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Surgida al compás de la lucha por la defensa de los métodos históricos de votación, que la dirección seccional de la UOM intentó birlar, la reciente renovación parcial de la comisión interna es, sin lugar a dudas, una bocanada de aire fresco para los trabajadores y activistas de IMSA. Esto se verifica en la creciente deliberación en todos los sectores de la fábrica respecto al enorme atraso salarial que obliga a la masa de los trabajadores a trabajar 12 horas diarias para poder llegar a fin de mes.
En las recorridas de los delegados por todos los sectores de la fábrica se constata una enorme conciencia entre los trabajadores acerca de la necesidad de unir fuerzas para llevar adelante un conjunto de reclamos que van desde lo salarial hasta las condiciones de trabajo y de salud que se ve deteriorada continuamente por las extensas jornadas laborales y por el estrés que genera la incertidumbre de no llegar a cubrir todas las deudas que aquejan a la familia obrera.
Uno de los temas recurrentes de debate en los obreros es la enorme diferencia salarial que hay entre IMSA y otras fábricas nacionales y multinacionales de la rama. También se debate de la histórica caída del salario metalúrgico al punto de ubicarlo por debajo de la línea de pobreza. En este sentido, un obrero con más de 30 años de antigüedad planteaba que ser metalúrgico en los 80´era sinónimo de ser parte de los obreros mejor pagos de toda la industria.
Al compás del hundimiento del salario por la escalada inflacionaria y el crecimiento sin precedentes de la pobreza, que alcanza al trabajador ocupado registrado, crece la deliberación entre las bases obreras acerca de cómo enfrentar este estado de cosas.
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