Córdoba no es una isla

Escribe Tendencia Partido Obrero Córdoba

Tiempo de lectura: 5 minutos

El derrumbe del régimen político, que tuvo su expresión en las elecciones nacionales, también se manifestó en Córdoba, la única donde obtuvo un triunfo la fórmula, además de la ciudad de Buenos Aires.

Noventa días después de la elección plebiscitaria provincial, Schiaretti paso de ser el político estrella a nivel nacional, el árbitro de la política y quien podía dar impulso definitivo a la “tercera vía”, a ser un político de cabotaje, que, sin definición entre las fórmulas presidenciales y con boleta corta, saca un 17 % a diputados.

A pesar de los esfuerzos del kirchnerismo por inclinar a Schiaretti a su favor (bajó sus listas en mayo para no competir contra él), el gringo no se jugó por la fórmula FF. La presión del PJ local, encabezada por Carlos Caserío, permitió que un sector del PJ se encolumnara detrás de Alberto Fernández. Si Cristina Kirchner se escondió detrás de Alberto durante toda la campaña, en Córdoba solo se la mencionaba para desmarcarse de ella. La foto de que levantaba Alberto en uno de sus actos en la provincia, de una remera con su foto y Alfonsín, es gráfica en este sentido.

Ahora se plantea la posibilidad de un acercamiento del gobernador cordobés a la fórmula FF para disputar una mayor cantidad de diputados. Las tensiones de la crisis económica, política y social en pleno desarrollo presionarán sobre este armado heterogéneo.

El derrumbe político de Cambiemos a nivel nacional, no permite vislumbrar que conserve el 48% que sacó en las Paso, en la provincia. Las intenciones de Pichetto de meter la cuchara en el PJ cordobés no dieron resultados. Luego de la devaluación pos Paso, las renuncias en el gabinete y la divisiones en el macrismo, Córdoba apunta a dejar de ser la isla de Cambiemos y a alinearse con las tendencias nacionales. Schiaretti se encuentra en el brete de pasar de árbitro de la política nacional a otro espectador más en la tribuna – ni siquiera juez de línea.

La corrida cambiaria de la última semana hizo volar por los aires el esquema económico de la provincia. Por un lado, la devaluación afecta su capacidad de refinanciar su deuda externa; por el otro, el desarrollo de la industria automotriz es cada vez más negativo, con una proporción mayoritaria de importaciones de autos y auto partes. Las recientes medidas del gobierno tendrán un impacto en la menguada recaudación provincial. Alrededor de cien municipios y comunas se encuentran en una virtual cesación de pagos.

La campaña del FIT-U

Los porcentajes obtenidos por el FIT-U fueron irrisorios. El encubrimiento del “desplome” de mayo, por parte del oficialismo, profundizó la caída; los guarismos no se movieron del 3 %, pero ahora con el MST. En términos electorales, la incorporación del MST, prácticamente de suma 0 en términos de votos, dejó un saldo negativo en términos políticos y programáticos. El MST en nuestra provincia carga con el prontuario de apoyar e integrar el Frente Cívico de Luis Juez; en el período electoral reciente en Villa María dieron su apoyo al cargo de edil a la UCR y en La Falda prestaron su sello para un sector del kirchnerismo (Juntos por La Falda).

La campaña electoral llevada a cabo por el FIT-U estuvo lejos de ligar las problemáticas del pueblo trabajador bajo una consigna política que estructure una salida de conjunto. No se utilizó el enorme despliegue que implica una campaña electoral para desarrollar entre los trabajadores el planteo de la enorme crisis de régimen que atraviesa el país, y cuál es la salida que plantea la izquierda, utilizando la consigna de “asamblea constituyente libre y soberana” como un elemento central sobre el cual se desenvuelvan las reivindicaciones parciales. En este sentido, no se despegó de la campaña nacional.

