El derrumbe social en la Ciudad de Buenos Aires

Escribe Jacyn

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“En el segundo trimestre de 2024, las condiciones de vida de los hogares de la Ciudad se deterioran en forma generalizada”. La sentencia catastrófica,encabeza las conclusiones del último informe sobre indigencia y pobreza publicado ayer, que elabora el Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sobre unos tres millones de residentes permanentes, la pobreza alcanza a 358.000 hogares y a 989.000 personas. Significa que el 34,8 % de los hogares se encuentra en “situación de pobreza”, un estrato que agrupa a pobres e indigentes. Estos últimos, quienes no tienen ingresos suficientes para costear una canasta básica de alimentos, suman 417.000 personas, la mitad de los considerados pobres. La “pobreza” se incrementa casi diez puntos porcentuales respecto del primer semestre de 2023 y alcanza el nivel más alto desde que comenzó la medición en 2015, con excepción del correspondiente a 2020, cuando regía la cuarentena. En los últimos seis meses, se sumaron unos 68.000 hogares y unas 169.000 personas que estaban incluidas en los llamados “sectores medios” y descienden en la pirámide de ingresos a la condición de pobreza. El dato de la pobreza infantil no es menos estremecedor: 45,4 % de niños, niñas y adolescentes -de 0 a 17 años-, señala el informe, residen en hogares pobres (304.000 personas en ese grupo de edad). Un año atrás, el porcentaje era de 39,6 %. ¿Una Ciudad inclusiva y con “perspectiva de género”? El sector más impactado lo constituyen los hogares encabezados por mujeres, donde la incidencia de la pobreza es de 31,0 %, frente a 21,5 % con jefe varón. Entre los sectores considerados “no pobres”, la estadística calificadora incluye “en situación vulnerable” y “sector medio frágil” a otras 700.000 personas aproximadamente. Sin embargo, la desocupación “apenas” pasó de 6,4 % al 7,5 % en en el último año.

La degradación social en la Ciudad de Buenos Aires ha experimentado un salto inédito desde que asumieron los gobiernos liberticidas de Milei y Jorge Macri, pero en los últimos 10 años la pobreza se ha duplicado entre los porteños (del 16,8 % en 2015 al 33,6 % actual). Asimismo, en el mismo periodo, el sector “acomodado”, el más alto de la pirámide de ingresos, se ha reducido del 12,1 % registrado en 2015 al 5,3 % en la actualidad. Como la Ciudad “más rica del país” mantiene todavía ese status -el PBI per capita triplica el promedio nacional, naturalmente, porque muchas empresas tienen radicados aquí sus domicilios fiscales- se puede inferir que, junto a una expansión inusitada de la pobreza, se produjo una mayor polarización social que la estadística no releva.

La población de la Ciudad ha sido acribillada con tarifazos. A las subas generalizadas de los precios de alimentos y servicios, deben agregarse el subte -el medio de transporte más eficiente de la Ciudad de Buenos Aires-, con un aumento del 589 % desde principios de año. Aunque en menor medida, sufrieron aumentos sustanciales también el boleto de colectivo e incluso el taxi (50 % sólo en agosto) y el estacionamiento medido (120 % en septiembre y aumentará otro 100 % de aquí hasta diciembre). La última medida del macrismo primo ha sido implementar un cambio en el método de incremento del ABL, reemplazando su indexación por el índice de precios por un incremento fijo anual segmentado por barrio, no por ingresos. De este modo, en el norte de la Ciudad -que incluye, pero no se limita a Puerto Madero- será del 100 %; en el Centro, será del 50 % y en el Sur del 25 %. La Ciudad se ´moldea´ socialmente de este modo. En el Sur, el gobierno porteño ha lanzado promociones para la radicación de empresas (exención de Ingresos Brutos en ciertas actividades) y la promoción inmobiliaria: el nuevo Código de Planeamiento Urbano ´premia´ a los desarrolladores que inviertan en esa zona con diferentes beneficios.

La Ciudad es un escenario de lucha social y política. Jorge Macri ha acentuado la política represiva contra marchas y piquetes, pero también el control policial sobre el uso del espacio público para perseguir a manteros, changarines y personas en situación de calle. El derrumbe social de la Ciudad es responsabilidad de macristas, radicales y peronistas, que la gobernaron y legislaron durante las últimas décadas al servicio de los intereses de las inmobiliarias, el juego, los empresarios del espectáculo y el deporte, sumiendo a Buenos Aires en la condición de eterna aspirante al cetro de “capital cultural y financiera del Mercosur”. Depende de los trabajadores dar vuelta la tortilla.

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