Israel libera a los colonos presos por asesinato e incendio de aldeas y torturas en Cisjordania

Como represalia por la liberación de prisioneros palestinos, Israel ha decidido liberar a todos los colonos presos en Cisjordania bajo “órdenes administrativas”. Se trata de 16 acusados de asesinato, torturas y quema de aldeas y cultivos, detenidos cuando Yoav Gallant era ministro de Defensa.

El actual ministro, Israel Katz, a quien los medios no se privaron de describir como un títere de Benjamin Netanyahu cuando reemplazó a Gallant, lo anunció de este modo: “A la luz de la esperada liberación de terroristas de Judea y Samaria como parte del acuerdo de liberación de rehenes, he decidido liberar a los colonos en detención administrativa. Es mejor que estén felices las familias de los colonos judíos que las de los terroristas liberados».

El gobierno pretende “transmitir un mensaje claro de fortalecimiento y aliento a los asentamientos, que están en la vanguardia de la lucha contra el terrorismo palestino y se enfrentan a crecientes problemas de seguridad”. Los colonos son, efectivamente, la vanguardia de la limpieza étnica en Cisjordania y de la política de reapropiarse totalmente del territorio por la vía de la expulsión concreta de sus habitantes. “En un escueto comunicado, el Shin Bet dijo que la decisión de Katz se tomó sin el conocimiento previo de la agencia de seguridad, y señaló que el ministro de Defensa no consultó con la agencia para una evaluación de las implicaciones de la decisión” (Times off Israel 17/1) . A fines de noviembre, Katz había anunciado que en lo sucesivo dejaría de aplicar a los colonos las “órdenes de detención administrativa”, que implica detención sin cargos y por tiempo indeterminado. Las detenciones pueden renovarse indefinidamente, al tiempo que se permite a los fiscales militares impedir que los sospechosos vean las pruebas en su contra. Bajo ese régimen hay en las cárceles israelíes miles de palestinos, incluidos niños a partir de los 6 años.

En ese momento, Katz justificó la exclusión de los judíos acusados de terrorismo porque “en una realidad en la que los asentamientos judíos de Judea y Samaria son objeto de graves amenazas terroristas palestinas y se adoptan sanciones internacionales injustificadas contra los colonos, no es apropiado que el Estado de Israel adopte una medida tan severa contra la población de los asentamientos”.

La liberación de los colonos forma parte de las “medidas adicionales” que anunció el gobierno “para combatir el terrorismo en Cisjordania” y fue la moneda de cambio con el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, para que no abandonara la coalición en protesta por el acuerdo sobre Gaza.

Al parecer, el Shin Bet -la inteligencia interna del Estado- ha advertido contra la medida, y su jefe, Roner Bar, afirmó excluir a los israelíes supondría “un daño inmediato, severo y grave para la seguridad del Estado” en los casos en los que exista información clara de que un sospechoso puede llevar a cabo un atentado terrorista contra palestinos.

Bar está en la sector que trató de acelerar el acuerdo “transitorio” (sic) porque “cada minuto que pasa pone a los rehenes en peligro y le da a Hamás más tiempo para reorganizarse”, agregó. Mientras el gobierno anunciaba la liberación de los colonos fascistas, el ejército atacó durante toda la semana, diariamente, diferentes zonas de los territorios ocupados de Cisjordania.

El miércoles bombardeó la ciudad de Yenín, matando seis palestinos y dejó decenas de heridos. El jueves atacaron el campamento de refugiados de Askar, con el saldo de tres adolescentes gravemente heridos. A la vez, irrumpieron en las instalaciones del hospital Arab Evangelical de Naplusa.

Durante esa misma noche, atacaron por enésima vez el campamento de refugiados de Tulkarem. Desde octubre de 2023, el ejército sionista y las bandas de colonos armadas por el Estado de Israel han matado a casi 800 palestinos y herido a 6.700, a la vez que detuvieron por lo menos 14.000 personas.