Industria automotriz: un ataque a los trabajadores con la complicidad del SMATA

Escribe Juan Ferro

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Las terminales automotrices se preparan para una caída mayor de la producción para 2024. Las exportaciones comenzaron a caer durante el 2023. Los informes de ADEFA -la cámara empresaria- señalan que, en octubre, se exportaron 28.563 unidades, casi un 25% menos que el mismo mes del año anterior.

Las patronales se preparan para achicar los planteles. Los “retiros voluntarios”, los adelantamientos de las vacaciones y las jubilaciones anticipan despidos masivos

En Córdoba, Renault-Nissan abrió una lista de retiros voluntarios de su planta de Santa Isabel de 450 trabajadores (sobre un plantel de 1.600); también Mercedes Benz de La Matanza abrió una lista de retiros voluntarios a la que se habrían acogido, según el propio SMATA, unos 140 trabajadores de una planta de 2.000 operarios. La planta de Ford en Pacheco adelantó vacaciones correspondientes al 2024, y en la vecina VW, que a principios del 2023 picaba adelante en la producción -incluso había incorporado trabajadores- se proyecta bajar un 10% como mínimo la producción diaria del 2024, y llevó adelante un proceso de jubilación anticipada para trabajadores de 59 años en adelante. En total se retiraron cerca de 60 empleados. Iveco de Córdoba directamente ya despidió (por legajos) a 66 trabajadores.

Motivos económicos y políticos

Las patronales aducen no contar con dólares para sus operaciones comerciales con el exterior. El agravamiento de la inflación del último semestre y la falta de divisas llevaron a Massa a restringir la entrega de permisos de importación de partes.

En Argentina cada empresa debe pedirle permiso al gobierno para importar componentes, aunque cuente con los dólares para hacerlo. Luego de las elecciones Massa directamente cerró completamente las importaciones de piezas e insumos para la industria automotriz (Auto-blog, 29/11), lo que aceleró las decisiones de las grandes patronales de empezar con estos despidos encubiertos.

El nuevo gobierno tiene previsto un congelamiento del Mercosur y una restricción del intercambio comercial con Brasil.

Estas grandes terminales plantean una mayor devaluación, subsidios y quitas de retenciones. Plantean el acuerdo de convenios integrales por empresa cuyo modelo es Toyota.

La burocracia del SMATA, desde los años 90, ha sido vanguardia en la habiltación de la flexibilidad laboral, aceptando la fragmentación de las vacaciones, la polivalencia funcional, los turnos rotativos y el famoso “banco de horas” que permite extender la jornada si lo requiere la producción. También han contribuido con la fuerte tercerización de la actividad eliminando, de hecho, las tareas de maestranza, logística e incluso mantenimiento, de los convenios.

“Con el SMATA y la UOM a la cabeza, los gremios industriales le reclamaron a Alberto Fernández no firmar el acuerdo entre el Mercosur y la UE” (Info Gremiales, 4/12). A seis días de la asunción, la burocracia sindical impulsa este reclamo de las patronales.

Los trabajadores del SMATA y los trabajadores de las autopartistas de la UOM ya tienen un adelanto de lo que será la política de la burocracia sindical en el próximo período.

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