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En medio de los anuncios de la desregulación de las cuotas a las escuelas privadas un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestra cómo hace una familia para poder llegar a fin de mes. El primer dato es que aumentó en un 28.9% el pago de “gastos corrientes” con tarjetas de crédito o el pedido de fiado en el almacén. En 2003 el 22 por ciento de los hogares pagaba con tarjeta de crédito o por “libreta” gastos cotidianos, hoy la cifra escaló a 50,9%. Hay familias que están pagando el boleto de subte o colectivo con la tarjeta de crédito, lo que empezó como una promoción con devoluciones de porcentajes ante el aumento de las tarifas en el transporte se volvió una necesidad regular por el congelamiento salarial de la mayoría de los gremios.
En la comparativa entre el segundo semestre de 2003 -plena crisis post 2001- y el primer semestre de este año hubo un crecimiento del 17,5 de hogares que necesitaron gastar sus ahorros para poder afrontar los gastos mensuales. La plata en el colchón que se usaba para las vacaciones o para cambiar el coche se transformó en un gasto para comida, tarifas como la luz el gas o intentar mantener el nivel de vida de la familia afrontando las cuotas de escuelas privadas, prepagas, clubes y clases extracurriculares de los hijos. Respecto de adquirir deudas con entidades bancarias o no formales un 10% más de hogares tuvo que recurrir a ese recurso, siendo los hogares de menores recursos los más endeudados.
Mientras que en 2003 los hogares de altos recursos que solicitaban préstamos no alcanzaban a un 3,7%, en 2025 la cifra se duplicó. Los niveles medios pasaron del 9,5 al 16,1% y en los sectores bajos pasaron de 12,3 a 17,4%. Las dos cifras que más se acercan son el número de hogares de clase media y de clase baja que necesitan acudir a préstamos bancarios para los gastos regulares.
Otra situación que analiza el INDEC es el crecimiento que hay en los hogares de ayudas “de ingresos en especies”. Entre los trabajadores desocupados, del trabajo informal o trabajadores de convenio con salarios bajos se extiende recibir ayuda en forma de especies. Reciben bolsones de comida de organizaciones sociales o religiosas o del propio Estado mientras que esas ayudas entre la clase media y la clase alta suele darse entre miembros de la familia. Se trata de comida, ropa u otros elementos que puede necesitar una familia para afrontar los gastos del mes.
En el periodo que abarca los últimos 12 meses la inflación en Argentina fue de 31,3% (sólo en octubre fue de 2,3%) pero las paritarias están congeladas o son en cuotas del 1%. La farsa de que no hay inflación no la puede creer nadie, el aumento constante en alimentos, transporte y tarifas por un lado, y el techo salarial por el otro, es lo que genera que las familias tengan que salir a quemar ahorros y endeudarse para afrontar los gastos cotidianos.
En el último mes sólo el transporte aumentó 3,5 quedando entre los que más crecieron del Índice de Precios al Consumidor (IPC–INDEC) seguido de un 2,8 de los precios de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles. A excepción de la Patagonia, el ítem con mayor impacto en la medición fueron los alimentos y las bebidas no alcohólicas con el 2,3%.
El informe del Índice de Precios al Consumidor compara los aumentos respecto del mismo mes de 2024 y otra vez quedan blanco sobre negro las causas por las cuales se extendió el número de hogares de la clase media y alta que debieron usar ahorros o apelar a préstamos: Sólo en la educación privada hubo un aumento del 59,5% comparado con octubre del año pasado y le sigue el ítem de restaurantes y hoteles con el 45,8. Según el organismo estatal, el ítem con mayor aumento que impacta en asalariados y desocupados es el de vivienda, servicios y combustibles con un 45,6%. Las cifras son un promedio a nivel nacional, pero hay regiones como la patagónica en la que los aumentos en educación -en el término de 12 meses- fueron de un 89%.
Ante este panorama que promete empeorar en los próximos meses con más aumentos, despidos y la Reforma Laboral que va a flexibilizar los convenios y las condiciones de trabajo, es que debemos organizarnos para poner fin a un gobierno comprometido en arrasar las condiciones de vida de las mayorías.
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