San Isidro: Gustavo Posse privatiza más la Costa

Escribe Walter Sánchez

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Así como las patronales aprovechan la pandemia para despedir, Posse aprovecha para avanzar en los espacios públicos. En este caso, sobre los accesos al rio. En San Isidro -al igual que en otros distritos costeros- la especulación inmobiliaria ha hecho estragos con los espacios públicos verdes y los accesos públicos al río. Esta vez, le tocó al acceso al rio que se encuentra en la calle 33 Orientales, del barrio de Béccar.

Hace unas semanas atrás, por la mañana, una cuadrilla de camiones, topadora, patrulleros y funcionarios del municipio cerraron el paso de la calle 33 Orientales, desalojaron a la Asociación Civil “Amigos de 33 Orientales", rompieron candados, cortaron los cabos, sacaron el alambrado que protegía, se llevaron herramientas, kayaks, canoas. A la protesta de los pocos vecinos que se pudieron movilizar, el municipio respondió con 10 patrulleros. La reciente formación de pequeñas islas en la costa, la transferencia del puerto, entre otros, reavivaron el hambre de negocios.

Así como los espacios públicos, la lucha por los accesos al rio tiene larga data en San Isidro. Casi toda la costa sanisidrense esta privatizada. El interés inmobiliario sobre el puerto busca arrasar con el club de amarristas; se privatizo el espigón; tres veces se intentó cerrar el acceso que se encuentra en Camino de la Ribera al 600; la concesión de los restaurants en la baja de Alvear; el espacio público Bosque Alegre, cedido al Club CASI para que sea cancha de rugby; la laguna encantada fue entregada a emprendimientos privados y la lista sigue…

Un estudio del año del 2015 realizado por un vecino señalo que, de los 7.000 metros de frente del Río de la Plata, el 84 % está privatizado, unos 5.850 metros, en manos de clubes privados o barrios cerrados construidos sobre la costa pública y cedidos ilegalmente por la Municipalidad a espaldas de la mayoría de sus habitantes. Hoy en día hay sólo 1.150 metros de acceso libre.

La crisis económica provocada por el coronavirus hace que se reactive el hambre de negocios por los espacios públicos por la necesidad de recaudar. Esto hace que se reinicien políticas que parecían estar paralizadas por un momento. En San Isidro, todavía hay varios procesos de luchas abiertos, como el predio de ex Obras Sanitarias de Beccar.

Una señal de alarma a todas nuestras asambleas vecinales que a los largo y ancho del país luchan contra la especulación inmobiliaria. Hay que estar alertas.

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