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Cuando CFK asumió la jefatura del PJ, no estuvieron presentes el gobernador Axel Kicillof, ni tampoco Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja; de la cúpula de la CGT, el único representante fue Ricardo Pignanelli del SMATA. “CFK conduccion” tuvo un inico languidecido.
Al criticar el rumbo económico de Milei hizo responsable a Caputo y a su exministro Guzmán, por la continuidad del acuerdo con el FMI. CFK no se atrevió a afirmar que este rumbo sería el que hubiese encarado su excandidato presidencial Sergio Massa, quien no dio el presente en el acto. Es lo que sí repite el verdadero ministro de economía de la última etapa del gobierno de los Fernández, Gabriel Rubinstein. Cuando CFK lanzó una queja de que la CGT “ya no para”, generó una mueca complaciente en Pignanelli. La CGT “peronista” no solo no para, sino que ha establecido un acuerdo político con Milei para que prospere una nefasta reforma laboral, de la cual CFK no se dio por aludida. CFK expuso una vieja fábula: que Milei representa al neoliberalismo y al capital financiero, mientras que el peronismo al nacionalismo democrático y productivo, que no sólo apoya a Milei, sino que reza para que gane las elecciones de octubre y protesta porque no se aplica la “ficha limpia” a Cristina Fernández. Atacó a Milei por su amistad con Elon Musk , que tiene una fábrica de automóviles y un complejo de satélites de comunicación. CFK atrasa cuando contrapone al capital financiero, que por otra parte es dueño accionario de las mayores industrias, al industrial, que está abarrotado de títulos públicos. CFK omitió señalar los senadores, diputados y gobernadores que se pasaron al gobierno.
CFK dedicó unos ‘misiles’ a su contricante ausente, Kicillof, no por trasladar la motosierra en Buenos Aires contra los docentes, estatales o descontarles el sueldo si aplican su derecho a la huelga, sino por pretender encabezar la ‘renovación’ en el peronismo. Insinuó críticas a la militancia que proviene de los “cenáculos universitarios” , de donde provienen ella y Kicillof, cuando los universitarios protagonizan una rebelión contra Milei. Kicillof ha reunido apoyos de la CGT, gobernadores y algunos ‘barones del conurbano’ -lo más rancio del pejotismo-. Cristina Fernández se encuentra tejiendo un acuerdo con Milei para ‘suspender’ las PASO, con el propósito de perjudicar a Kicillof, y favorecer los planes electorales del oficialismo.
Por eso crecen las especulaciones por un posible desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires, que CFK rechazaría al punto de insinuar una posible ruptura con el gobernador y la mayoría de intendentes del peronismo.