Elon Musk y la MAGA se enfrentan por la “inmigración de privilegio”

Escribe Leonardo Perna

Tiempo de lectura: 4 minutos

Una división en los círculos de simpatizantes del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, fue revelada esta semana. En el centro de la pelea se encuentra el magnate Elon Musk, dueño de Tesla, la red X, Space X y principal contratista del Estado norteamericano. El núcleo duro del trumpismo agrupado en lo que llaman MAGA (Make America Great Again) comenzó un debate por diferentes medios con foco en los dueños de las empresas de Silicon Valley.

La furia explotó cuando Elon Musk colocó en un tweet el problema de la falta de ingenieros con talento y motivación en los Estados Unidos. En medios como el Financial Times, marcan este episodio sobre la inmigración como parte de una fractura entre la base de la derecha radicalizada y esta camada de nuevos asesores del Partido Republicano.

El problema central pasa por cual será la política para las visas a trabajadores extranjeros altamente calificados llamadas H-1B -un ítem crítico para las empresas de tecnología estadounidenses. El recientemente nombrado asesor en Inteligencia Artificial, Andreessen Horowitz, incorporó a su equipo a varios especialistas extranjeros vía la visa H-1B. Despues de esto algunos de ellos empezaron a “agitar” para que se remuevan los cupos a las Green Cards (tarjetas de residencia permanente) y así “destrabar la inmigración de expertos”. Un choque contra la política xenófoba del trumpismo.

MAGA

La referente de la extrema derecha y parte de MAGA, Laura Loomer señalo “es alarmante ver el número de izquierdistas de carrera que están siendo citados para trabajar en la administración Trump” que “tienen miradas directamente opuestas a la agenda de America First de Trump”, señalando un desvío en los criterios contra los inmigrantes planteados en campaña y de contratación de mano de obra estadounidense sin excepción.

Está sobre la mesa un “plan de emergencia nacional” para expulsar a 11 millones de inmigrantes irregulares o sin papeles al comienzo del gobierno, una deportación que, aseguran, requerirá un reforzamiento histórico en la represión interna del país que podría incluir a las Fuerzas Armadas y la construcción de campos de concentración. “El primer día lanzaré el mayor programa de deportación de criminales en la historia de Estados Unidos”, afirmó Trump post elección, prometiendo nuevamente terminar el muro en la frontera con México. Económicamente los migrantes sin papeles, latinos y de todo el mundo, en EE.UU. son la base del trabajo con salarios de pobreza en rubros como la construcción, el trabajo en casa particular y la limpieza.

Loomer abrió el juego a que todo el entorno se sume a un debate abierto, donde la derecha se agrupó alrededor de sus opiniones, extendiendo las divergencias hacia otros nuevos asesores dueños de empresas de tecnología como David Sacks, que trabajará en un nuevo marco legal para las cryptomonedas. Musk, de origen sudafricano, que se posicionó a favor de contratar a expertos extranjeros, profundizó en la Red X: “todo se resume a esto ¿querés que América gane o que América pierda? Si fuerzas a que el mejor talento del mundo juegue para el otro bando, América va a perder”.

Hoy la derecha antimigrantes se siente desplazada del entorno presidencial por los tecnológicos. “Los ejecutivos de las Big Tech manejan las cosas ahora” apuntó Loomer y amenazó “un día un roce malo entre ellos y Trump escalará, la explosión entre MAGA y los tech-bros será gloriosa”. Este cisma entre los diferentes aliados del nuevo gobierno despierta en la prensa yanqui dudas respecto a como logrará Donald Trump que coexistan.

Lo cierto es que los dueños de las tecnológicas, que históricamente tuvieron con Trump rechazos y desencuentros, pasaron a ser importantes aportistas de campaña y habitués en las cenas de su finca en Mar-a-Lago. El propio Trump se colocó del lado de las visas de privilegio, a través de una entrevista en el New York Post, donde explicó que siempre las usó para aquellos trabajadores capacitados en sus propias empresas y que le gusta el mecanismo: “tengo muchas visas H-1B en mis propiedades”.

Musk

Esto vuelve a poner el foco en Musk, que estará a cargo de DOGE, una oficina de recorte del gasto del Estado, que cada vez más toma el rol de orientador y confidente de Trump. Algunos medios caracterizan esta etapa de Elon Musk directamente de “chearleader” (porrista usado de manera peyorativa) del magnate inmobiliario.

Ante las críticas crecientes a su posición, Musk ensayó una explicación en términos deportivos: “Me estoy refiriendo a que traer a través de la migración legal el 0.1 o menos de ingenieros en el tope de talento es esencial para que America siga ganando” y lo relacionó con los equipos de básquet de la NBA que compran jugadores extranjeros para ganar la liga con equipos con plantel mayoritariamente de jugadores norteamericanos.

Más allá de toda esta puja, las visas de privilegio del programa del H-1B han sido claves para el desarrollo de Silicon Valley y son las que dan sostenibilidad al sector. El gobierno de Estados Unidos permite unos 85.000 de esas al año. Incluso aquellas que fueron denegadas durante la anterior administración Trump fueron luego llevadas a la Corte que declaró ilegal la negativa del gobierno. Especialistas en migración de corte derechista se quejan de que es demasiado laxa, ya que no tiene límites sobre de que países pueden provenir los migrantes y que además no tienen que necesariamente trabajar en las dependencias extranjeras de la empresa que pide la visa, levantando preocupación sobre los migrantes chinos irregulares y su filiación política.

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