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“Hospitales de Río Negro en emergencia: sin insumos ni cirugías, miles de pacientes a la deriva”, titula el diario Rio Negro un artículo sobre la situación sanitaria provincial.
Los mismos trabajadores describen un cuadro crítico. Los pocos recursos que hay se destinan a las urgencias. No se hacen cirugías programadas por falta de insumos básicos como guantes, jeringas, ambos para cirugía y anestésicos. Las especialidades van desapareciendo. El personal de salud es escaso y está sobrecargado. No hay provisión de medicamentos para enfermos crónicos y oncológicos.
Hace ya dos años que se declaró el fin de la Emergencia Covid 19. Lo único que se modificó fue que se despidió personal contratado. Nunca se volvió al nivel de asistencia previa a la pandemia, que venía sufriendo recortes, pero no al punto de colapso actual.
La reducción presupuestaria, origen de todas las carencias denunciadas, está señalada por ejemplo en que el presupuesto del hospital de Villa Regina es: 5.400.000 pesos, cuando se necesitarían 20.000.000 para funcionar con normalidad.
Los bajos salarios provocan el éxodo de los profesionales. Esto se ve claramente en Bariloche, donde las residencias no se cubren. Los médicos se jubilan y no entran reemplazos. A eso se suma que la falta de vivienda hace que médicos nombrados para trabajar en el hospital zonal no puedan quedarse.
La gobernadora Arabela Carreras -quien termina su mandato en diciembre próximo y viene de ser derrotada en las elecciones municipales de Bariloche- se negó sistemáticamente a recibir a los trabajadores de la salud, que dieron una tenaz lucha por aumento salarial e insumos. Carreras deja a la provincia en condiciones deplorables, tanto en materia de salud como de vivienda y educación –los edificios de las escuelas se encuentran en pésimo estado-.
Pero la denuncia que se publica en el diario Río Negro recién sale ahora que Carreras se va a su casa. No obstante, el gobernador electo Alberto Weretilnek también viene con un plan de ajuste bajo el brazo, en consonancia con los candidatos del FMI.
Por otra parte, ATE reclama que el bono de $60.000 sea universal, ya que los trabajadores estatales de Río Negro que cobran a partir de $400.000 no lo cobran. La canasta familiar en la Patagonia es un 40 % más alta que en el resto del país. Por otro lado, el bono es adelanto de paritarias, se cobra en dos meses y ni por lejos alcanza a compensar la pérdida brutal del poder adquisitivo del salario. ASSUPUR -el nuevo sindicato de base de Fesprosa- reclama un salario inicial de $384.000 y anunció un paro provincial para el 21 de septiembre.
La organización de los trabajadores es más urgente que nunca. Se impone que deliberemos y que impulsemos un Congreso de Trabajadores que organice una Huelga General para conquistar el aumento de salarios, jubilaciones, la salud y todas nuestras reivindicaciones.
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