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El gobierno de Milei cumplió con la promesa de anunciar los despidos de trabajadoras y trabajadores estatales durante las fiestas. El viernes previo a la navidad y minutos después de que terminara la concentración de vereda de la Asociación Trabajadores del Estado circuló el borrador del DNU publicado en Boletín Oficial el 26/12. Como reguero de pólvora, el borrador estuvo en mano de los estatales y a la noche los medios de comunicación lo difundieron como real. Era real.
El decreto blanquea dos tandas de despidos por la vía de la “no renovación”. El número de ingresantes 2023 es pequeño debido a la resolución Batakis que Massa mantuvo firme. Por eso se adelantan a una nueva ola de despidos para fin de marzo 2024. Entre los que renuevan por 90 días hay trabajadores con 5, 10, 15 y hasta 20 años de antigüedad porque los concursos prometidos por los Fernández no se llevaron a cabo y los que sí, se hicieron en los últimos 12 meses. Los que concursaron no tienen cumplidos los requisitos para ser parte de la planta con estabilidad en el empleo público. La herencia es facilitadora de los despidos... otra vez.
Cuando se dio a conocer el protocolo de la ministra Bullrich, empezaron a circular propuestas de manifestación por las veredas y las redes sociales. Casi al mismo tiempo convocamos y movilizamos el 20 de diciembre cortando las diagonales hacia Plaza de Mayo. ATE Nacional no convocó siquiera con delegaciones como lo hizo Capital; llamaron a una jornada nacional de lucha para el 22 que en CABA tuvo cita en la Jefatura de Gabinete con una conferencia de prensa exprés. La concentración fue rodeada rápidamente por policías –al igual que el 20/12- pero en este caso la indicación fue acercarse a las veredas, no interrumpir el tránsito.
La conducción, “por la seguridad de los compañeros”, resolvió no contradecir el protocolo al punto que más de un centenar de trabajadores permanecieron en las veredas de enfrente como quien espera el semáforo para cruzar. Muchos de los que habían cortado las calles el 20 a la tarde y en los cacerolazos de las noches subsiguientes se encontraban cortando veredas. Parece que es más seguro marchar con los vecinos que con la ATE de casi un siglo de vida.
Mientras tanto en La Plata, ATE Provincia no logró que los trabajadores del Astillero Río Santiago obedecieran a Bullrich, ni a su secretario general. Haciendo caso a la tradición y la historia del movimiento obrero, bajaron a la calle y mantuvieron un corte total en la intersección de 7 y 50.
En ambas medidas la mesa anunció la convocatoria a confluir con la CGT el 27, una concentración en la Plaza de Tribunales por la inconstitucionalidad del DNU a horas que entre en vigencia. En el mismo sentido ATE hizo una presentación judicial. La fecha del 27 dio una semana de tiempo para convalidar la devaluación y el golpe a las condiciones de vida y los ingresos de los y las trabajadoras. La inflación que ya carcomía el salario es un chiste al lado de los aumentos y tarifazos de la última semana y los que anunció el DNU pasado. La política de la CGT y de su círculo de influencia es la gobernabilidad del presidente Javier Milei porque no se tira un DNU y un protocolo con presentaciones legales. Eso lo sabe hasta el último de los trabajadores.
Por estas horas las delegaciones de UPCN de distintos ministerios está confirmando que la asistencia de mañana es únicamente para delegados y delegadas y agradece la inquietud de los afiliados que quieren participar. Para algunos está más fresco que nunca como voló el atril durante el último paro de la burocracia.
En las movilizaciones y en los cacerolazos se escucha el cántico de “Paro general”, algunos le piden a la CGT y a las CTAs que convoquen al paro general. Entre ellos se encuentran las agrupaciones sindicales vinculadas al FITU y a la izquierda adaptada en general. Les piden el paro a las centrales obreras que permitieron la liquidación de los salarios, la precarización acelerada en las fábricas y en el Estado. Las conducciones burocráticas dueñas de tercerizadas y patrones de quienes debieran ser sus afiliados no van a organizar la huelga. Cualquier medida que surja de ellos irá en el sentido de salvaguardar sus intereses que hace mucho, mucho, muchísimo dejaron de ser los de la masa de trabajadoras y trabajadores.
Organicémonos en las asambleas y autoconvocatorias. Clarifiquemos el nuevo corset que prepara la burocracia para nuestros reclamos. La lucha por los derechos que se lleve puesto el DNU se va a llevar con él a quienes priorizan la institucionalidad al salario. Este 27 vayamos a Tribunales por 100% de aumento de salarios, jubilaciones y asignaciones sociales. Por ningún despido, contra el protocolo represivo de Bullrich. Salgamos a las calles para tirar abajo los DNU.