento” de parte del Gobierno de Áñez, que ha planteado en su contra media docena de juicios penales por liderar protestas en el último año.
Decenas de pronunciamientos sindicales ubican la responsabilidad en el gobierno saliente en el atentado sufrido por Gutiérrez.
Las organizaciones fascistas, como los Comités Cívicos de Cochabamba, anunciaron que solicitarían la nulidad de las elecciones a pesar del conteo oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Los grupos fascistas se movilizaron hacia la estación de policía de la ciudad para pedir un segundo golpe. En La Paz, un centenar de personas rechazó también la elección que marca el retorno al poder del MAS.
“¡Anulación, anulación, anulación!”, gritaban centenares de personas reunidas en la ciudad de Santa Cruz, centro neurálgico de un sector de la derecha fascista y secesionista, luego de que el TSE anunciara la victoria. Estas escenas se repitieron con bloqueos de calles en los últimos días, que en algunos casos, se tratan sólo de barricadas hechas con pilas de tierra y arena. El sábado, la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) atacó con piedras y fuegos artificiales a personas que querían evitar los bloqueos.
Mientras tanto, Evo Morales dijo que no asistirá el 8 a la asunción, sino que volverá el 11, y frente a la pregunta de la composición del nuevo gobierno dijo: “Hay que hacer una combinación. Clase media, movimientos sociales y regiones”.