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El martes 12 pasado, la patronal yanqui de la Seaboard Energías Renovables, ex Tabacal, despidió a 38 obreros y cambió de puestos de trabajo a otros 44. Esta arremetida se produce en medio de las negociaciones paritarias: Seaboard quiere arreglar a sus obreros con una suma fija y en negro de 125 mil hasta mayo próximo, manteniendo a la masa obrera por debajo de la línea de pobreza.
Sin embargo, como hace a su historia, ese mismo día los obreros coparon una asamblea del Sindicato de Trabajadores del Azúcar (STA) y allí quebraron la parálisis de su secretario general, Antonio Carrizo, resolviendo un paro general indefinido por la reincorporación de todos los despedidos, el respeto de los puestos de trabajo de los traslados y la defensa de su pliego paritario. Apenas terminó la asamblea, una multitudinaria columna se dirigió por la ruta 50 desde la localidad Hipólito Yrigoyen hasta la planchada del Ingenio, donde procedieron a instalar un acampe y un piquete sobre la ruta.
La movilización obrera y popular fue respondida por Sáenz con un impresionante operativo policial, no sólo sobre la ruta y el Ingenio, sino también sobre las colonias. La voz de orden de las fuerzas represivas era evitar la toma de la fábrica y las colonias y galpones. Pero como este operativo represivo no desanimó a los obreros y sus familias, sino todo lo contrario, Sáenz recurrió al viejo libreto urtubeysta y desde la Secretaría de Trabajo de la provincia llamó inmediatamente a una conciliación obligatoria.
Bajo el planteo fraudulento del pago de los días que dure la conciliación, pero sin reincorporar a los despedidos, a quienes ya se les liquidaron las indemnizaciones; con una directiva dividida sobre cómo enfrentar semejante ataque, y bajo la extorsión de una sanción al gremio por desacato y la represión; los obreros aceptaron la conciliación, mientras esta es violada flagrantemente por la Seaboard y sin que la misma reciba sanción alguna por parte de la Secretaría de Trabajo.
La gran respuesta obrera, pone un punto final al reflujo obrero abierto en 2018, donde bajo el apoyo de Macri y Urtubey, la Seaboard despidió a 180 obreros, impuso el turno relevante (sistema americano) y a posteriori de su derrota electoral, despidió a la plana mayor de activistas y dirigentes de la anterior comisión directiva del STA. La avanzada patronal no se detuvo con la defección de Macri y Urtubey del poder y bajo el gobierno de Alberto y Cristina Fernández a nivel nacional, y de Gustavo Sáenz en la provincia, pulularon los despidos encubiertos, avanzaron la tercerización y las reformas técnicas, se produjo una drástica caída del salario no sólo en términos reales sino en relación a otros ingenios que antes se encontraban por debajo de los salarios de los entonces obreros del Ingenio Tabacal; y hasta la patronal ha traído personal jerárquico y obreros del Brasil para mejor dividir a los trabajadores. En todo este período, el Ingenio ha reducido alrededor de un 30% de su personal en época de zafra mientras ha acrecentado sus ganancia. Por último, desde hace meses la Seaboard incumple el fallo judicial de reinstalación de Martín Olivera, anterior secretario general de STA, impidiéndole el ingreso a su lugar de trabajo en la fábrica.
El estado de terror y atomización reinante en el Ingenio ha sido superado por la fuerza de los propios ataques y agravios, dando paso al combativo instinto que se expresó en grandes gestas obreras en 2009, 2012, 2016 y 2018.
Mientras un sector de la directiva, con Carrizo a la cabeza, hacen todo lo posible por desmoralizar a los obreros y defender una línea de “diálogo” que lo único que ha producido es un retroceso fenomenal de derechos y pérdida de conquistas; un sector amplio de las bases obreras se da cuenta de la necesidad de una respuesta inmediata y contundente. También crece la desconfianza sobre la directiva porque entre los compañeros despedidos y sancionados con la remoción de sus puestos de trabajo hacia otras tareas, hay valiosos activistas y luchadores, por lo que se habla hasta de una entregada del STA de estos activistas en tanto podían ser la base de una lista opositora en las elecciones gremiales de diciembre próximo. La quiebra de la obra social, el Ospa, es un punto álgido que ha integrado a la deliberación a sectores obreros más atrasados, contra la actual directiva. Carrizo y compañía especulan que una irrupción obrera que propone una derrota a la patronal, será el prolegómeno de su defección del STA.
Es claro que la conciliación obligatoria de Sáenz y la línea dialoguista de Carrizo, es una sola amansadora contra la fuerza elemental de los obreros de la Seaboard. Tampoco se puede esperar a diciembre a cambiar de directiva para ir a la lucha, ya que una derrota ahora, consignará negativamente el desenlace de la paritaria en curso, habilitará nuevos despidos encubiertos de los temporarios que deben ingresar con la zafra y afectará las posibilidades de que el STA deje de estar en manos de una directiva propatronal en las próxima elecciones.
Es necesario impulsar asambleas por sector y turno, y que integre a los compañeros temporarios que aún no han sido dados de alta por la patronal yanqui. Esta se juega junto con Sáenz a imponer una derrota antes del inicio de zafra y el ingreso de un gran contingente de trabajadores, sobre todo en la fábrica. Los obreros deben evaluar el desconocimiento de la conciliación trucha en curso, la elección de un comité de huelga responsable ante la asamblea e ir a la huelga general por tiempo indeterminado, la única medida que ha garantizado, junto con el llamado al conjunto de los obreros y el pueblo azucarero de Salta y Jujuy, las grandes victorias que hicieron de los obreros del Tabacal, unos de los héroes de la clase obrera salteña y de todo el NOA en la década anterior.