Escribe Cecilia Lorusso
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Este martes 28, delegaciones del Frente de Lucha Contra el Hambre y la Pandemia, que integra la Tendencia del Polo Obrero junto a otras organizaciones sociales, movilizamos ante las oficinas de Desarrollo Social en 23 provincias del país reclamando medidas urgentes en defensa de la salud, la alimentación y el trabajo. El gobierno pretendía celebrar la audiencia, solicitada el 10 de abril, sólo con una de las organizaciones firmantes. El Frente rechazó esa propuesta, y logró que se recibiera a todos los integrantes del frente.
En la reunión de las oficinas de Desarrollo Social de Nación, en CABA, planteamos la crítica situación que vive el 40% de la clase obrera argentina, a la que se le niega un trabajo fijo y en blanco, y que ante la pandemia depende de una asistencia que no llega. El Ingreso Familiar de Emergencia dejó afuera a 5 millones de personas, de 12 millones inscriptas. El subsidio correspondiente al mes de abril terminará de pagarse en junio, y la nueva inscripción anunciada para el día 22 no se hizo efectiva. El gobierno escatima y dilata un pago de $10.000 (menos de una cuarta parte del valor de la canasta básica del INDEC) mientras se disponen a pagar a los bonistas y al FMI.
Los funcionarios que recibieron a la delegación aseguraron que entregarán los alimentos adeudados en la semana y que la siguiente entrega será en 20 días. También se comprometieron a dar una respuesta a los reclamos de aumento y nuevos puntos de entrega, como Posadas, Mendoza, Mar del Plata, Catamarca, San Juan y Colonia Santa Rosa. La entrega de mercadería se había paralizado tras el escándalo de los sobreprecios y la renuncia de todos los funcionarios del área. En vez de intervenir a las empresas que especulan con productos básicos en medio de una emergencia, el Estado canceló la licitación, demorándola tres semanas. En CABA no se reciben alimentos desde febrero.
Ante los inconvenientes que manifestó el gobierno para la compra de alimentos, la Tendencia planteó que se reemplace por una tarjeta alimentaria universal para que cada familia pueda adquirir lo que necesita y realizar la cuarentena en su casa. Los funcionarios respondieron que la tarjeta alimentaria continuará restringida sólo a los beneficiarios de la Asignación Universal con hijos menores a 6 años (recién el mes próximo se depositará en todo el país). Con relación al reclamo sobre el aumento del monto de los planes sociales -actualmente de $8.500- y la apertura de nuevos cupos, se comprometió una reunión la semana próxima con los funcionarios del área.
Fernández dice que, en las villas y asentamientos, “la casa es el barrio”. Admite así que no garantizará los alimentos, artículos de higiene y de limpieza, que las familias necesitan para poder quedarse en casa (ni casas para quienes viven en hacinamiento). La “cuarentena comunitaria” no es una cuarentena real: el virus ya ha llegado a la villa 1-11-14 (donde se cobró al menos una víctima fatal), la 20, la 31 y otros barrios del país. La circulación de quienes buscan una vacante en comedores colapsados, y las filas para retirar la vianda al mediodía y a la noche, dejan a esos vecinos expuestos al contagio. Frente al hambre que empuja a salir de casa, surgen cada día nuevas ollas populares y crecen los reclamos de los comedores.
Los gobiernos locales distribuyen asistencia a cuentagotas, a través de los punteros que la administran a discreción, o estableciendo criterios de necesidad para seleccionar las situaciones más desesperantes: problemas graves de salud, adultos mayores o personas con discapacidad, que pagan alquiler y no cuenten con pensión ni ningún ingreso. Dejan sin nada a otras que, a pesar de no tener todos estos problemas, tampoco pueden trabajar y se encuentran pasando necesidades apremiantes. En Hurlingham este mes el municipio no entregó la leche a los merenderos.
La Jornada tuvo, además, otros resultados en algunos puntos del interior del país, donde los gobiernos locales recibieron los petitorios que se presentaron y comprometieron una respuesta, como en Mar del Plata y Tucumán. En Mendoza (donde se ha organizado una nueva regional de la Tendencia) los compañeros recibieron el llamado de los funcionarios para coordinar la entregar de mercadería.
A 40 días de iniciada la cuarentena, se ha logrado poner un límite al intento del gobierno de desconocer a las organizaciones independientes del estado, aprovechando la dificultad para la movilización. La crisis sanitaria está lejos de resolverse, y la económica se ha profundizado a niveles históricos. En los barrios se debate cómo enfrentar a ambas. La clase obrera no atravesará esta crisis sin luchas. Tenemos la tarea de reagruparnos con los vecinos y organizaciones independientes del gobierno, para conformar comités barriales que las organicen.