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En agosto pasado a través de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, presidida por Carlos Iraeta, se dio a conocer la apertura de un proceso de retiros voluntarios en el INTA, es decir, despidos encubiertos. Desde el anuncio, de los 6.900 profesionales y trabajadores del ente autárquico, 250 aceptaron el retiro voluntario. La directiva del gobierno nacional, en un principio fue que la reducción de la planta fuera de 1400 trabajadores, pero los liberticidas exigen un ajuste mayor para garantizar el tan mentado déficit cero.
En este marco de situación, el Ingeniero Agrónomo, ligado a los agronegocios, Juan Cruz Molina Hafford presentó su renuncia el pasado 15 de octubre a la presidencia del INTA. En la carta dirigida al ministro de Economía, Luis Caputo, Hafford manifestó diferencias con el gobierno en relación a cómo implementar el plan de ajuste que tienen los libertarios para con el INTA. Hafford cumplió su función de ser punta de lanza del inicio de proceso de desguace de la entidad de tecnología agraria.
La que sigue en el cargo es la vicepresidente del INTA, la exfuncionaria macrista, María Beatriz “Pilu” Giraudo, quien en su momento presidió la Asociación Argentina de productores en Siembra Directa (AAPRESID), una de las entidades no gremiales más importante de las patronales agrarias, que tiene una fuerte ligazón con empresas transnacionales, medios de comunicación hegemónicos y el Estado.
En declaraciones a Clarín Rural Molina Hafford se explayó sobre su salida de la presidencia del INTA. Según Hafford su objetivo era la de “construir un INTA grande de nuevo, un INTA como Faro Tecnológico en el Camino hacia la Transformación de la Argentina” (Clarin, 7/11). También señaló que desde la secretaria de Agricultura se le pidió que achicara en un 20 % la planta del instituto, es decir 1.400 profesionales y trabajadores. Hafford, representante de los intereses de las grandes patronales agrarias, sabe mejor que nadie que “el proceso de formación de los cuadros del INTA es continuo, es un proceso de criticidad, por mérito, por concursos; la gran mayoría de las posiciones de técnicos y profesionales se cubren por vacancia, hay becarios en formación, técnicos en procesos de postgrado, doctorados y postdoctorados. Entonces, la persona que se va del INTA probablemente agregue más valor que uno de otro organismo.” (Idem) Es este proceso el que le permite a las patronales agrarias y al sector de los agronegocios valerse a muy bajo costo de los avances técnicos desarrollados en el INTA en su producción. Carlos Castagnani, presidente Confederaciones Rurales Argentina (CRA), otra de las entidades no gremiales de las patronales agrarias, también se refirió al tema y sentenció: “Nos mantenemos atentos a su reestructuración y hemos solicitado participar activamente en las decisiones que marcarán su futuro.” Queda claro que los representantes de las patronales agrarias ven con recelo el desguace que está llevando adelante el gobierno liberticida sobre el INTA y augura nuevos enfrentamientos.
En reemplazo de Hafford, el gobierno oficializó la designación del ingeniero agrónomo Nicolas Bronzovich que hasta el momento se desempeñaba como director Nacional de Agricultura y es un histórico referente de AAPRESID. A nada de asumir Bronzovich, con una motosierra entre sus manos, dejó en claro el rol que va a jugar, al declarar que “tenemos mucho ajuste para aportar todavía al INTA” (Infocampo 14/11). Bronzovich viene a profundizar el trabajo iniciado por Hafford.
Como hemos señalado en estas páginas, los retiros voluntarios son la antesala de un mayor ajuste. El desguace que comenzó el gobierno nacional cuenta con un socio fundamental, la burocracia sindical que ha dado vía libre a los ajustadores. El gobierno tiene como norte convertir, de forma definitiva, al INTA en un ente subsidiario de los agronegocios y el capital financiero internacional. En esta línea, Bronzovichy sin consultar a los profesionales y trabajadores, declaró que el “INTA quiere estar cada vez más integrado a la agenda de los privados.”
La política patronal debe ser respondida con autoconvocatorias en todas las estaciones experiméntales y dependencias del INTA, que discutan un plan de lucha para poner fin al ajuste liberticida.