Catamarca: la victoria de Jalil refuerza al gobierno de Milei

Escribe Bruno Corzo

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En Catamarca, las elecciones legislativas del 26 de octubre dejaron como resultado la victoria de Fuerza Patria, la lista encabezada por el gobernador Raúl Jalil, que buscó durante toda la campaña despegarse de su papel de colaborador directo del gobierno nacional y presentarse como una falsa oposición. Sin embargo, esa maniobra quedó rápidamente desmentida, porque Jalil no tardó en retomar su postura de alineamiento con la Casa Rosada. A pocos días de los comicios, fue uno de los primeros gobernadores en confirmar su presencia en la reunión convocada por Milei y en declarar públicamente su apoyo a las reformas laborales y tributarias que apuntan directamente contra los trabajadores.

Las elecciones en Catamarca se desarrollaron bajo un esquema de votación doble —una urna con boleta única para cargos nacionales y otra con boletas partidarias para cargos provinciales. Ese desfasaje no alteró las tendencias políticas de fondo. Con una participación del 68% del padrón, el resultado para diputados nacionales mostró la supremacía de Fuerza Patria, la lista del gobernador Raúl Jalil, que obtuvo 100.961 votos (45,73%), seguida por La Libertad Avanza (LLA) con 74.423 votos (33,71%). De este modo, Jalil aseguró la renovación de dos bancas en el Congreso, mientras que Milei conquistó una. Provincias Unidas apenas alcanzó el 6,5% (14.000 votos), sin incidencia real en el reparto de representación.

En el plano provincial, el panorama mostró una mayor dispersión electoral. A las nueve listas nacionales se sumaron cuatro fuerzas locales, alcanzando un total de trece. Este fraccionamiento, sin embargo, no impidió que se mantuviera la tendencia dominante: el oficialismo de Jalil retuvo la mayoría, mientras que emergió una novedad relativa con el ascenso del MID (Movimiento de Integración y Desarrollo), que con el 8% de los votos (16.500 sufragios) logró colocar dos legisladores. Afuera quedó el Partido Unión Patriótica Catamarqueña. El nuevo parlamento provincial se configura así: Fuerza Patria con 22 bancas, LLA con 10 más tres radicales aliados, MID con 3, UCR con 2 y PRO con 1, sobre un total de 41 escaños.

Se ha consolidado una Cámara profundamente reaccionaria, comprometida con los planes de ajuste y la política de colaboración con el gobierno nacional.

La oposición catamarqueña, por su parte, está constituida, en gran medida, por la propia fuerza presidencial y por sectores que facilitaron el ascenso de Milei en la provincia, directa o indirectamente. Este esquema de complicidades se repite en la Cámara de Senadores —donde el dominio de Fuerza Patria es casi absoluto— y se extiende a los municipios y concejos deliberantes, reproduciendo en todos los niveles del Estado un régimen de subordinación política y económica a los dictados del capital.

Política Obrera participó por primera vez en una elección catamarqueña bajo esta denominación, retomando un programa histórico que el Partido Obrero abandonó desde 2019. Esa continuidad se expresó en una campaña militante y clasista, sostenida sobre la intervención pública con un contenido socialista frente a la catástrofe social y la política de barbarie que unifica tanto a las fuerzas provinciales como nacionales. La consigna “Jalil es Milei” se confirmó de inmediato con el alineamiento del gobernador al paquete de reformas laboral y tributaria impulsadas por el Ejecutivo nacional, ratificando la continuidad de la motosierra contra los trabajadores.

La lista de Política Obrera, en todas sus categorías, estuvo integrada por trabajadores y estudiantes que participan activamente en las luchas abiertas por los conflictos laborales y educativos. Entre ellos se destacan docentes autoconvocados y referentes de las obreras textiles que protagonizaron una acción ejemplar en defensa de los puestos de trabajo mediante la ocupación de la fábrica TextilCom. Durante la campaña, el gobierno provincial y la burocracia sindical de ATECa lanzaron ataques difamatorios contra el primer candidato, lo que generó un repudio entre sectores docentes, que reivindicaron su trayectoria y el derecho de los trabajadores a intervenir políticamente. En el caso de la referente obrera textil, su candidatura fue respaldada por la inmensa mayoría de sus compañeras, quienes se pronunciaron frente a los atropellos del gobierno y las patronales, reconociendo en su participación una expresión de la lucha de las trabajadoras.

En el plano electoral, el FIT-U (MST + PO) alcanzó el 1,92% (4.133 votos) en la categoría nacional; frente al 1,7% (3.670 votos) obtenido por nuestra lista. Sin embargo, mantiene un estancamiento de larga data. El voto en blanco y nulo -entre el 5 y el 6%, de 12.000 a 14.000 votos- expresó también un desencanto ante las variantes del régimen. Política Obrera, a pesar de no haber presentado listas municipales más allá de Capital y Valle Viejo, logró afianzarse en varios departamentos -Valle Viejo, Fray Mamerto Esquiú, Capayán y Tinogasta- donde la recepción de su programa marcó un avance en la construcción de una referencia obrera y socialista en la provincia.

Política Obrera da sus primeros pasos en Catamarca en el terreno electoral, como expresión de un joven agrupamiento de militantes, pero con una trayectoria de lucha. La lista tuvo la particularidad de haber sido encabezada por un referente de la lucha docente autoconvocada, movimiento que este año protagonizó una irrupción masiva que derrotó a una reforma educativa que intentó aplicar Raúl Jalil. Aunque una fracción de los docentes luchadores acompañó a nuestra lista, una masa importante de trabajadores y docentes dirigió su voto a las alternativas electorales que fueron responsables del ajuste y el vaciamiento educativo, en particular, y en general, de la catástrofe social y económica. Esta cuestión pone de manifiesto que existe por delante la gran tarea de desarrollar una conciencia obrera y socialista entre los luchadores, y, como consecuencia de ello, un partido enraizado en los explotados de Catamarca. Aunque Política Obrera fue reconocida por un sector de trabajadores, aún queda por delante una tarea de estructuración política y organización militante.

La crisis social y política no se cierra con las elecciones. Los desafíos que se avecinan -el avance de la reforma laboral, la destrucción de salarios y jubilaciones y el deterioro de la vida- exigen una respuesta colectiva basada en la lucha, la coordinación y la acción autoconvocada. En ese camino, resulta indispensable impulsar la estructuración de Política Obrera en toda la provincia, incorporando al debate y a la acción a los trabajadores, capaces de unir las experiencias dispersas y transformarlas en una fuerza política independiente de todos los bloques del régimen.

Revista EDM