Escribe Patricia Urones (Candidata a Senadora por la 1° Sección Electoral)
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En el día de ayer estuve en el distrito de Hurlingham junto a José Luis Perea, trabajador del INTA y Candidato a Concejal, otros candidatos de la lista distrital y un conjunto de activistas que apoyan nuestra campaña.
La jornada de propaganda se inició con un volanteo en la plaza central de la estación de Hurlingham del ferrocarril San Martín y continuó con una merienda en el histórico Bar San Martín: "en este bar, me decía una docente y delegada muy conocida del distrito, formamos el centro de estudiantes de mi escuela, cuando yo iba a la secundaria". La merienda, que contó con la participación de trabajadores de ATE municipales y de INTA, del área de salud, docentes y compañeros de los barrios Mitre, Fargo, Bonorino, Atepam y 2 de abril, tuvo un inicio fuera de lo normal. Arranco con la voz de los presentes, que se presentaron, y dieron ellos su opinión de cómo veían la situación actual.
Las primeras en hablar fueron las compañeras de ATE municipales, "queríamos venir a dar nuestro apoyo a la campaña de Política Obrera". Del relato de las trabajadoras surgía un panorama insoportable en el gremio. Salarios "de bolsillo" que oscilan aproximadamente entre los 170.000 y los 300.000 pesos, es decir, por debajo de la línea de indigencia, por jornadas de 8 horas diarias. El último aumento fue otorgado por el Intendente Damián Selci, por decreto. Selci, es un Intendente del riñón de La Cámpora. La Cámpora, es señalada por los medios nacionales e internacionales, como la corriente de izquierda del peronismo, sin embargo, sus mandatarios someten a los trabajadores bajo relación de dependencia suya al hambre y la explotación más abyecta. La mayoría de los trabajadores municipales, son mujeres, jefas de hogar.
En los barrios, el sometimiento de los trabajadores desempleados o subempleados de los planes sociales, es peor, porque aquí media la necesidad de la alimentación. Los compañeros de los merenderos que no se someten a la tutela de La Campora tuvieron que ir a una lucha con la intendencia para que los incluya en el listado de merenderos que reciben ayuda alimentaria y herramientas para la cocina y la conservación de los alimentos, “nosotras le dijimos a los funcionarios cuando fuimos, que la ayuda alimentaria debía ser para todos los merenderos y no solo para aquellos que iban a sus actos. Todos los chicos tienen derecho a comer”. La moral inquebrantable de los activistas de los barrios, que a cada llamado de la intendencia para participar de un acto propagandístico propio responden que no irán, y su lucha por el derecho incondicional a la alimentación de los hijos de los trabajadores, quebró el brazo del municipio, que debió ceder e incorporar a los merenderos al listado de entrega. Estos mismos merenderos tampoco se han dejado doblegar por Pettovello, ministra de Capital Humano, quien congelo planes y dejó de entregar hace un año y medio los alimentos que entregaba Nación. En reiteradas ocaciones estos mismos merenderos se movilizaron a Capital Federal para exigir que el Estado cumpla con su obligación de generar trabajo genuino.
Luego llegó el turno de los trabajadores del INTA, que se encuentran en pleno proceso de desguace de la institución. Los trabajadores contaron cómo el gobierno de Milei ha desfinanciado al organismo y descabezado a su dirección técnica, promoviendo el desangre, “en INTA Castelar, a los compañeros no se les dan tareas”, muchos prefieren irse a otras empresas donde ganan mejor, y tienen certidumbre, o esperan su retiro voluntario. El INTA, que supo ser un importante soporte tecnológico de la producción agraria, ha sido reducido en las últimas décadas al papel de asesor de pequeñas producciones familiares, quitándole toda capacidad de producir tecnología que compitiera con los grandes monopolios que proporcionan semillas, fertilizantes y maquinaria computarizada para la producción. Ahora, quienes cumplen ese rol son grandes empresas extranjeras que se llevan una importante tajada de la renta generada por el campo.
Política Obrera intervino en esta merienda partiendo del estado de situación que acababan de relatar los compañeros. De lo hablado, surgía una realidad irrefutable, que todo el sacrificio al que estaba siendo sometida la clase obrera no redundaba en un crecimiento de la economía que permitiera vislumbrar un futuro progreso ¡No, todo lo contrario! La magra respuesta de los bancos, el martes pasado, a la licitación de bonos de deuda hecha por el gobierno, y el retiro de capitales por parte del JP Morgan, demuestran que la propia base social del gobierno, los grandes fondos y los bancos, ya dan por fracasado su plan económico. El fin de semana pasado, la baja de solo el 20 % de las retenciones al campo, las cuales no fueron más que una extensión de las medidas tomadas ya el año pasado, no alcanzaron para satisfacer a la oligarquía agraria, que quiere la eliminación completa de las mismas.
Pero mientras estos grandes capitalistas se quejan por unos puntos menos de ganancias, lo cual no son más que algunos millones de dólares de los miles de millones con los que cuentan, los trabajadores no llegan a fin de mes, no comen correctamente, no pueden garantizar un techo a su familia, y deben trabajar 12, 14 y más horas para sobrevivir, en barrios hacinados y sin obras sanitarias. De la cuestión de la alimentación surgio una reflexión muy valiosa, porque al lado nuestro, colgada, estaba la bandera de Palestina, donde hace unas cuantas semanas la hambruna ya llegó a su estadío final, produciendo muertes todos los días de niños por inanición. Nuestra lucha por la alimentación y la salud de la familia trabajadora, lejos de enajenarnos, nos da autoridad para reivindicar este derecho como universal y para denunciar el genocidio palestino.
En la voz de los trabajadores que contaban su dura realidad cotidiana, ardía sin embargo, el deseo de romper con este estado de cosas. Y también en ellos se reflejaba la voluntad de hacer avanzar las ideas de Política Obrera. Invitamos a todos ellos a luchar por una salida socialista y aprovechar la campaña para levantar una tribuna de denuncia de la decadencia capitalista y para el reagrupamiento del activismo que lucha detras de un programa de lucha por el aumento de emergencia del 100 % de salarios y jubilaciones, el congelamiento de los alquileres y por el no pago de la deuda externa.
