Ezeiza: la muerte de Nicolás Duarte, entre el lucro empresarial de los boliches y los puentes precarios de la “Ezeiza feliz” de los Granados

Escribe Fabián Cañete

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La desaparición, búsqueda y trágico final de Nicolás Duarte conmovió al pueblo de Ezeiza y mucho más allá, ya que el caso fue tomado por los medios nacionales, quienes transmitían en vivo desde el lugar donde se lo vio por última vez. Nicolás era un joven estudiante secundario de 18 años, pronto a recibirse, oriundo del barrio Santa Marta de Tristán Suárez, hijo de una familia trabajadora.

Nico, como lo llamaban, miró por TV el viernes pasado a la noche el partido de River e Independiente Rivadavia, era hincha del primero, y a la 1 de la madrugada del sábado salió de su casa rumbo al boliche Egipto de Ezeiza, distante a unos 8 km de su domicilio; lo hizo en un vehículo de aplicación; habría ido con amigos. Ya en el boliche, en el registro fotográfico fílmico, que se hizo público luego de las movilizaciones de familiares, amigos y vecinos, se lo ve a las 4.10 h cuando es conducido por patovicas hacia afuera del mismo por la puerta trasera en estado de aparente ebriedad, que es lo que alegan desde el mismo; afuera del boliche es abordado por 2 personas, quienes serían “trapitos”; en otro registro una cámara lo toma a las 5.20 h caminando sólo por el costado de la ruta provincial 205, yendo hacia Tristán Suárez; poco antes de la 8.00 h un recolector de basura lo ve en Las Araucarias y Los Sauces de La Unión en malas condiciones y lastimado en el labio, le ofrece ayuda, y Nico la habría rechazado; el último registro fílmico, de los que se hicieron públicos, es de unos minutos después cuando se lo ve a Nico caminando por Las Araucarias, esquina Los Tulipanes, a pocos metros de un puente precario de durmientes y sin baranda construido hace 30 años por los vecinos, que cruza el arroyo Aguirre; se lo ve probablemente recuperado porque camina aparentemente a pie firme llevando las manos en sus bolsillos.

Según la hipótesis que se presenta como más probable, Nico habría resbalado o perdido el equilibrio y cayó al arroyo, que en ese momento estaba con mucho caudal de agua debido a que llovió copiosamente durante toda la noche y la madrugada; su cuerpo fue encontrado 80 horas después en un puente que pasa por la calle Las Hortensias, distante a 150 metros del lugar donde habría caído el joven. La autopsia posterior indica que murió ahogado.

Pero para llegar a todo esto que se relata y que el tema fuera cubierto incluso por los medios nacionales, la familia se tuvo que movilizar desde un primer momento, desde que Nico no llegó a su casa y nadie sabía nada de él, desde que sus padres constataron que su celular había dejado de emitir señal a las 3 de la madrugada. La familia, con gran acompañamiento del barrio y amigos, cortaron la ruta en Tristán Suárez y también en Ezeiza. Y recién ahí comenzó la búsqueda de parte de las autoridades municipales y la policía. En esos cortes se reclamaba que “habiliten las cámaras”, fundamental para saber qué pasó con Nico desde las 4.10 hasta las 8, y también que pasó antes dentro del boliche. La mamá de Nico afirma que en las últimas imágenes de su hijo lleva una ropa que es no es la que se puso al salir.

En los distintos portales de noticias de Ezeiza son innumerables las exclamaciones de bronca de parte del vecindario por esta muerte absurda que tranquilamente podría haberse evitado si las condiciones de esparcimiento y diversión de la juventud y la situación de los barrios y la seguridad para transitar el espacio público fuesen otras. Hubo quien dijo “la intendencia de los Granados contó con innumerables drones para la ‘fiesta del día del distrito’, y para esta búsqueda sólo mandan uno”, otros señalaron la desidia municipal ya que “en 30 años no pudieron hacer un puente como la gente”, otros la emprendieron contra los empresarios de los boliches “lucran hasta el hartazgo con la venta de alcohol a los pibes y luego los expulsan a la calle sin ningún tipo de asistencia”, alguien también señaló que “en los boliches en ocasiones los patovicas los cagan a palos a los pibes”. Ahora tardíamente los vecinos informan que el municipio está sacando puentes precarios que hay en algunos zanjones afluentes del arroyo.

Como se ha señalado en esta crónica está claro que esta muerte se da en el marco de las condiciones de la explotación capitalista de la diversión de la juventud y la precariedad general, ¡y peligros!, que se vive en el espacio público de los barrios de los trabajadores; a un km o algo más hacia un lado y otro del recorrido del arroyo Aguirre hay countries, donde la situación es totalmente diferente, sin estos riesgos para sus habitantes; uno de ellos es Terralagos, un megaemprendimiento para sectores de altos ingresos. El contraste entre los countries y los barrios precarios no podría ser mayor, en el kilómetro y pico que hay desde el límite entre Terralagos y el barrio Sol de Oro hasta el barrio La porteña, más precisamente hasta el puente precario donde habría caído Nico, hay decenas y decenas de casitas rancho precarias construidas prácticamente sobre el arroyo; son los lugares donde los partidos políticos que responden al interés capitalista van a buscar su voto, y donde más hacen demagogia, para luego, pasada la elección, dejarlos en el olvido.

Con gran tristeza y bronca escribimos estas líneas, sabiendo que perdió su vida un joven de nuestra clase que tenía todo por delante. Enviamos nuestras condolencias a su familia. Y abogamos por la organización de la juventud y de los trabajadores en todos los ámbitos (laboral, estudiantil, barrial), para terminar con el régimen que nos impone las condiciones de vida que llevaron a esta muerte.

Revista EDM