Concepción del Uruguay: extraordinaria movilización popular en apoyo a los trabajadores de Granja Tres Arroyos

Escribe Pablo Busch

De la "rebelión en la Granja" a la lucha popular.

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En la noche de este domingo, los trabajadores de Granja Tres Arroyos convocaron a una movilización contra los despidos y rebajas salariales que impulsa la empresa. Luego de dos semanas de lucha creciente, el pueblo de Concepción del Uruguay realizó una manifestación contundente en apoyo a los trabajadores. Miles de personas poblaron el centro de la ciudad, bajo la consigna “el salario no se toca”. El objetivo patronal de aislar a los trabajadores como a gente que “reclama cosas raras” fue derrotado una vez más. Comerciantes, jóvenes y trabajadores de la ciudad se pronunciaron en una manifestación tan masiva que anticipó las fiestas del Carnaval. La manifestación del domingo a la noche se enlaza con la rebelión de la docencia entrerriana.

Ante el cierre de la planta, los trabajadores realizaron una movilización al centro de la ciudad, donde fueron recibidos por el intendente, el peronista Lauritto. La posición del intendente de la ciudad es que los trabajadores se equivocaban en no aceptar los despidos. Además recomendó judicializar el descuento salarial, a sabiendas de que la justicia laboral puede tomarse años en resolver un juicio de estas características, además de la ola general de fallos que acompañan la liquidación de los derechos laborales, promovida por el Gobierno y las patronales. La CGT de Entre Ríos también busca meter la cola en el conflicto, para lo cual se reunió el viernes pasado.

El proceso de lucha de Granja Tres Arroyos, conocida como Planta La China, fue superando uno a uno los obstáculos que se le presentaron. Luego del paro contra los despidos, en medio de una conciliación obligatoria, la empresa buscó forzar a los trabajadores a aceptar un procedimiento preventivo de crisis trucho para imponer una rebaja salarial del 21 %. Comenzó con pago del salario en cuotas, que se suma a habituales atrasos en los pagos de vacaciones, obra social, salarios familiares y jubilaciones. Los trabajadores de otras plantas de la misma empresa en la Provincia de Buenos Aires (Capitán Sarmiento, Pilar, Ezeiza) habían aceptado, a instancias del STIA, y siguieron trabajando aun sin haber cobrado los salarios.

Los trabajadores de Concepción del Uruguay no aceptaron otro atropello y comenzaron un trabajo a desgano autoconvocado, que terminó complicando la continuidad de la producción. Esa lucha fue apoyada desde afuera por las familias de los trabajadores y por vecinos del pueblo. La patronal intentó faenar en el Frigorífico Beccar, que pertenece a la misma empresa, pero que está bajo convenio de la carne. Los trabajadores se negaron a ser los carneros de la lucha de Planta La China (muchos de ellos trabajaron en GTA o tienen familiares en la otra planta). La semana pasada, la empresa dobló la apuesta, suspendiendo la faena hasta nuevo aviso. Lejos de amedrentarse, los trabajadores incrementaron el proceso de movilización, sacando el conflicto al centro del pueblo.

La política del STIA, que en Concepción del Uruguay tiene seccional propia, fue esquivar por todos los medios una confrontación con la empresa. El paro contra los despidos realizado en enero, el quite de colaboración y la movilización popular, en definnnitiva, todas las acciones de lucha fueron el resultado de la iniciativa de los trabajadores apoyados por el cuerpo de delegados de la planta. En las negociaciones, el sindicato realizó un sinfín de propuestas para atenuar el impacto del Preventivo de Crisis, pero, en todas sus variantes, la crisis era pagada por los trabajadores. Ante el proceso de lucha masivo, a la seccional del STIA de Concepción del Uruguay no le queda otra que ´acompañar´, sin ninguna condición para frenar o desarticular la lucha.

La movilización del domingo es una derrota de la política del intendente, de la CGT y del STIA. Los obreros de Granja no están para aceptar ningún atropello: han antepuesto el interés del pueblo trabajador de Concepción del Uruguay a los intereses de mayor rentabilidad de una patronal multimillonaria. Han convertido a la causa de los obreros en una causa popular: una lucha sindical que toma tintes cada vez más claramente políticos. La polarización real en Entre Ríos es entre la clase obrera y el pueblo y las ganancias del capital. Por su repercusión nacional, abre camino a convertir el conflicto de Concepción del Uruguay en una referencia para toda la clase obrera.

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