El GAFI sacó a la Argentina de la lista gris y se suma a la platea de capitalistas que festeja a Milei

Escribe Aldana González

Pero Caputo sigue sin conseguir un acuerdo con el FMI.

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El plenario del Grupo de Acción Financiera Internacional (Gafi), reunido en París, aprobó un informe favorable a la Argentina, que lo quitó de la lista gris de los países que no cooperan en la lucha contra el lavado de dinero.

El país ya había estado en la lista gris durante la segunda presidencia de Cristina, –desde el 2012 al 2014– lo que implicó una baja calificación para pedir préstamos internacionales.

El reciente blanqueo de capitales iniciado por Milei estaba en la mira del Gafi –o tendría que haber estado– puesto que favorece el lavado de dinero de cualquier origen delictivo. Pero las superganancias que el gobierno liberticida le está garantizando a los capitalistas pesan definitivamente más.

Los argumentos para justificar el informe positivo son: la cantidad de condenados por lavado -entre los que está Lázaro Baez– que son más de 300 correspondientes a 91 sentencias, el aumento de los decomisos –80 millones de dólares–, y las reformas de la Ley de lavado y del código penal para incluir como delitos el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.

Estas últimas reformas habían sido impulsadas por Sergio Massa. Además, se agregó la posibilidad de decomisar activos desde el comienzo mismo del proceso penal y se agregaron a los abogados como sujetos obligados a denunciar actividades sospechosas de sus clientes.

El Gafi está integrado por los 40 países más importantes del mundo (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, China, Israel, Brasil, India, México, entre otros), cómo así también organismos internacionales en su carácter de observadores (FMI, Banco Mundial, Comisión Europea, el BID, entre otros).

Que al Gafi el lavado de dinero lo tiene sin cuidado está claro desde el momento en que ningún paraíso fiscal está en su lista gris y mucho menos en la negra. Esta es reservada para los países enemigos del imperialismo yanqui mientras que la gris es usada para disciplinar a algunos gobiernos díscolos, siempre del tercer mundo. Con este informe positivo, el Gafi le quita una traba a Caputo para que pueda acceder al mercado financiero internacional, la única alternativa para evitar un default el año que viene.

Lo que premia el Gafi

En la Argentina las empresas más grandes que cotizan en la Bolsa de Comercio quintuplicaron sus ganancias en el último año. El informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), del exdiputado Claudio Lozano, exhibe el impacto favorable que las políticas implementadas desde diciembre de 2023 tuvieron en las principales corporaciones empresarias que operan en la Argentina, mientras que la mayoría de la población argentina vio diezmados sus ingresos (Letra P 25/10).

Algunas empresas lograron expandir sus beneficios muy por encima de la media del mercado. Molinos Agro, la cerealera de la familia Pérez Companc, aumentó su resultado operativo un 7.543 %, mientras que Metrogas creció en un 2.581 %. En cuanto a ganancias netas, Mirgor, de la familia del ministro de Economía, Toto Caputo, se posicionó con un crecimiento del 2.788 %, destacándose junto a firmas como Telecom Argentina y Mastellone Hermanos, que multiplicaron sus beneficios más de 20 veces (Idem).

Los capitalistas festejan al unísono

Además del informe positivo del Gafi, esta semana Caputo recibió la mención al “Mejor ministro de Economía del año” en los Estados Unidos por parte de la revista LatinFinance.

También en Washington, se reunió con Kristalina Georgieva y, por primera vez desde que es ministro de Milei, tuvo el apoyo explícito del FMI, aunque sin promesas de cash.

Y es que con el repo que consiguió de Basilea empeñando oro, Caputo compró el tiempo para llegar a los primeros vencimientos de deuda de 2025. Esta semana las acciones y los bonos argentinos festejaron en punta –el riesgo país se desplomó– porque además de las superganancias capitalistas el gobierno pudo garantizar esos primeros vencimientos. Pero el plan de Caputo requiere –además de la renovación del *swap *con China– de un acuerdo con el FMI que le garantice dólares, algo que quedó para discutir para después de las elecciones presidenciales de noviembre.

La contracara de este júbilo capitalista son los otros economistas del capital, quienes siguen alertando que el gobierno está flotando con salvavidas pinchados –los repo, el blanqueo, el dólar planchado artificialmente– para llegar a los vencimientos del 2025, pero que no puede sostenerse si no consigue dólares reales para salir del cepo y para pagar la deuda inmensa que dejó el mismo Caputo durante la presidencia de Macri convalidado después por todos los partidos patronales.

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