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A pesar del feriado, el movimiento de jubilados volvió a ganar la calle este miércoles, con una nutrida protesta frente al Congreso. El gobierno, por su parte, también volvió a desplegar un monstruoso operativo represivo. Expresión de una enorme debilidad, el gobierno se ha empeñado en una tarea imposible –sofocar una protesta que, aunque minoritaria en principio, representa reivindicaciones muy profundas y extendidas. La situación se repite cada miércoles.
La cita de este 2 de abril fue, como siempre, en el anexo del Congreso, donde desde hace más de 30 años los jubilados se reúnen para protestar por los haberes de miseria que cobran. Las primeras protestas se remontan al gobierno de Menem, cuando eran encabezadas por Norma Plá; y continuaron bajo los gobiernos de los Kirchner, Macri y Alberto Fernández, en la misma medida que también continuaron degradándose las jubilaciones. El gobierno Milei-Bullrich, sin embargo, se ha ensañado con los jubilados, económica y políticamente. No sólo porque fueron quienes pagaron el pato de la boda de la devaluación inaugural del gobierno liberticida, sino además porque todos los miércoles monta un violento andamiaje, del que participan Gendarmería, Policía Federal, Policía de la Ciudad, Prefectura y hasta la Policía Aeroportuaria. Sin embargo, los gases, los golpes y el clima intimidatorio, lo único que han logrado es subirle el precio a la lucha de los jubilados, que ha pasado a transformarse en uno de los ejes de las luchas sociales en nuestro país.
Este miércoles, a diferencia del miércoles pasado, los responsables del operativo intentaron impedir el corte de la calle Combate de los Pozos durante la ´ronda´ al Congreso, luego del acto que se realiza habitualmente sobre la calzada. A pesar de trenzarse con varios manifestantes, los gendarmes y policías fracasaron. No pudieron impedir la marcha, el corte e incluso la interrupción del tránsito en la intersección de Callao y Rivadavia, que Bullrich gusta exhibir liberada como si fuera una proeza.
El próximo miércoles la CGT anunció su concurrencia a la marcha, luego de haberla ignorado por décadas.
La lucha de los jubilados es crucial para toda la clase obrera. Multipliquemos las iniciativas en su apoyo y la concurrencia los miércoles al Congreso.
