Terrorismo sionista en El Líbano: Israel ingresa “en una nueva fase de la guerra”

Escribe Olga Cristóbal

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El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, tras tres días de terror en El Líbano, el jueves habló por la televisión y calificó el ataque sionista como “un acto de guerra” y “un golpe severo y cruel” contra su organización. Hezbollah es un partido de masas de los chiítas de El Líbano, aliado a Irán. Es el más poderoso de su país, con presencia parlamentaria -hace unos años fueron el bloque mayoritario-, una milicia poderosa y una extendida organización social en distintos estamentos del Estado.

El martes, Israel, en un acto de terrorismo de masas largamente preparado por la inteligencia y el ejército sionistas, hizo detonar miles de beepers. Un día después, estallaron miles de walkie talkies, paneles solares y otros dispositivos que dejaron por lo menos 37 muertos y 4000 heridos; “las escenas, devastadoras, continúan sucediéndose en todo el Líbano” (CNN, 19/9).

Los hospitales libaneses colapsaron; solo el primer día hubo 450 operaciones por las graves heridas en los ojos y el rostro. La gente acudió en masa a los hospitales de todo el Líbano, muchos habían perdido los ojos o las manos o habían sufrido graves lesiones abdominales. La OMS informó cientos de amputaciones (1).

Según el Ministerio de Sanidad libanés, entre las víctimas había mujeres, niños y ancianos, así como trabajadores médicos y funcionarios.

Mientras hablaba Nasrallah, el estruendo de los aviones de guerra sionistas se oía sobre Beirut “y hacían temblar algunos edificios”. Israel bombardeó más de un centenar de puntos en el sur del Líbano, “uno de los ataques más intensos del último año de conflicto en la región” (The Washington Post, 19/9). En el bombardeo de dos edificios residenciales sobre Beirut, los sionistas asesinaron al jefe de la unidad de élite de Hezbollah, Al Radwan, Ibrahim Aqil, y a otros nueve miembros.

“Una nueva fase de la guerra”

Los analistas militares han coincidido en que “la sofisticada y compleja operación tenía el sello de la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, que tiene un historial de llevar a cabo asesinatos selectivos en el extranjero”, el último el de uno de los jefes de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán. La bomba que mató a Haniyeh habría sido colocada con dos meses de anticipación.

Refael Franco, exjefe de la Dirección Cibernética Nacional de Israel, dijo que la operación probablemente constó de varias partes: «Estudiar toda la cadena de suministro de Hezbollah; después, hacer que Nasralá se convenciera de que había que cambiar los sistemas de comunicaciones del grupo; después, en tercer lugar, asegurarse de que Hezbolá comprara -entre todas las demás alternativas- los *beepers *al proveedor operativo».

“El proveedor operativo”, como dice Franco, es el fabricante taiwanés de *beepers *Gold Apollo, que negó haber fabricado los aparatos que explotaron y aseguró que fueron «gestionados íntegramente» por una empresa húngara llamada BAC Consulting KFT. El gobierno húngaro, aliado incondicional de Israel, aseguró que “los dispositivos en cuestión nunca han estado en Hungría”.

El ataque, opinó Francos, habría dado tiempo a Netanyahu para decidir si libra una guerra a gran escala, tomando en cuenta que “el arsenal de Hezbolá podría desbordar los sistemas de defensa antimisiles israelíes y podría atraer a Irán”.

La decisión parece estar tomada: el miércoles, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, informó que la 98ª División del Ejército, que incluye comandos y paracaidistas, está siendo transferida de Gaza al norte de Israel. Un día después, Gallant explicó que se había entrado en «una nueva fase de la guerra» y que el ‘centro de gravedad’ se estaba moviendo hacia el norte, “lo que significa que estamos asignando fuerzas, recursos y energía para el escenario norte”, agregó.

En tanto, el gobierno de Biden y sus comparsas europeos justifican el acto de terrorismo de masas como una represalia de Israel a los ataques del “grupo terrorista” Hezbollah. La BBC de Londres -insospechable de antisionismo- “verificó” que el 78 % de los ataques en la frontera han sido cometidos por Israel.

La portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, en conferencia de prensa, aseguró que Estados Unidos está listo para proteger a Israel ante cualquier ataque que pueda llegar como represalia a las explosiones que sufrió Hezbollah.

El traslado de las fuerzas israelíes al norte no significa ningún alivio para los palestinos en Gaza, que sigue totalmente sitiada y sometida a una hambruna, sin agua, sin electricidad y casi sin la atención médica. Esta semana, Israel ha bombardeado refugios y escuelas de la ONU.

El imperialismo avanza vertiginosamente en su loca carrera bélica; solo el puño de la clase obrera podrá detenerlo.

(1) Las amputaciones son una de las lesiones favoritas de los israelíes. Hay miles de amputados -sobre todo niños- en Gaza pero también es un castigo que se inflige a los presos palestinos en las cárceles sionistas. Algunos médicos israelíes dijeron que los palestinos detenidos están siendo sometidos a amputaciones "de rutina" por lesiones por las esposas.

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