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Bolivia acaba de protagonizar dos novedades políticas. La primera es que, por primera vez en 200 años, protagonizó un balotaje presidencial para resolver una contienda electoral. Previamente se utilizaron otros mecanismos o no fue necesaria una segunda vuelta. La segunda novedad, más importante aún, es el fin del ciclo político del Movimiento Al Socialismo (MAS), tras 20 años en el poder. Fue un verdadero derrumbe: la sigla MAS no tendrá ni siquiera un diputado en la nueva Legislatura.
El candidato por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), Rodrigo Paz Pereira, se impuso con el 54,5 % de los votos frente a un 45,5 % de su contendiente, el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Alianza Libre. Paz Pereira volvió a quebrar los vaticinios de las encuestas, que lo daban por derrotado en el balotaje, del mismo modo que en la primera vuelta figuraba en cuarto lugar. Su partido será la primera minoría en el Senado y Diputados.
Los programas de Paz Pereira y Quiroga, sin embargo, tienen amplias similitudes. Principalmente, en cuanto a la privatización de empresas y el “achique” del Estado (gastos sociales, subsidios a la gasolina, entre otras prestaciones sociales). La gran diferencia, que según la prensa terminó por decidir al electorado, fue la distinción entre el “shock” que pregonaba Quiroga -una motosierra a lo Milei- y el “gradualismo” que promete Paz.
Sobrino nieto del cuatro veces presidente e histórico dirigente del Movimiento Nacionalista Revolucionario, Víctor Paz Estenssoro, e hijo de Jaime Paz Zamora, también expresidente de Bolivia y fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Paz Pereira fue observado como garante de una “transición ordenada” al esquema que estructuró el MAS en el gobierno. Se impuso en todos los bastiones históricos del MAS, incluido El Alto. El agotamiento de los pozos, la falta de nuevas investigaciones y una recurrente sospecha de prebendas y hechos de corrupción en varios niveles del Estado llevaron a este desenlace, dirimido entre un derechista y un ultraderechista. En las entrevistas realizadas a los electores fuera de los centros de votación se observaba un clima de incertidumbre y desconfianza en cualquiera de los presidentes electos, pero cierta creencia en que el planteo de Paz Pereira ofrecía mayores expectativas sobre mantener ciertos subsidios a las familias, como el escolar (20 dólares anuales) o la Renta Dignidad (35 dólares mensuales), una suerte de jubilación.
El ´ajuste´ que prometieron ambos candidatos, dicen, servirá para domar la inflación (18 % acumulado en 9 meses) y revertir el desabastecimiento de combustible. La interrupción de las importaciones ha ocasionado un deterioro de todo el tejido comercial y de transporte en el país. Los camioneros deben dormir hasta cuatro noches a bordo de sus vehículos frente a las estaciones de servicio para cargar el tanque.
En la prensa resuenan las palabras del vicepresidente electo, el tiktoker Edmundo Lara, quien ha declarado que “supervisará” a su presidente y no dudará “en meterlo preso si se desvía del camino”. Lara había ganado mucha visibilidad en Tik Tok cuando, como policía en funciones, realizaba videos denunciando presuntas irregularidades y hechos de corrupción. Fue dado de baja de la fuerza en 2024 y muchos lo consideran el responsable de la levantada de Paz Pereira en las encuestas.
El presidente saliente, Luis Arce, ha reconocido públicamente al vencedor y asegurado que se procederá a una transición ordenada de la administración. Por su parte, Evo Morales -recluido en el Trópico de Cochabamba por el pedido de captura por el cargo de estupro, entre otros- ha señalado que “no permitirá” que se privatice ninguna empresa ni recurso natural. La apuesta de Paz Pereira es lograr fuertes inversiones para la explotación de los grandes yacimientos de litio ubicados en la triple frontera con Chile y Argentina.
Paz Pereira, en sus primeras declaraciones, aseguró que logrará revertir la falta de dólares en el primer día de mandato, sin aclarar cómo lo hará. Su contrincante, Quiroga, había asegurado que le pediría un préstamo al FMI y se acercaría a Trump. Ambos coincidieron en proponer la ruptura de relaciones cercanas con Venezuela, Cuba y Nicaragua. La incógnita es qué posición tomará Paz Pereira con relación a China.
En suma, Bolivia vuelve a la palestra como parte de la disputa del imperialismo en América Latina, en el marco de la guerra internacional.
