Morón: ni fuerza ni patria

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Finalmente, a nivel provincial, las corrientes peronistas lideradas por CFK, Axel Kicillof y Sergio Massa, pudieron alcanzar, a nariz tapada, una lista unitaria para el 7 de septiembre, a la que bautizaron, Fuerza Patria. En Morón, no hubo corte energético que salvara las feroces diferencias de la interna peronista. El bypass usado a nivel provincial, provocó hemorragias en el “corazón del Oeste”. Y, vencidos los plazos impuestos por la Junta Electoral Provincial (JEP), aún no está oficializada la lista municipal de Fuerza Patria.

Por ahora, a la espera de la decisión de la JEP, en Morón estamos ante un escenario potencial de batalla electoral entre las listas del intendente Lucas Ghi, alineado con el gobernador Axel Kicillof, y la que encabeza Martín Sabbatella, en representación del kirchnerismo local. En este sentido, queremos enfatizar el término: “batalla electoral”, porque la guerra municipal viene desatándose hace tiempo, con consecuencias de parálisis en la gestión de gobierno que, es responsabilidad de ambas corrientes oficialistas.

El enfrentamiento se ahondó con la adhesión de Lucas Ghi a favor del flamante Movimiento Derecho al Futuro (MDF), fundado por el gobernador. Pero, antes de eso, el actual intendente había sido separado del partido vecinalista Nuevo Encuentro (NE), que comanda Sabbatella.

Entonces, el intendente Ghi, puso en ejecución a aquella máxima de CFK, acerca de: “funcionario que no funciona”, y echó varios funcionarios municipales ligados al sabbatellismo, con la excusa de obstaculizar la acción de gobierno. No queda ahí la cosa: dichos cargos fueron reemplazados por viejos funcionarios macristas y de la gestión municipal del ex marido de María Eugenia Vidal, Ramiro Tagliaferro (2015-2019). Es por eso que, desde las tropas encuentristas chicanean a Lucas Ghi con que, está conformando el Movimiento Derecho al Macrismo. Al mismo tiempo, también, golpean al MDF de Kicillof.

Como si fuese poco, en plena unidad peronista provincial, en Morón, continúan las renuncias, las expulsiones y las acusaciones entre las facciones oficialistas. Apenas, un par de días atrás, (5 de agosto), un comunicado de NE, firmado por su secretaria general, Florencia de Luca, dice: "En el marco de la persecución política que lleva adelante Lucas Ghi (…) seguiremos denunciando al Gobierno municipal por la incesante y cruel persecución contra trabajadorxs pertenecientes a la militancia de Nuevo Encuentro y otras organizaciones políticas que forman parte del espacio liderado por CFK (fragmento)".

Por otro lado, desde NE no han salido a desmentir los rumores que vinculan a Sabbatella en reuniones con el mileísta, Ariel Diwan. En ese sentido, el actual concejal (ex-PRO), Leandro Ugartemendía, también aludió a vínculos entre dirigentes de La Libertad Avanza y el sabbatellismo. El pasado 31 de julio, en la presentación de Somos, una nueva lista para Morón, con viejos dirigentes, el mencionado concejal denunció: al falso liberalismo que supo (¿o sigue?) ser socio del sabbatellismo (Primer Plano, 31/7).

Parafraseando a Borges, no logran la unidad ni por espanto. Morón exhibe un escenario de disgregación política y representativa total. Los mismos partidos y sus personeros responsables del ajuste y las condiciones de miseria que, particularmente, sufren el pueblo trabajador y asalariado, se proponen como solución. Cambian los nombres de los nuevos reagrupamientos con los mismos personajes que, elección tras elección, solo se limitan a intercambiar privilegios, cambiar de poltronas y de oficinas, ocupar bancas, cargos y demás kioscos.

Desde Política Obrera proponemos como única herramienta un programa socialista. ¡Sí! Así como suena. Aunque a algunos les parezca contracultural; fuera de época. Estamos convencidos que, a este capitalismo decadente, al que no le quedan más recursos para dar respuestas a las múltiples demandas sociales: falta de viviendas, desempleo, precarización, pobreza, contaminación ambiental, guerras, hambre… Solo un programa socialista, que eluda las trampas del parlamentarismo y del electoralismo, puede organizar a la clase trabajadora contra este sistema decrépito.

Revista EDM