Israel secuestró más de 1.500 palestinos en la ciudad cisjordana de Tulkarem mientras avanzan los nuevos asentamientos

Escribe Olga Cristóbal

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El jueves, un gigantesco operativo militar secuestró más de 1.500 habitantes de la ciudad de Tulkarem, una de las más importantes de Cisjordania. Todo hombre o jovencito que se cruzó en el camino del ejército sionista fue arrestado de inmediato, afirman periodistas desde Cisjordania. La incursión incluyó violentos rastrillajes en vivienda, comercios y fábricas. Los secuestros continuaron hasta la noche. Los videos muestran filas interminables de adultos y menores que caminan hostigados por los sionistas, con los brazos en la espalda.

Israel desplegó vehículos militares, entre ellos una excavadora pesada que utilizó para demoler viviendas y comercios. Además, las tropas confiscaron cámaras de vigilancia y prohibieron la circulación de los residentes. La Media Luna Roja denunció que aunque se reportaron disparos con munición real y una fuerte explosión sacudió la ciudad, se impidió el acceso de ambulancias a la zona afectada.

El gobernador de Tulkarem, Abdullah Kamil, hizo un llamamiento a la Asamblea General de las Naciones Unidas, al Consejo de Derechos Humanos y a los grupos humanitarios a actuar contra lo que calificó de «crímenes» cometidos contra los casi 100 000 habitantes de la ciudad. Kamil denunció que “la inacción internacional alienta al extremista gobierno de ocupación”.

La noche anterior, dos soldados había resultado heridos cuando estalló un artefacto contra un vehículo militar. Tras la explosión, el ejército israelí cerró todos los accesos e impuso un asedio total a la ciudad, rastrillando hasta los alrededores. El mismo día, el Comité Superior de Planificación de Israel dio su aprobación final al proyecto del asentamiento E1 en Cisjordania, ocupado en agosto pasado. El asentamiento, ubicado al este de Jerusalén, estuvo en estudio durante más de dos décadas, pero recién este gobierno se animó a legalizarlo.

El ministro ultraderechista y colono Bezalel Smotrich calificó la aprobación como una "represalia" a los países occidentales que anunciaron que reconocerían a Palestina como una nación soberana. "El Estado palestino está siendo borrado de la mesa no con eslóganes, sino con hechos", afirmó Smotrich. "Cada asentamiento, cada barrio, cada vivienda es un clavo más en el ataúd de esta peligrosa idea".

La ubicación de E1 es determinante porque es uno de los últimos enlaces geográficos entre las principales ciudades cisjordanas de Ramala, en el norte, y Belén, en el sur, explica Eye de Medio Oriente. Aunque las dos ciudades están separadas solo por 22 kilómetros, los palestinos que viajan entre ellas deben dar un amplio rodeo y pasar por múltiples puestos de control militares, invirtiendo horas en el trayecto.

El año pasado, la Corte Penal Internacional declaró en una sentencia histórica que Israel debía poner fin a las actividades de asentamientos de población judía en Cisjordania y Jerusalén Este y a su ocupación de esas zonas, así como de Gaza. Por el contrario, el ejército israelí y los colonos han reforzado brutalmente la persecución en Cisjordania y Jerusalén Este. En estos dos años han asesinado por los menos un millar de personas y detenido 18.500, destruyendo aldeas y sembradíos, y obligando a la población a abandonar su hogar. El ejército israelí escolta a los colonos israelíes en su asaltos a las aldeas de campesinos y beduinos, protege la quema de cultivos y el incendio de las viviendas. Ocha, la oficina de DDHH de la ONU, estima que se produce un promedio de cuatro ataques de colonos cada día.

La política de expulsión incluye el cierre de escuelas desde mayo del año pasado, que dejó fuera del sistema educativos a 4.800 niños palestinos en Jerusalén Este y Cisjordania, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Son estudiantes de los campos de refugiados de Shuafat, Yenín, Tulkarem y Nur Shams, entre otros.

La política desembozada de reocupación sionista de Cisjordania incluye la creación de un llamado “Emirato de Hebrón” cuyas autoridades reconocerían al Estado de Israel y se separarían de la Autoridad Palestina. Todos los representantes tribales de la ciudad de Hebrón rechazaron la propuesta pergeñada con un palestino expulsado de la ciudad por cómplice de los israelíes.

Pero los planes de expansión del gobierno sionista son públicos. "No habrá un Estado palestino", declaró Netanyahu el mismo jueves durante una visita al asentamiento de Maale Adumim. "Este lugar nos pertenece. Salvaguardaremos nuestro patrimonio, nuestra tierra y nuestra seguridad. Vamos a duplicar la población de la ciudad".

Con el telón de fondo de la masacre en Gaza, la limpieza étnica se extiende también en Cisjordania y Jerusalén.

Revista EDM