Gaza: el ejército israelí construye carreteras y puestos militares para quedarse en la Franja

Escribe Olga Cristóbal

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En distintas partes de la Franja de Gaza el ejército israelí construye carreteras, instalaciones e infraestructuras permanentes que indican la voluntad de permanecer allí. Dicho de otro modo: la voluntad de llevar el genocidio y la expulsión de los palestinos hasta el final.

Las montañas de escombros de los edificios que bombardearon ahora son vertiginosas obras en construcción: amplias carreteras, antenas de telefonía móvil, redes de agua, alcantarillado y electricidad. También levantan edificios, algunos portátiles y otros permanentes. “El impulso urbanístico está en pleno apogeo, y el objetivo -se hable abiertamente de él o no- está claro: construir la infraestructura para la prolongada estancia de los militares en el terreno, al menos en una primera fase” (Haaretz, 13/11).

Desde el principio de la guerra, el ejército sionista tomó el control de zonas y carreteras de la Franja. Pero los datos obtenidos por Haaretz muestran las magnitud de las obras “que empiezan a recordar los días anteriores a la retirada israelí de la Franja en 2005”. Las carreteras en el corredor de Netzarim -el llamado “corredor de los cadáveres” por la cantidad de palestinos asesinados cuando se acercan a él- están rodeadas de puestos del ejército.

En las últimas semanas, los altos mandos distribuyeron una especie de “grafico de combate 2025” que sugiere que el ejército se está atrincherando para el año que viene. En jerga militar se dice lo que Haaretz traduce como que están destruyendo los edificios e infraestructuras existentes de tal forma que nadie pueda vivir en ellos. Esto se suma a la construcción de nuevas carreteras y a los preparativos para construir instalaciones militares más permanentes. “Altas fuentes de Defensa” confirmaron a Haaretz que “lo que se está diciendo a los israelíes no es necesariamente lo que está sucediendo en realidad. Que las FDI tienen que vaciar pueblos y ciudades de sus residentes”. A modo de ejemplo, explicaron que “sólo quedan unas 20.000 personas en una zona en la que vivían más de 500.000 gazatíes antes de la guerra”.

Las organizaciones internacionales insisten en que Israel está tratando de vaciar el Norte de la Franja matando de hambre a la población que queda. Aunque ya no hay edificios habitables y “las IDF están arrasando sistemáticamente las estructuras que aún quedan en pie”, muchos palestinos han preferido quedarse entre los escombros. Huyeron de sus hogares cuando comenzó la invasión pero decidieron volver por las condiciones insoportables de un éxodo hacia ninguna parte, con Israel bombardeando las carreteras por donde huían, los refugios y los campamentos de desplazados.

Un alto comandante que sirvió en Gaza hasta hace poco le confió a Haaretz que “lo único que se pide a las fuerzas en la zona es que desplacen a la población hacia el sur, y que arrasen los edificios situados a pocos kilómetros de los ejes logísticos y de las zonas donde se alojan las fuerzas en todo el territorio de la Franja.” En todos estos lugares se están llevando a cabo construcciones militares a largo plazo.

El ejército está actuando para permanecer no solo en el Norte sino al menos en otras cuatro grandes zonas. Una de las más destacadas es el corredor de Netzarim, una amplísima carretera y una gran superficie sin edificios que se extiende desde cerca del kibutz Be'eri hasta la costa mediterránea. El ejército ha vaciado esta zona de residentes palestinos y demolido sus casas para construir carreteras y posiciones militares.

El corredor tiene siete kilómetros de ancho y unos nueve de largo. Pero el ejercito está trabajando para ensancharla aún más. Los edificios antiguos han desaparecido, pero se están construyendo otros nuevos. A ambos lados del corredor hay grandes puestos de avanzadas que podrían albergar un número considerable de tropas durante un período prolongado. Otra zona de la nueva hoja de ruta de Israel es el corredor Filadelfia. El ejército ya arrasó grandes extensiones de hasta 3 km a ambos lados de este. “Los dirigentes políticos han pedido incluso un kilómetro más, pero fuentes militares dicen que eso significaría destruir barrios enteros de Rafah” (ídem).

La cuarta zona es la más larga; es una franja a lo largo de toda la frontera entre Gaza e Israel que la División Gaza se encarga de remodelar. Es un tapón de por los menos un kilómetro de profundidad entre las comunidades israelíes cercanas a la frontera gazatí y las primeras casas dentro de Gaza. Para ello se están destruyendo barrios enteros. La limpieza étnica y la recolonización de Gaza a costa del exterminio de quienes la habitaron es política de Estados para el sionismo y sus aliados.

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