Escribe Mocha Soria
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El gobierno provincial dio por cerrada la paritaria de la salud, con la firma de los gremios de ATSA Y SUMAR, con un acuerdo que consiste en un aumento del 45% en dos cuotas. La primera, de un 21 % se cobraría en octubre. Cabe aclarar que esos porcentajes se aumentarán sobre el básico correspondiente al mes de febrero. Por otro lado, con la aplicación de los nuevos coeficientes de la Ley de Carrera Sanitaria, solo se modificará un 10 %, que significará un aumento del básico de febrero, dependiendo del nivel, entre 5000 a 8000 pesos aproximadamente.
Con este acuerdo ningún trabajador de la salud, ni siquiera el del nivel más alto, llega a cubrir el costo de la canasta familiar que en julio, según datos del INDEC, estaría en 380 mil pesos; es decir, previo a la devaluación posterior a las PASO.
Todos estos números, con una proyección de la inflación que es imparable, han generado una ola de repudios. Estos están canalizados en el SITAS, donde un reguero de asambleas de base votó relanzar el plan de lucha bajo la modalidad de un paro con concurrencia por tiempo indeterminado a partir del 8 de setiembre. Significa que en los hospitales solo se atenderán las emergencias, pero los consultorios estarán cerrados.
En esta semana se concretó una movilización por la tarde que congregó alrededor de 300 trabajadores de la salud agremiados a SITAS exigiendo la plena aplicación de la Ley de Carrera Sanitaria y aumento salarial.
En esta misma semana, dando cuenta del estado de ánimo, de manera autoconvocada se produjo un paro de los anestesistas de varios hospitales, que están bajo convenios precarizados, donde denunciaban que el SIPROSA hace meses que les adeuda salarios.
Si bien el primer día del paro (8 de septiembre) hubo una adhesión heterogénea, la medida fue de cumplimiento masivo en los hospitales del interior de la provincia, pero menor en los de los hospitales de la capital.
En las asambleas de base se está discutiendo cual fue el rol de la conducción del SITAS en el periodo anterior, que decidió levantar el plan de lucha de más de 7 meses sin ninguna conquista concreta, salvo la promesa de que, al aplicarse las modificaciones de los coeficientes de la ley de carrera sanitaria se iban a ver satisfechos todos los reclamos salariales, cuestión que a la hora de su concreción se demostró era un verso. La conducción del SITAS denuncio al gobierno que “nuevamente” les volvió a mentir maniobrando frente a lo que fue una capitulación de la conducción ante un gobierno ajustador, que sigue puntualmente la política fondomonetarista del gobierno nacional.
Por todo ello, la necesidad de sostener una lucha a fondo vuelve a poner en debate la necesidad de elegir un comité de lucha integrado por delegados electos y revocables de las asambleas de los hospitales.