En los estrados, una minoría que vela por sus intereses. Nota de tapa de Política Obrera N°105, edición impresa
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La movilización educativa del 2 de octubre volvió a ocupar el centro de la Capital en toda su extensión. En Córdoba y Rosario fueron megamovilizaciones.
Por las calles no pasaron solamente los universitarios; vinieron los jubilados, los estudiantes secundarios, los docentes, los trabajadores de la salud y grupos numerosos de obreros de la industria y del transporte.
El país que marca tarjeta de ingreso al trabajo y el país que no para la olla hizo esfuerzos e incluso sacrificios para expresar el repudio al gobierno antiobrero.
El pueblo trabajador marcha, con una convicción que crece, hacia una rebelión popular.
Claro que una cosa es la calle y otra el estrado; en la calle está el país que quisiera ver la partida acelerada de este gobierno, del cual sólo cabe esperar miseria, de un lado, y el enriquecimiento de una minoría. del otro.
Un 55 % debajo del nivel de pobreza, un 20 % debajo de la indigencia y una minoría que blanquea 50.000 millones de dólares y deja sin declarar otros 250.000 millones, o deposita en los bancos una caja chica que llegaría a los 10.000 millones de dólares.
En los estrados está la burocracia de la CGT, que acaba de acordar la reglamentación de la ley patronal del derecho laboral.
Milei va a vetar la Ley de Financiamiento Universitario, a pesar de que aporta poco a las necesidades de las universidades, como vetó una ley jubilatoria que sumaba migajas a los jubilados.
Después de eso vendrá la negociación a puertas cerradas del Presupuesto 2025. Dilación tras dilación, los diputados y senadores que aún mantienen vigente el DNU/70 y aprobaron la "Ley Bases", le dan tiempo al Gobierno para seguir con su política de ajuste y mayor endeudamiento.
De nuevo, una cosa es la calle vigorosa de las masas, otra, los discursos de la tribuna y las trenzas del poder. En el estrado del 2 de octubre, han estado quienes han colaborado con los planes del Gobierno, sea desde el parlamento, sea desde la burocracia sindical.
Conclusión: necesitamos más calle todavía que la que se ha manifestado hasta ahora y otra dirección política al servicio de los explotados y los trabajadores.
La transa y la colaboración con el gobierno liberticida, como lo hacen todos los partidos patronales sin excepción, es alinear a Argentina con el imperialismo y con la guerra criminal que impulsa en el Medio Oriente y en Europa.
Multipliquemos las luchas y forjemos una unidad política que ponga fin definitivamente a este y todos los gobiernos patronales.