El adefesio de Morales es incompatible con los derechos de los trabajadores y con la democracia

La votación de una reforma constitucional en forma exprés sólo se ha visto en regímenes fascistas. La prohibición de huelgas en sectores calificados como “esenciales” y la reglamentación policial de las protestas, convierten al régimen jujeño en una dictadura civil. Por eso, su anulación se ha convertido en una reivindicación política de los trabajadores de Jujuy y, en forma creciente, de todo el país. Gustavo Sáenz, el gobernador salteño, alineado con el kirchnerismo, ha aprobado algo similar, en cuanto a prohibir el derecho a la protesta, con el quórum de todo el arco político patronal.

El ataque desatado por esta reforma a los derechos comunitarios de los pueblos originarios, ha sido respondido, en la Puna y la Quebrada, con cortes de rutas que se han extendido por toda la provincia. Al mismo tiempo, la gran huelga docente ha ganado en desarrollo y profundidad.

Gerardo Morales, un convencional ‘testimonial’, presente en las listas pero ausente en la Convención, busca ahora aplicar su propio método unilateral, para modificar las modificaciones a la Constitución, sin título para hacerlo y a espalda de sus propios compinches convencionales, sean radicales o peronistas.

Pretende recurrir a otras vías para enajenar territorio comunitario a favor de las mineras del litio, mientras mantiene la prohibición a los cortes y el requerimiento de autorización anticipada para manifestarse. Morales necesita seguir a muerte con su política, porque no hay minería del litio sin sustracción del agua a comunidades, pobladores y población en general. El gobierno nacional, en sus dos vertientes -'albertistas' y 'cristinistas'- impulsa la explotación del litio, con el menor número de controles. No les importan las necesidades del pueblo, sino, como no se cansan de repetirlo, la provisión de dólares para pagar la deuda pública usuraria. Por eso la reforma abandona la exigencia de los dos tercios, y establece la mayoría simple de los presentes, para aprobar proyectos de endeudamiento de la provincia.

Morales ha bajado algunos decibeles de la reforma, pero no su contenido. Las mineras le han dicho que no son viables las inversiones en una provincia sublevada. Tiene mayoría en la Legislatura para avanzar en todos sus propósitos.

La fenomenal huelga docente ha logrado que el gobierno convoque a paritarias, la primera en una década. Pero no ha renunciado a la desvalorización de los salarios ni a un ajuste inferior a la inflación. Desde POLÍTICA OBRERA planteamos un salario inicial equivalente a la canasta familiar. Llamamos a unir a los autoconvocados docentes de todas las provincias, empezando por Jujuy, Salta y Tucumán, para organizar una huelga indefinida por las reivindicaciones.

Morales no ha renunciado a la represión, como lo muestra la falta de juicio y castigo a quienes ordenaron la represión de los últimos días.

Morales ha planteado sujetar a los fiscales al ministerio de Acusación Pública y ha anunciado una ampliación de la Corte Suprema para obtener una garantía sólida para las arbitrariedades del poder.

Ni la CGT nacional ni la mayoría de la burocracia sindical de Jujuy ha abierto la boca. Como lo demostró el voto de los convencionales justicialistas, una mayoría de la burocracia quiere que la policía la releve de andar 'policiando' al movimiento obrero. Los sindicatos que han repudiado la reforma tienen que demostrar esa posición en los hechos; mientras esto no ocurra seguirán actuando como protectores de última instancia del régimen imperante.

Los trabajadores de Jujuy estamos conmoviendo a Argentina. Necesitamos convertir estas jornadas en grandes movilizaciones políticas que den por tierra con toda la reforma, y sirvan para terminar con la miseria salarial. Por un salario y jubilación mínimos equivalentes a la canasta familiar.

Por la derogación de la reforma constitucional y del código contravencional.

Juicio y castigo a los represores.

Por la huelga general.

19 DE JUNIO DE 2023