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En la ciudad de Firmat, Santa Fe, corazón sojero de la provincia de Santa Fe y centro neurálgico de la industria metalmecánica agrícola, conocida como la “Capital Provincial de la Maquinaria Agrícola”, viene desarrollándose un conflicto obrero con la firma Vassalli, porque desde hace tres meses no paga los salarios, adeuda aguinaldos y con su correlato de una fábrica paralizada. La patronal se ha ausentado de las audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo. El conflicto se retrotrae a septiembre de 2024, cuando la empresa comenzó a pagar los sueldos en cuotas. El conflicto en curso ha superado la contención ejercida por la burocracia sindical y comienza a irradiarse al conjunto de la ciudad. La protesta lleva semanas, con cortes intermitentes sobre la Ruta 33 y presencia permanente en la puerta de la planta de los trabajadores y sus familias. Desde el lunes 8 hasta el viernes 12 de septiembre la patronal ha suspendido toda actividad en la planta por “tareas de mantenimiento”, según un comunicado que la empresa envió a los trabajadores por mail. Para este lunes, además, hay una nueva convocatoria del Ministerio de Trabajo.
En 2018, cuando la empresa quiebra, inmediatamente los trabajadores tomaron la planta para evitar el vaciamiento. Con un pasivo multimillonario, un consorcio de concesionarios se hizo cargo de la firma, con Mariana Vassalli a la cabeza, nieta del fundador de la firma. El proyecto no funcionó y ese conglomerado vendió la firma en 2020 al grupo Eskenazi, y este, a su vez, se desprendió de ella en febrero de 2024, cuando fue adjudicada por el empresario entrerriano Eduardo Marsó, propietario de la aviar Las Camelias, ubicada en la provincia mesopotámica. Marsó, conoce el rubro desde adentro, ya que, durante los años ´90, fue ejecutivo de Vassalli cuando era propiedad del grupo Koner-Salgado.
Además de reclamar el pago de los salarios adeudados, los 280 trabajadores denuncian que se está llevando adelante un vaciamiento de la planta, ya que se ha extendido como reguero de pólvora la versión de que Marsó querría avanzar en un proyecto inmobiliario en los terrenos en donde está ubicada la planta, y trasladar la misma a la provincia de Entre Ríos, donde también tiene empresas metalúrgicas. La patronal ensayó una maniobra al contratar como abogada de la firma a la inefable Florencia Arrieto, quien llegó a la ciudad de Firmat para quebrar el conflicto, pero terminó echando más leña al fuego. Los trabajadores advirtieron la maniobra y señalaron que la presencia de Arrieto tenía como objetivo provocar y denunciar penalmente a los delegados fabriles, queriendo llevar una extorsión al conjunto del movimiento. “No venimos a enfrentar abogados mediáticos, queremos cobrar nuestros sueldos”, declararon los trabajadores.
El último martes los trabajadores llevaron adelante una marcha al palacio municipal y fueron recibidos por el pullarista Leonel Maximino, intendente de Firmat, quien se lavó las manos y depositó todas las responsabilidades en el Ministerio de Trabajo, aduciendo que “es el organismo que debe resolver este conflicto”. La respuesta de los trabajadores fue la de reclamar un “mayor compromiso político tanto a nivel local como provincial” (Ámbito Financiero, 2/09), advirtiendo las responsabilidades políticas en el desmoronamiento en las condiciones de trabajo y de vida. El conflicto se agravó significativamente cuando la empresa impidió el ingreso a cuatro delegados sindicales sin seguir el procedimiento legal correspondiente, lo que motivó una denuncia penal por parte de la UOM seccional Firmat.
La patronal de Vassalli se escuda detrás de la recesión impuesta por el plan económico de gobierno liberticida. Pero los trabajadores desmintieron esto al señalar que “máquinas se venden. Los concesionarios venden, pero no podemos fabricar. Los dueños no alimentan la cadena de insumos como corresponde. Compran una manguera, algún motor. No invierten en la línea de producción y las líneas están frenadas” (Bichos de Campo 14/08). Ámbito Financiero señala al respecto: “firmas multinacionales como John Deere, Case IH y New Holland lograron sostener el liderazgo, mientras Vassalli quedó atrapada en un círculo de deudas, salarios atrasados y falta de insumos” (2/09).
Los que buscan enchalecar las luchas en curso solo en el plano sindical, lo hacen a sabiendas que lo que se desarrolla es un fuerte conflicto político de fondo: el choque de la clase obrera con el gobierno liberticida y los sostenedores del régimen, que tienen nombre y apellido dentro del empresariado y de todo el espinel de los partidos patronales. Para quebrar el plan de guerra que se desarrolla hacia dentro de las fábricas por parte de las patronales, es imprescindible coordinar las luchas en curso que tengan como norte la puesta en pie de una huelga general. Por el pago inmediato de los salarios y aguinaldo adeudados a los trabajadores de Vassalli.
