La desintegración del gobierno

Escribe Comité Editorial

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Milei debió suspender su escapada a Las Vegas, donde había sido anunciado como atracción adicional en el show de Fátima Flórez. Es frecuente que la farsa acompañe al derrumbe. En la misma vena se encuentran el fallo judicial que quiere impedir la difusión de los audios de Karina Milei y los pedidos de Bullrich para allanar los domicilios de los periodistas que los divulgaron; no es el anuncio del arribo de una dictadura o de un régimen de excepción, sino de los estertores de una aventura, que -como un bono de deuda- ha caído de la expectativa de que dure cien años a dos. La acusación de pretender ejercer inconstitucionalmente la censura previa es una desmesura. El que busca ese objetivo se da los medios para sus fines y no desfila por la TV adicta para llorar su impotencia.

En cualquier caso, las riñas de gallo dentro de la camarilla liberticida no sería más que un operativo, de acuerdo a Perfil, de Guillermo Francos, con el aliento del “círculo rojo”. El objetivo es deshacerse de la banda de lúmpenes del oficialismo para comandar con seriedad al Estado. Con tendencia a estresarse y obligado a los ansiolíticos, Francos se ha ejercitado como conspirador profesional, al punto que ha intrigado, durante cuarenta años, bajo todos los gobiernos e incluso en la OEA. Francos quiere encabezar un gabinete de ‘moderados’ que neutralice las alucinaciones de Javier Milei. El intento de deflacionar la economía a ultranza, con sus consecuencias depresivas sobre la economía, debería dar paso a una agenda ‘woke’ de controles cambiarios. Más fácil decirlo que hacerlo; ningún gobierno salió ileso de un Rodrigazo.

Dólar

Aprovechando la distracción por los desfalcos del Tesoro público, Milei y Caputo han dado por fenecido al acuerdo con el Fondo Monetario, que hace sólo tres meses le habilitó otros veinte mil millones de dólares, encima de los cincuenta mil millones que heredaron de Macri y de los Fernández. La dupla gobernante acaba de archivar la “libre flotación” dentro de una banda de 1.000 a 1.400 pesos por dólar. Ante la evidencia de que el dólar se disparará por encima de ese techo, Caputo y Milei acaban de improvisar un régimen de intervención cambiaria “dentro de la banda”. La movida apunta a poner a raya la cotización del dólar durante el mes y medio que falta hasta las elecciones de octubre, al precio de poner una carga explosiva para la etapa siguiente. El remate de dólares está a cargo del Tesoro, en concepto de pago de una deuda con el Banco Central de 23 mil millones de dólares, contabilizados como adelantos transitorios entregados por el BCRA bajo gobiernos precedentes. El Tesoro deberá echar mano de los dólares en manos del ANSES y del Nación, entre otros organismos, y a mayor motosierra. O sea que el desfalco de la limpieza del balance del Central, ahora se convertirá en efectivo contante. Pero la intervención cambiaria acelerará la fuga de los especuladores al dólar; el gobierno tiene una limitada capacidad de controlar la cotización del dólar, pero no de la corrida. Aunque ha inmovilizado más del 50% de los depósitos en pesos de los bancos, para ‘secar’ la plaza de pesos, los mismos depositantes comprenden que sus depósitos corren el peligro de un corralito después de este corralón. En esas condiciones, una crisis devaluatoria está servida. Es la razón por la cual Melconián y otros economistas plantean restablecer el cepo cambiario a la enésima potencia.

Elecciones

Este es el escenario en las vísperas de las elecciones del 7 de setiembre. El gobierno decidió sacar del freezer a su candidato en la 3ª. Sección, el comisario Bondarenko, quien se adjudicó, en TN, el voto de la policía bonaerense; lo que se llama rascar la olla de los votantes que Villarruel cuenta como tropa propia. No es tampoco la forma adecuada de convocar a las huestes del gatillo fácil ni enarbolar un programa de seguridad. Los liberticidas están a punto de lograr que el fascismo sea visto, no como un peligro sino como una farsa -como la armada Brancaleone de Vittorio Gassman, alguien que sabía de fascismo. La mayoría de los policías que Bondarenko presume “violetas” (sic) están más cerca de la miseria social general que de la defensa de los libertarios. Las caravanas de campaña de Milei y Espert han fracasado, en primer lugar, por la ausencia de apoyo popular, de militancia propia y de policía.

El círculo rojo empieza a mover las piezas. Marcela Pagano, la diputada que rompió con el bloque libertario, acaba de reunirse con otro “arrepentido”, el gobernador de Salta Gustavo Sáenz. Los Cornejo y los Frigerio, que pactaron con LLA, salieron a festejar la derrota liberticida en Corrientes, el domingo pasado; lo mismo, los gobernadores independizados del bloque de Provincias Unidas. Pagano también se encargó de crucificar a Francos, el puente del gabinete libertario con la oposición. La experiodista de Clarín y TN descarta un recambio “por adentro” del propio gobierno, y un rescate de Milei. Cuando la Corte rechace la censura previa de Bullrich a los audios de Karina, la tendremos incorporada al campo de las operaciones de recambio.

Lo más trascendente, de todos modos, es la huelga general de los obreros tercerizados de la principal siderúrgica del país, en San Nicolás. Es un conflicto de gran alcance político, pues cuestiona el sistema de regimentación laboral y muestra el agotamiento de una burocracia patronal; Brunelli mismo, el patroń de la UOM de San Nicolás, es dueño de una contratista propia; la conciliación obligatoria dictada por el ministro de Techint, Julio Cordero ha sido desconocida por los obreros. La huelga pone de manifiesto el agotamiento de la motosierra deflacionaria, que ha derribado la actividad económica durante dos años, y al régimen político mismo.

Es con esta caracterización y esta perspectiva que llamamos a votar a Política Obrera, el próximo 7 de septiembre. Un voto que sirva para superar la crisis de dirección política de la clase obrera y aporte a la construcción de un gran partido revolucionario de los trabajadores.

Revista EDM