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Al menos dos fuentes periodísticas han confirmado en estas horas que la mesa chica de la CGT está pergeñando su propio proyecto de reforma laboral. La iniciativa cegetista fue considerada en la reunión de esta semana. El argumento de quienes la presentaron es que, concediendo parcialmente a la reforma que está en danza, la central obrera lograría obturar al proyecto más 'duro' del gobierno. Pero los puntos de la reforma que entregaría la CGT son, ni más ni menos, el corazón de todos los planteos reivindicados por aquellos que quieren liquidar el derecho laboral. De acuerdo al periodista especializado Mariano Martín, esos puntos serían:
- "la eliminación de buena parte de las multas laborales por registración irregular”, lo que constituye una verdadera vía libre a la evasión previsional y al trabajo en negro, aunque los integrantes de la 'mesa chica' dicen querer la reforma para promover el 'empleo registrado'.
- "el avance optativo del Fondo de Cese Laboral en lugar de los actuales mecanismos de indemnización”. Este es el punto más fuertemente reclamado por la UIA, y tiene un claro impacto político en la relación entre trabajadores y capitalistas al interior de cada lugar de trabajo. La existencia de un seguro de despido “libera” al patrón de afrontar un costo elevado e imprevisto a la hora de querer deshacerse de trabajadores. El seguro es un pasaporte al 'despido fácil'.
- "Eliminación de algunos rubros de la contabilidad indemnizatoria", apuntando, otra vez, a reducir el costo del despido y, por lo tanto, facilitarlo.
Según otro periodista especializado, Ricardo Cárpena (Infobae) los dirigentes de la CGT recogerían estos planteos de un proyecto ya elaborado por el bloque de Senadores de la UCR. Ese proyecto incorpora otro punto que, según esta fuente, sería bien recibido por la CGT: la extensión del período de prueba a seis meses, es decir, una convocatoria a la rotación continua de trabajadores en condición precaria. “Infobae” señala también que este proyecto radical “tendría un guiño de los (senadores) peronistas”.
Según “Ambito”, el borrador reformista de la CGT estaría encabezado por letrados de “la Sanidad, Gastronómicos, la UOCRA y Comercio”, entre otros, excluyendo a los duros de Furlan o Pablo Moyano. “Infobae”, sin embargo, señala que quien llevó el tema a la última reunión de mesa cegetista fue el dirigente “Cristian Jerónimo, titular del Sindicato de Empleados del Vidrio” que... "pertenece al sector del cotitular cegetista Pablo Moyano (Camioneros).”
Jerónimo coloca a la reforma laboral en agenda “como una forma de salir de la encerrona en la que la CGT se opone a todo cambio de la legislación laboral sin plantear una propuesta distinta”. No solamente se está pergeñando la reforma, sino también el argumento 'positivo' para hacerla pasar. La 'reforma laboral' deja afuera las restricciones al derecho de huelga que figuran en las iniciativas oficiales, pero para qué sirve el derecho de huelga si no va a ser usado contra despidos, arbitrariedades, ni resistencia a la flexibilización laboral y precarización del trabajo; el derecho de huelga, por otro parte, podría ser reglamentado por decreto sin vulnerar el texto genérico de la Constitución.
Con la reforma laboral, la CGT deja la apariencia de ubicarse en la oposición y se alinea con el oficialismo. Este giro está conforme con la discusión que se ha establecido en el peronismo, donde se reclama el retorno de los Pichetto, Massa y Urtubey, con el pretexto de dar fin a la crisis reconocida del liderazgo kirchnerista. Un acuerdo de la CGT con el proyecto de reforma laboral de la UCR, ampliaría las bases de la oposición 'dialoguista'.
