Escribe Olga Cristóbal
Tiempo de lectura: 3 minutos
El ejército de Israel (IDF) ha extendido su estrategia de aniquilamiento total, concentrada en los últimos meses en el Norte, a todo el territorio gazatí. El 4 de enero, los bombardeos barrieron la Franja de Norte a Sur y dejaron 140 muertos. El día anterior, habían sido 88. En la última semana, la cifra oficial de asesinados roza los 46.000. Defensa Civil y la Media Luna Roja informaron asesinatos de agentes de seguridad que acompañan los camiones de ayuda humanitaria.
El 31 de diciembre, ocho legisladores oficialistas, que integran la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa enviaron una carta al ministro Israel Katz, quejándose de las vacilaciones del ejército e instándolo a aniquilar a todos los palestinos de Gaza, no sólo a los del norte, donde la limpieza étnica ha dejado apenas unos miles de sobrevivientes. (Haaretz, 2/1).
Los legisladores “lamentan” que el ejército sionista “no considere enemigos a los que se quedan”. En otras palabras, sugieren asesinar a todos los que no hayan acatado la llamada “evacuación humanitaria”. Como es sabido, muchos de los evacuados fueron bombardeados mientras huían o quemados vivos días después en las precarias tiendas de campaña que se extienden en zonas arenosas a orillas del mar o en las inmediaciones de los hospitales destruidos (Mondoweiss 4/1).
La carta, que consta de tres puntos, pide la “eliminación a distancia de todas las fuentes de energía, es decir, combustible, paneles solares y cualquier medio pertinente (tuberías, cables, generadores, etc.)”, de “todas las fuentes de alimentos , incluidos los almacenes, el agua y todos los medios pertinentes (bombas de agua, etc.)” y la eliminación a distancia de ”todo aquel que se mueva por la zona y no salga con bandera blanca durante los días del asedio efectivo”. Tras estas acciones, puntualizan los legisladores, “las IDF deben entrar gradualmente y llevar a cabo una limpieza completa de los nidos enemigos”. (ídem)
La carta lamenta que Hamás siga teniendo presencia en zonas que las IDF “ya han conquistado”, pesar de tratarse de un territorio pequeño y de un enemigo que no posee herramientas ni capacidades de un ejército moderno” y señala que los fallos del ejército sionista “ha tenido un alto costo en sangre de los soldados propios”.
En síntesis, reclaman que en el norte de la Franja de Gaza y “de forma similar en cualquier otro territorio” el ejército “proceda a la eliminación total del enemigo” (SIC). “Así es como actúan todos los ejércitos, y así deben actuar las IDF”, concluye la carta. Uno de los legisladores firmantes, Ariel Kellner, del Likud, preside la comisión de partidos para las relaciones entre Israel y el Parlamento Europeo, y es un “visitante frecuente de Bruselas”, que no hace ascos a sentarse con un fascista en acto.
Para completar la magnitud del aval al plan de exterminio, alcanza con considerar que Joe Biden se despide de la presidencia con una venta de armas a Israel por valor de 8.000 millones de dólares, según informó el Departamento de Estado el 31/12. En noviembre, el gobierno de Biden notificó informalmente al Congreso que planeaba dar a Israel 680 millones de dólares en armas de precisión. Ese anuncio se produjo después de que algunos demócratas intentaran y fracasaran en su intento de bloquear una venta de armas a Israel por valor de 20.000 millones de dólares. En abril, el Congreso había aprobado una ayuda adicional de 26.000 millones de dólares para Israel. Esta cantidad se suma a los 3.800 millones de dólares en ayuda a la seguridad que Estados Unidos proporciona cada año.
En Tel Aviv, miles de personas volvieron a concentrarse para presionar en favor de un acuerdo de alto el fuego, horas después de que Hamas difundió un video en el que se veía a una de los rehenes que seguían retenidos en Gaza. La chica, una soldado de 19 años, interpela directamente al gobierno Israelí: “Les quiero realmente preguntar, ¿quieren matarnos?”. (HuffPost 4/1).