Por la apertura de los libros de las universidades, incluidos los convenios y cursos arancelados

Escribe Agustín Martínez

Tiempo de lectura: 4 minutos

Milei vuelve a elevar su ataque a las camarillas universitarias. Frente a ello ¿cómo debe pararse el movimiento estudiantil? A continuación realizamos un raconto de los vaivenes entre rectores y el gobierno durante el año. En este cuadro de embestida del gobierno, analizamos la posición en que se encuentran las camarillas gobernantes de las universidades.

El gobierno inició el año atacando la universidad pública en su conjunto incluida la camarilla de rectores nucleados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Los rectores y sindicatos respondieron convocando a la marcha universitaria del mes de abril, que canalizó el rechazo a Milei, propinándole el golpe político más importante hasta ahora. Entonces el gobierno realizó un retroceso táctico, pactando con los rectores el aumento de gastos de funcionamiento dejando afuera insumos, becas y sobre todo salarios que forman el grueso del presupuesto. A cambio el vicerrector de la UBA, Yacobitti, y su bloque en diputados votó la ley Bases. Parecía que la embestida iba a ser solo para los trabajadores y estudiantes.

Rectores y burocracias lucían en una posición segura. Fuerzas políticas afines a ellos, por medio de la Ley de Financiamiento Universitario, quisieron “ordenar” la cruzada del gobierno contra las universidades públicas. La respuesta de Milei fue el veto que pateó el tablero de estos aliados temporales. El movimiento estudiantil pierde esperanza en una salida institucional y crece el sentimiento de que el camino es la lucha de acción directa por medio de tomas y cortes. Los rectores y un conjunto de fuerzas políticas que controlan sindicatos buscan atenuar y dispersar este impulso del movimiento estudiantil. Buscan distraerlo con la judicialización de las auditorias o nuevas esperanzas parlamentarias en el presupuesto 2025 o en una consulta popular, reciente idea del Consejo Directivo de Exactas-UBA. Lo hacen a sabiendas de que el desarrollo de un movimiento de autoconvocatoria de estudiantes, docentes y no docentes puede barrer con ellos. Es algo que se evidencia estos días: cuando las asambleas son nutridas, las posiciones que ganan superan el corset de gremios y autoridades: van hacia la toma del control de las facultades, hacia la elección de delegados, hacia el corte y la movilización, hacia una escalada del enfrentamiento directo con el gobierno y hacia mayor conciencia del rol histórico del movimiento estudiantil y el rol parasitario de las camarillas.

¿Por qué Milei ataca a los rectores si le hacen el menudo favor de contener al movimiento estudiantil? Las camarillas y burocracias buscan alejar el movimiento estudiantil de la acción directa, de las tomas y cortes. En lugar de escalar la lucha proponen actividades intermitentes, repartidas en diferentes días y en diferentes lugares. Así pretenden canalizar el descontento contra la imagen de Milei para que el golpe contra el gobierno sea unicamente electoral y no un golpe histórico que barrería con ellos mismos. Es decir, prefieren que la embestida de Milei prosiga con la promesa que, en 2025, un Congreso con otra distribución arbitre lo que no puede arbitrar ahora. Es un camino al fracaso para el movimiento estudiantil pero un salvavidas para las burocracias, las camarillas y para el régimen político.

Así planteado, quien tiene la posición fuerte y la iniciativa es, por un lado, el gobierno. Pero por el otro, es el movimiento estudiantil detrás de la estrategia de acción directa, el único contendiente de peso. Si Milei pacta con los rectores sin tocar sus intereses, debe tolerar la estrategia orientada a 2025 que lo deteriora gradualmente y no le permite avanzar al ritmo y profundidad que intenta en su liquidación de la universidad pública tal como la conocemos. ¿Por qué Milei toleraría esto si los rectores ya no pueden jugar la carta de abril? Una marcha no agitaría más el agua de lo que está, de hecho está planteada para el 12 de noviembre, con o sin apoyo de los rectores. Ellos ya no están en condiciones de agitar el movimiento estudiantil porque ese movimiento es una amenaza para ellos más inmediata que para Milei. Justamente el movimiento estudiantil debe superar las trabas dentro de la universidad que lo dispersan en su camino para desarrollar la lucha de acción directa contra el gobierno. Una marcha independiente de autoridades tal como está planteada para el 12 es un desafío para el movimiento.

En este cuadro, cuando Milei dice que va a auditar las universidades, ¿como nos paramos frente este ataque dirigido a las camarillas? La intervención de la Sigen viola la autonomía universitaria y es inconstitucional, pero la la Auditoría General, a cargo de Diputados, no logra formarse, pero si lo fuera estaría bajo el control de Jacobitti, de la camarilla de los rectores. Si las camarillas son un obstáculo para el desenvolvimiento del movimiento estudiantil, no hay razón de defenderlas frente al ataque del gobierno hacia ellas. Los socialistas reclamamos históricamente la apertura de los libros de las empresas y esto vale también para la caja de las camarillas. Nosotros queremos ver los libros de las universidades y de las obras sociales destruidas como DOSUBA que es administrada por el rectorado. Rechacemos que el Poder Ejecutivo audite a puertas cerradas las universidades para después ventilar, a conveniencia del gobierno, negocios de posgrados y convenios con privados. Denunciemos a la Auditoría controlada por la camarilla universitaria. Reclamemos que estudiantes, docentes y no docentes seamos los encargados de auditar nuestras universidades, en particular los ingresos de dinero que vienen del sector privado y de la educación de posgrado arancelada. Mientras el gobierno va a querer mostrar que las universidades se pueden autofinanciar debido a sus ingresos, nosotros vamos a querer mostrar que la educación no es de por sí gratuita cuando los contenidos más significativos van pasando de las carreras de grado a las carreras de posgrado aranceladas. Frente a la posición de las camarillas que se puede tornar más débil según avance la embestida de Milei, incluyamos la lucha por la democratización de las universidades para terminar definitivamente con ellas.

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