Escribe Pablo Busch
Tiempo de lectura: 2 minutos
Los sindicatos aceiteros de Rosario y del Cordón de San Lorenzo llevan adelante una huelga con piquetes en respuesta a la represión del gobierno nacional a los trabajadores de la empresa Explora, ubicada en la localidad de General San Martin. Esto, cuando está vigente una conciliación obligatoria. A últimas horas de la noche, la Federación Aceitera anunció el levantamiento de la huelga a partir de la convocatoria a una reunión con la cámara patronal (CIARA) para el lunes 17.
La situación de la paritaria aceitera no escapa a la norma general: las patronales no han hecho todavía ninguna oferta satisfactoria, cuando el convenio está vencido desde hace dos meses. Dánica y Vicentín se encuentran con atrasos en los pagos o directamente cierres. El bono anual, establecido por convenio, no fue pagado en varias empresas. Es lo que ocurre también en Fate y Georgalos (ex Stani).
Explora SA, una empresa argentina controlada por el grupo Endriven, produce y comercializa biodiesel y glicerina cruda. Los obreros no han cobrado el “bono gratificación anual” que perciben los aceiteros. Los trabajadores realizaron medidas de fuerza dentro de la planta. La patronal de Explora después de la huelga finalmente pagó la gratificación, pero despidió a 4 trabajadores.
Casi al mismo tiempo, la empresa del Grupo Vicentín pagó solamente el 30 % de los salarios del mes de febrero. La cerealera, está concursada desde marzo de 2020. En una audiencia del 7 de marzo, Vicentin expuso que no contaba con la liquidez necesaria para afrontar el pago
Ante la paritaria congelada, los despidos en Explora y la falta de pago en Vicentín, la Federación Aceitera (FTCIODyARA) convocó a un paro nacional para ayer jueves 13, que amenazaba con paralizar la salida de granos. La cámara empresarial apuró el pedido al gobierno nacional para que dicte la conciliación obligatoria, aunque dejó afuera de la misma a Vicentín.
La patronal se negó a dejar ingresar a los despedidos, como la obliga la ley. Los trabajadores no aceptaron acatar una conciliación obligatoria que la patronal desconoce: inmediatamente decidieron seguir la huelga con un piquete en la entrada de la planta de San Martín.
Patricia Bullrich envió un destacamento de la Prefectura Naval Argentina a desalojar. En la represión nocturna, un móvil de la PNA atropelló a un trabajador.
Luego de la represión, el Sindicato Aceitero de Rosario y el del Cordón de San Lorenzo decidieron volver a la huelga, con piquetes en las grandes fábricas. La participación de los trabajadores fue masiva. La Federación anunció su apoyo pero no convirtió a la huelga del Cordón y Rosario en una huelga general en todo el país. El paro alcanzó a las tres plantas de Bunge (Puerto Gral San Martin, Ramallo y San Jerónimo), las dos de Cargill (Pta Alvear y Quebracho), dos plantas de Cofco (Puerto General San Martín y Timbúes), las dos plantas de Dreyfus (General Lagos y Timbúes), la planta de Molinos Agro en San Lorenzo y de Renova en Timbúes. La planta de Vicentín, fuera de la Conciliación Obligatoria, siguió en medidas también.
A última hora de la noche del jueves, el SOEAR (Aceiteros de San Lorenzo) y la Federación anunciaron el levantamiento de la huelga; Capital Humano se había comprometidó “a tomar el asunto entre sus prioridades”. El levantamiento de los paros no fue decidido por asambleas ni plenarios de delegados.
Los trabajadores aceiteros del Cordón de San Lorenzo y Rosario han vuelto a demostrar el espíritu de lucha de la clase obrera. La lucha continúa para sacar a la Prefectura Naval y la policía de Bullrich de los conflictos; para reincorporar a los despedidos en Explora SA y en Dánica; por la prioridad al pago de los salarios, mediante un comisión obrera de control de la ‘liquidez’ de la patronal.