Las elecciones no resuelven la bancarrota económica, la crisis política, ni las penurias del pueblo

Declaración del Partido Obrero - Tendencia

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Cuando aún reviste una condición de candidato, Alberto Fernández reclamó, una y otra vez, al sindicato de los pilotos abandone la lucha por la convocatoria de las paritarias. Logró lo que el Presidente en ejercicio, Mauricio Macri, no había podido, pero adelantó, por sobre todo, lo que será su gestión de gobierno: una oposición, cuando no una hostilidad, a que los trabajadores salgan a luchar por sus derechos más elementales – recuperar los salarios diezmados por la crisis capitalista y por una feroz política anti-obrera. La lucha de los aeronáuticos habría impulsado el reclamo de paritarias a lo largo del movimiento obrero y ayudado a la lucha de los compañeros que defienden su derecho al trabajo contra los despidos y los cierres de empresas. ¿Es esta la expectativa del mundo del trabajo que habrá de votar a AF y a su compañera de fórmula, CFK, el domingo 27 de octubre? ¿Es posible una salida positiva a la crisis atando de pies y manos al movimiento obrero? Es claro para cualquiera que, más allá de las críticas y las denuncias, funciona un pacto de ‘transición’ entre Macri y F-F, que sobrevive al ataque de Macri contra los trabajadores que sufren lesiones laborales y al vaciamiento de las reservas del Banco Central, entre otras cosas ignominiosas. El voto a favor de la mentirosa ‘emergencia alimentaria’ fue el puntapié de ese pacto de ‘transición’. ¿Aguantaremos así hasta el 10 de diciembre?

Gabinete

Cuando dio inicio a su gobierno, MM llevó a Sergio Massa a Davos, un ‘resort’ suizo, donde se reunía la cumbre de los potentados capitalista. Massa ya no necesita ahora apoyar a MM, por eso viajó solo a Nueva York, para asegurar a los fondos internacionales que Argentina pagará el ciento por ciento de la deuda externa que asfixia y expolia a los trabajadores. Lo que discutió con esos fondos exactamente no lo sabemos, ni Massa piensa contarlo. De nuevo, ¿es esa la expectativa de los obreros, los jubilados y los desocupados que tienen la intención de llevar a F-F al gobierno? Los nombres del gabinete de F-F ya empezaron a correr. Guillermo Nielsen, un lobbysta de las petroleras y sus accionistas, ¡para Energía! Un lobbysta de los bancos, Martín Redrado, para ¡Banco Central! Esto maquillado con Victoria Donda para un ministerio de la mujer, aunque AF ya dijo que no apoyará el derecho al aborto, o Mirta Tundis, para el Pami. ¿Este gabinete es compatible con una salida favorable a los trabajadores?

FMI

AF no ha perdido ocasión para insistir que pretende que Argentina pague el ciento por ciento del capital y los intereses (usurarios) de la deuda externa; sólo reclama dos o tres años de prórroga. ¿Qué es esto sino una continuación del ‘reperfilamiento’ de Mauricio Macri, la “salida uruguaya” que AF ha inspirado y apoyado, y que lejos de ser una salida ha acelerado el estallido financiero? La bomba de la deuda externa tiene otro detonador: la salida de dinero de los bancos ante la inminencia de un estallido de las Leliq – la deuda usuraria del Banco Central con los bancos, en especial los bancos públicos. Este cuadro de fuerzas no solamente cuestiona el carácter del voto a la fórmula F-F. Cuestiona el alcance de todo el proceso electoral, que camina al borde de la cornisa de un derrumbe económico completo. En la agenda del pueblo trabajador se encuentra, por sobre todas las cosas, la organización de una lucha que no tiene precedentes, no solamente el depósito del voto en la urna. En la previa y en la etapa pos electoral está planteada la huelga general y la formación de poderosas coordinadoras fabriles, para arrancar las reivindicaciones del pueblo y enfrentar un nuevo pacto fondomonetarista. Es la ruta que nos enseñan las ocupaciones de Kimberly y Ansabo, la rebelión popular de Chubut, los acampes piqueteros, las luchas fabriles de La Virginia, Unilever, Fernet Branca y las movilizaciones del Sutna por la reapertura de paritarias.

El voto a la izquierda

Nadie es más consciente que nosotros, la Tendencia o Corriente interna del Partido Obrero, que la izquierda ha perdido la condición de fuerza de atracción para los trabajadores en estas elecciones. No es una izquierda que se haya esforzado o se esfuerce por ofrecer una salida al impasse político que atraviesan las masas en esta etapa crucial. Ha rechazado un planteo de lucha para acabar con Macri, para dejar el terreno libre a las maniobras de los AF, Nielsen, Massa, Redrado, la burocracia sindical, los ‘vaticanos’. Para poner fin a los gobiernos monetaristas; poner fin a la confiscación económica que impone al pueblo el pago de la deuda externa; conquistar los reclamos fundamentales; para esto es necesaria la convocatoria a una Constituyente Soberana, impuesta por la movilización de los trabajadores (gobierno de trabajadores). No presenta una alternativa de poder, sólo reclama ocupar lugares en el Congreso. No ha sido capaz de arribar a conclusiones concretas a partir del fenomenal alcance de la crisis capitalista y el impacto demoledor que tiene sobre la vida y la consciencia de los trabajadores. No podemos discutir con un compañero ganado al voto por F-F sin un abordaje crítico de la izquierda. En estos límites de la izquierda reside el impasse de la clase obrera ante las elecciones inminentes y ante el conjunto de la situación política. Es con estos planteos que llamamos a votar al FIT-U – planteos que devolverán a la izquierda una política de clase y socialista consecuente. Aunque las elecciones lleven al gobierno a una “coalición” de justicialistas y filo justicialistas, el peronismo ha agotado cualquier capacidad para alcanzar lo más elemental: la autonomía nacional. Es una corriente en disgregación. Sobre la base de la trayectoria histórica del Partido Obrero y la izquierda revolucionaria, reiteramos que la tarea fundamental de este período es desarrollar un partido obrero de masas.

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