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La Comisión Directiva de la CGT anunció sorpresivamente un paro para el 10 de abril. En un ´consenso dividido´, según informan los medios, la cúpula cegetista anunció 36 horas de “acciones sindicales”: el miércoles 9 se movilizará al Congreso “en apoyo a los jubilados” y a las 00 horas del jueves 10 comenzaría la huelga. Otros popes de la burocracia sindical consideraron “apresurada” la medida. Entre ellos, Luis Barrionuevo y Gerardo Martínez. Roberto Fernández, del estratégico sindicato de choferes de colectivos, no participó de la reunión y su adhesión, por estas horas, todavía se encontraba en duda. En el caso de Comercio -1,5 millón de afiliados-, Armando Cavalieri no se pronunció. Se descuenta la adhesión de las dos CTA.
La CGT mantiene, desde agosto de 2023, una tregua inconmovible a cambio de que no avance en el Congreso la reforma de la ley de asociaciones sindicales y el cobro de cuotas solidarias, aportes extraordinarios y reelecciones indefinidas. Según la versión oficial de la CGT, los motivos del paro serían: el tope del 1 % a las paritarias impuesto por el gobierno; la suspensión de la obra pública, la crisis de las obras sociales; y hasta el acuerdo con el FMI que transcurrió sin la menor resistencia de la burocracia. El gobierno se jacta de una mentirosa “baja conflictividad” para desacreditar el paro. En los hechos, numerosos conflictos se libran al margen, cuando no en abierta oposición, a la burocracia sindical de todos los matices -Granja Tres Arroyos, Linde-Praxair, Acindar Villa Constitución, Ingenio El Tabacal, Aceiteros, Neumáticos, docentes bonaerenses, entre otros-. En las grandes concentraciones del 1 de febrero y del 12 de marzo (jubilados), las consignas contra el gobierno competían con las puteadas a la burocracia.
La CGT no ofrece ningún canal a estas luchas. Su “apoyo a los jubilados” es una estafa: se ausentó de la autoconvocatoria de los hinchas y de la lucha contra la represión y volvieron a borrarse al miércoles siguiente, cuando el Congreso aprobó a libro cerrado -con la colaboración de los gobernadores peronistas y varias ausencias del bloque de UxP- el acuerdo con el Fondo Monetario. La ‘iniciativa’ del paro responde a la necesidad de mantener unificada a una burocracia que es mordida por la cometa de los liberticidas.
El paro fue anunciado en vísperas de un nuevo aniversario del golpe genocida del 24 de marzo de 1976 con el propósito de subir al escenario de la marcha. La jornada ha sido copada por un operativo del pejota-kirchnerismo al cual se plegó el FIT U desde hace un mes, que también reclamó un lugar en la misma tribuna.
El paro de la CGT no modifica en nada el colaboracionismo de la burocracia con el gobierno liberticida.