En Córdoba, la etapa electoral estuvo signada por la ocupación de la sede de UTA por parte de los activistas despedidos en la huelga del 2017; la ocupación y el triunfo de los obreros de Molinos Minetti; la paritaria del Sutna y la revalidación de los delegados clasistas en una de las fábricas del neumático más importante de nuestra provincia; la ocupación y la reincorporación de los trabajadores de Zanella en Cruz del Eje; las masivas movilizaciones de los movimientos de trabajadores desocupados; la voluntad de la docencia de defender la indexación de su salario, que obligó a la propia burocracia sindical a adelantar la mesa de discusión salarial. No obstante, el planteo no se movió del llamado al voto al FIT-U. Para que la crisis la paguen los capitalistas, había que votar al FIT-U. Lo mismo para que se vaya el FMI. Para terminar con los males de Argentina, bastaba que se vote al FIT-U. Los trabajadores dudaron de esta perspectiva.

En la campaña electoral del FIT-U estuvo totalmente ausente la crisis misma del proceso electoral. Ni siquiera como una posibilidad remota se planteaba la crisis que se desata luego de las PASO.

El balance publicado por el PO de Córdoba el jueves 15/8, es decir, cuatro días después de la profundización de la crisis pos PASO, es un reflejo, ya no solo de la falta de una caracterización sobre la envergadura de la crisis del régimen y del proceso electoral mismo, sino de la incapacidad para reacomodarse para enfrentar una bomba que les explotó en las manos. “VAMOS CON MÁS FUERZA A OCTUBRE A LUCHAR CONTRA EL RÉGIMEN DEL FMI”, dice Navarro, candidato a diputado nacional y miembro de la dirección del PO, pero por sobre todo jefe del aparato del partido. La ofuscación no le dejaba ver que todo el mundo discutía si Macri llegaba a octubre. Mientras el arco político de la burguesía se empeñaba en centrar la discusión en la “gobernabilidad”, mientras los salarios eran arrasados por una devaluación enorme y el kirchnerismo se desvivía por contener a las masas, Navarro les decía a los trabajadores cordobeses que debían votarlo con más (¿?) fuerza. El aparato lee el “diario de Yrigoyen”.

La Tendencia del Partido Obrero en Córdoba ha ido tomando forma en el transcurso de estos meses. En una de las provincias donde más se “cuidó que no aparecieran posiciones altamiristas”, ella se va estructurando a partir de la profundización de la deriva electoralista, y en la medida que las caracterizaciones políticas del actual CC y de la tendencia, empiezan a ser contrastadas por los acontecimientos de la lucha de clases. El repudio de Salas al balance electoral realizado oportunamente por Altamira es resignificado ahora varios meses después. Mientras la tendencia ha desarrollado hasta el cansancio una caracterización política sobre la necesidad de adoptar consignas de ataque al régimen político (“asamblea constituyente libre y soberana, gobierno de los trabajadores”), el CC del PO insiste en meter diputados en el Congreso con discursos electoreros. Incluso luego de la explosión de la crisis que la Tendencia había pronosticado.

Desde la Tendencia del Partido Obrero Córdoba, hemos fiscalizado las elecciones en aquellos lugares donde IS nos proveyó de materiales. Realizamos agitaciones en plazas y lugares de trabajo. Explicamos que las elecciones pretendían generar una distracción frente a las tareas políticas que se le presentan a la clase obrera. Defendimos el voto al FIT-U en la perspectiva de preparar a los trabajadores en la lucha por el poder político.

Lo que viene

Está planteado el desarrollo de plenarios, como el impulsado por los obreros de Minetti, que permitan la conformación de comités o coordinadoras que agrupen a este activismo. La conformación de una coordinadora provincial no es ajena en el movimiento obrero cordobés si tomamos en cuenta las asambleas zonales docentes, la interhospitalaria y la coordinadora contra los despidos formada en el año 2017.

Las huelgas obreras en la provincia de Chubut vaticinan un escenario convulsivo en nuestra provincia donde está planteada una mayor pulverización de los salarios, la reforma jubilatoria y laboral, el incremento de los despidos, la carestía y la pauperización de las condiciones de vida. Desde la Tendencia del Partido Obrero Córdoba reclamamos el reconocimiento de la Tendencia en todo el país; el cese de las expulsiones sumarias y arbitrarias; las investigación de las acciones de espionaje contra militantes; en suma, devolver al Partido Obrero la capacidad de superar la crisis política a la que lo ha sometido el desvío estratégico del oficialismo, por medio del debate sin restricciones y la clarificación de las divergencias.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera