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Las condiciones de vida de los trabajadores desocupados se han visto agravada con la cuarentena. Para los que tenían un trabajo precario, en negro o una changa, para los que hacían remís o cartoneaban, para las que hacían limpieza por hora, para los que concurrían a las ferias a vender algo, se terminaron los ingresos. Y sin ingresos, se terminó la comida, el pago de servicios, de las deudas y de los alquileres. Día a día, las oficinas de Desarrollo Social, los comedores, los merenderos y las escuelas se ven desbordados por cientos de miles de desocupados que pujan por un bolsón de mercadería
La crisis sanitaria se da en medio de un derrumbe económico, social y de la salud pública. Por eso crecen en los barrios las ollas populares. Pero el gobierno nacional paralizó la entrega de alimentos con la excusa del escándalo de sobreprecios. Denuncia que las empresas lo extorsionan, pero el gobierno no dispone la incautación de los alimentos. La dureza la aplica a la hora de pagar un subsidio a los desocupados, con la exclusión de millones de ellos, mientras subsidia a los patrones haciéndose cargo del 50% de los salarios de cientos de empresas
Ante la ausencia de una política estatal que permita garantizar la cuarentena y el aislamiento, cientos de vecinos, trabajadores y desocupados, levantaron ollas populares en los barrios de todo el país. Con las ollas populares se intenta paliar no sólo la falta de ingresos que muchos trabajadores sufren desde el inicio de la cuarentena, sino también garantizar el aislamiento de las familias. La tendencia del Polo Obrero se ha sumado a esta iniciativa popular en los barrios. Día a día abrimos nuevas ollas populares en las villas de la Ciudad, en el Gran Buenos Aires y en las provincias del interior.
En la Ciudad de Buenos Aires, donde el gobierno nacional nos ha cortado la entrega de mercadería, las delegadas, junto a las asambleas de desocupados que se vienen organizando con nosotros, montaron una olla en la villa 31 que diariamente le da de comer a 400 vecinos; una en la Villa 21-24, que ha despertado la simpatía y solidaridad del barrio; dos ollas en la 1-11-14, que ha despertado el interés de algunos medios de comunicación, y una en Ciudad Oculta (Villa 15); todas son sostenidas por la colaboración y solidaridad de los vecinos que se acercan y se organizan para dar una respuesta a la situación crítica que se vive en los barrios. Alrededor de las ollas se abren debates, no sólo sobre la necesidad de un reclamo colectivo al Estado por todas las reivindicaciones de los vecinos -alimentos, kits de higiene, subsidios a los desocupados, etc.-, incluida la lucha contra la violencia de género. En las ollas realizamos una agitación con nuestro programa para la cuarentena, que ha tenido gran recepción.
En el Gran Buenos Aires, las ollas populares también se multiplican. En Moreno, 300 compañeros se sumaron a la construcción de la Tendencia. Los años de luchas y asambleas los llevaron a rechazar los métodos punteriles, desoyendo amenazas de pérdida de planes y alimentos que se conquistaron producto de la lucha, no de transas. En esta regional, los compañeros abrieron ollas en Barrio Rivera, en Barrio Santa Brígida, en Barrio Argentino de Merlo y en el Barrio Satélite, donde comen 900 vecinos. Para el sostenimiento de las ollas, los compañeros conquistaron mercadería del municipio y reciben donaciones solidarias.
En Hurlingham, a pesar del abandono municipal con la entrega de leche, funcionan cinco merenderos en distintos barrios. El propio gobierno local, ante la presión de la situación que se vive en los barrios, creó un “comité de crisis” desde el cual ha montado sus propias ollas populares. Los delegados y delegadas de la Tendencia que se presentaron en la intendencia con los reclamos de los barrios fueron recibidos por funcionarios, junto a Barrios de Pie, la CTA y otras organizaciones integradas al Estado, que forman parte del “comité de crisis” con el municipio. Nos propusieron integrarnos a sus ollas, pero los delegados rechazaron la propuesta. Los vecinos de los barrios que levantaron ollas de manera independiente reconocen en estas un medio para organizarse y reclamar al Estado por todos los recursos necesarios para defender la vida y la salud de los trabajadores y desocupados.
En San Martin, funciona un comedor en el barrio de Villa Zagala, a pesar de no estar recibiendo los alimentos del municipio, y un merendero en Costa Esperanza.
En San Isidro, se organizó una olla popular con compañeros que se acercaron a la Tendencia a través del empadronamiento por el subsidio IFE, con la colaboración de compañeras docentes, las maestras y vecinas que defendían la escuela 28 contra el cierre. Entregaban comida para 13 familias y ahora pasaron a 130, solventada con donaciones.
En la Zona Sur del Gran Buenos Aires, la actividad de las ollas se encuentra en desarrollo. Contamos con dos merenderos en Villa Caraza, Lanús; levantamos merenderos en Berazategui, barrio Kennedy y Villa España. En Presidente Perón, en barrio Americano, funciona un merendero y los compañeros se plantean montar una olla y otro merendero con donaciones. En Esteban Echeverria, hay un merendero y también próximamente un comedor. Estos comedores y merenderos no reciben asistencia de los municipios ni de provincia. Este domingo, en la plaza Zaizar, se levantó el comedor Los Humildes, una olla conjunta con Barrios de Pie (Libre del Sur) y el MTD Aníbal Verón.
En Berisso, donde venían funcionando comedores y merenderos, en los dos centros se hicieron ollas populares, pasamos de 300 compañeros a 600, gracias al aporte de donaciones, ya que del municipio sólo se recibió 250 kg de mercadería. Los compañeros que discuten la necesidad de apertura de otras ollas y merenderos realizan una fuerte campaña en los medios por donaciones y por todos los reclamos a los municipios y al gobierno nacional. Hemos recibido una amplia colaboración de los trabajadores estatales.
En Pergamino, un municipio que cuenta con índices de desocupación de más del 50%, pusimos en pie un comedor donde se reparten 300 raciones por día y crecen las ollas por todos lados.
En El Dorado, Misiones, los compañeros de la Tendencia le reclaman al Estado nacional la entrega de mercadería, mientras reciben el apoyo de los compañeros de Posadas. En Mendoza, los compañeros que organizaron recientemente el Polo Tendencia levantaron el reclamo ante el gobierno y conquistaron de Desarrollo Social la entrega de alimentos, zapatillas, mantas y colchones. Preparan en Maipú los mismos reclamos.
La Tendencia del Polo Obrero también se organiza en el NOA. En Salta, los compañeros que sostienen un merendero realizan, además, un curso del Estado. En Colonia Santa Rosa, donde sostienen un comedor, los compañeros realizaron una olla popular con los trabajadores golondrinas en cuarentena, abandonados por el Estado y la patronal. Las compañeras, cumpliendo la cuarentena, entregan viandas y mercadería que conquistaron del municipio y donaciones.
En Santiago del Estero, en la ciudad de La Banda, creció la miseria y los narcos ganaron las calles. Denuncian los compañeros que la policía hacía cumplir la cuarentena a latigazos limpios a los jóvenes de los barrios. En las últimas semanas, los vecinos se autoconvocaron contra el hambre, y 120 compañeros de la Tendencia levantan ollas populares. Los municipios, mientras tanto, no dan respuesta a los reclamos. Los compañeros del Polo y el PDT participaron junto a otras organizaciones en la lucha por el caso de Priscila, joven de 15 años víctima de femicidio.
En Tucumán, 33 núcleos se organizaron con la Tendencia en Capital y San Miguel, con alrededor de 1.000 compañeros. Han conquistado la entrega de 700 módulos por parte del municipio. Los compañeros que antes de la cuarentena movilizaban junto a la coordinadora con los trabajadores estatales, docentes y otras organizaciones contra el ajuste y por el salario, ahora preparan una movilización por la entrega de elementos de higiene y limpieza, reclamando fumigación y el combate al dengue, que se siente aún más que el coronavirus en esta provincia.
En todos los distritos salimos el pasado 28 de abril junto a las organizaciones del frente nacional con el planteo de que queremos cumplir la cuarentena y que, para eso, el Estado debe garantizar los alimentos y los ingresos necesarios.
Apoyamos a los trabajadores de la salud, que reclaman los insumos y los elementos de protección para atender a los contagiados sin contagiarse.
Apoyamos las luchas que se llevan adelante en los lugares de trabajo para que se realicen las tareas esenciales con protección y distanciamiento.
Apoyamos a la clase obrera que lucha defendiendo el trabajo contra los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales.
Llamamos en los barrios a organizarnos en comités barriales, alrededor de los reclamos necesarios para el cumplimiento de la cuarentena: por los testeos masivos casa por casa en todos los barrios, asentamientos y villas; por la detección y el aislamiento en condiciones adecuadas con atención sanitaria.
Asistencia alimentaria a toda la población bajo control de las organizaciones sociales y barriales.
Entrega de productos de higiene y limpieza en los barrios.
Alrededor de este programa la Tendencia del Polo Obrero en todo el país organiza a los desocupados en las ollas populares y merenderos.