Marketing Multi Nivel: estafa piramidal

Escribe Fede Silver

Sobre el “Trabajo Desde Casa”

Tiempo de lectura: 2 minutos

Luego de un escándalo el año pasado que ligaba a un nutrido grupo de personalidades de la farándula a un “Telar de la abundancia”, hace unos días otras tantas utilizaron sus redes sociales para hacer publicidad de un “cepillo facial” de la empresa NuSkin. Rápidamente, en varios medios se hicieron eco y señalaron lo evidente: se trataba de un clásico esquema de estafa piramidal.

Nada hay de nuevo al señalar la existencia de esquemas piramidales en todo el mundo. En todas sus variaciones, se apoyan en la desesperación de grandes capas de la clase obrera ante la pauperización laboral capitalista. Cuando se agudiza la crisis, los trabajadores despedidos, con indemnizaciones exiguas a disposición, o en actividad, pero arrinconados por patronales cada vez más exigentes, son el principal objetivo de estos estafadores.

La venta de NuSkin comporta las características típicas de las empresas de venta multinivel ligadas a productos de belleza o nutrición - Herbalife, MaryKay, Avon, Natura, etc -: se trata de productos con poca o ninguna aprobación legal o médica, vendidos a sobreprecio y con la promesa de que la persona que se acerca puede convertirse en distribuidora del producto y generar ingresos de hasta decenas de miles de pesos por mes.

Al igual que con todo esquema piramidal, se realiza una “inversión inicial” (comprando productos tangibles para reventa o intangibles, como “franquicias”). En casos como NuSkin, la venta del producto toma un lugar secundario ante el “verdadero” negocio: reclutar más personas y convertirse en un “Líder de equipo”, cobrando comisiones por cada persona reclutada y/o cada venta que esa nueva persona realice, quien a su vez debe conseguir atraer o vender productos a más personas para recuperar su inversión, y así continúa creciendo la pirámide, de manera exponencial, hasta toparse con límites lógicos.

En los casos más centrados en la venta del producto, como Natura, se arma un esquema de incentivos -viajes, premios- por “puntos”. Para alcanzar estos señuelos, las personas terminan comprándose “a sí mismos” grandes cantidades de productos. Mientras tanto, las empresas se ahorran de pagar salarios, cargas patronales y locales de venta.

Estas empresas pierden juicios en todo el mundo, pero jamás se les impide seguir operando, amparados en tecnicismos legales. Cuando colapsan las pirámides, la “base” sale perdiendo cifras millonarias. Se calcula que menos del 5% de los vendedores logran siquiera recuperar su inversión inicial, mientras fundadores y ejecutivos de las compañías obtienen ingresos millonarios del bolsillo de todos aquellos a quienes les prometieron “independencia financiera” y “ser tu propio jefe”.

Manipulación psicológica

El componente más oscuro de estas empresas multinivel, redes de “abundancia” y demás, es el nivel de manipulación psicológica que ejercen sobre aquellos a quienes logran captar. Como una caricatura híper capitalista, se insiste hasta el hartazgo en que quienes no logran las ganancias que les fueron prometidas al ingresar, se debe a que no han trabajado lo suficientemente duro, que no aplicaron correctamente “el sistema”, o no lo desearon lo suficiente. Se insta a reclutar familiares y amigos, armar listados de mails, grupos de WhatsApp, etc., e inundarlos con ofertas e intentos de cooptación, y trabajar jornadas superiores a diez horas. Las charlas motivacionales de emprendedorismo son semanales y hasta diarias. Cualquier allegado a un participante que advierta sobre la estafa es señalado como una “influencia negativa” que debe ser alejada.

Los “cepillos faciales” de las famosas, valorados en veinte mil pesos, podrán ser un ítem “de lujo”, pero la exposición a esta clase de estafas atraviesa a toda la sociedad, y facilita la atomización de los trabajadores impulsando una “mentalidad emprendedora” individualista. Debemos luchar por desenmascarar estas estafas.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera