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Si pasamos los resultados electorales de Morón por el tamiz, podemos observar que, también, se impusieron el abstencionismo y el rechazo ante los oficialismos de Provincia y de Nación. Es una clara manifestación de la crisis que pesa sobre todo el sistema democrático. ¡Que nadie se quite el sayo!
En los festejos postelectorales, el concejal electo por Nuevo Encuentro, Mariano Spina, con tono rimbombante dijo: “Es el triunfo de la militancia popular”. Términos totalmente exagerados, a la luz de que la lista de Fuerza Patria tuvo 13.000 votos menos que Unión por la Patria, el armado oficialista en las últimas elecciones generales de octubre de 2023.
Por otro lado, literalmente, porque el oficialismo en Morón tuvo festejos divididos. Divisiones que se replicarán en los parlamentos municipales, provinciales y demás ámbitos. Una debilidad absoluta para pretender enfrentar a la derecha. Decíamos: en otro lado, lejos del sabbatellismo, el intendente Ghi afirmó que habían frenado a Milei, “llenando las urnas con participación”. En rigor de verdad, no es así. Morón registró la participación más baja de su historia electoral (63 %). Hubo un total de 50.000 votos menos, respecto a las generales de 2023 que, junto al voto opositor, los votos blancos y nulos conforman la verdadera mayoría que rechaza a los gobiernos ajustadores.
En otro orden, al menos, un sector del peronismo se ha alineado con el intendente Ghi como herramienta para barrer definitivamente al nuevoencuentrismo, después de dos décadas y media subordinado al sabbatellismo. Estrategia similar a la del pejotismo ordenado tras Kicillof contra el kirchnerismo. De eso tratan las diferencias. No es un programa político. No es una estrategia en favor de los trabajadores. Las diferencias son por las cajas, las prebendas y los kiosquitos de la política.
Mientras tanto, las fuerzas del medio, repletas de “casta” variopinta, con radicales, peronistas desheredados y demás oportunistas, han retrocedido enormemente en Morón, con guarismos muy por debajo de elecciones pasadas, incluso el FIT-U, a pesar de la publicidad, cartelería y visita a medios amigos.
En definitiva -aún desde los márgenes, es cierto-, en Política Obrera en Morón hemos triplicado los votos respecto a la última elección del 2023. Crecimos significativamente en militancia y en referencialidad, aunque todavía no alcanza para trascender en este tipo de escenarios electorales.
Felicitamos y agradecemos el gran trabajo de los fiscales y de los muchos compañeras y compañeros que se acercaron a colaborar. Seguimos luchando en las escuelas, en las fábricas, en las calles, para que la clase trabajadora y un programa socialista guíe el curso de los acontecimientos.
¡Viva Política Obrera!
