Crisis en las villas: conclusiones de un debate

Escribe Julián Asiner

Tiempo de lectura: 3 minutos

Alrededor de 100 compañeros y compañeras, trabajadores, activistas y militantes participaron este sábado del plenario convocado por las agrupaciones Tribuna de Salud, Tribuna Docente y por el Polo Obrero (Tendencia) para debatir la crisis acuciante que atraviesan los llamados barrios “vulnerables”, o vulnerados, ante la emergencia de contagios de Covid. Participaron profesionales de la salud de hospitales como el Moyano, el Penna, el Ramos Mejía o el Tornú, de diferentes CeSACs, trabajadores sociales dependientes del GCBA, docentes de las escuelas de Villa Oculta, las villas 20, 21-24 o 1-11-14 de Bajo Flores, del plan Fines, de referentes del Polo Obrero de Villa 31, de La Boca y de diferentes barrios de CABA y el ex legislador y dirigente de la Tendencia del Partido Obrero, Marcelo Ramal.

El plenario abordó la situación dramática que se desarrolla en las barriadas. Los activistas y militantes villeros fueron quienes, en ausencia de toda previsión y acción planificada desde el Estado y los gobiernos de CABA y Nación, les pusieron el cuerpo a las necesidades más urgentes. Las diferentes intervenciones dieron cuenta de cómo las condiciones de hacinamiento, carencia de recursos, de servicios elementales contradicen el mandato oficial, “quedate en casa”. Los gobiernos de la especulación inmobiliaria ahora corren desde atrás a la pandemia en las villas, poniendo de manifiesto el carácter trucho de sus “urbanizaciones” El lanzamiento del operativo “Detectar”, precario e insuficiente, se hizo una vez constatado el aumento de contagios. Esta precarización envuelve también a los trabajadores de salud, que luchan por sostener sus labores incluso a pesar de las directivas oficiales, y a los trabajadores de la educación, comprometidos en la asistencia alimentaria sin elementos de protección adecuados, y en una educación virtual sin medios a su alcance.

La llegada del Covid a las villas, con más de 5.000 casos confirmados y 47 fallecidos al momento de realizar el plenario, puso en alarma a las organizaciones barriales, sociales y los trabajadores que desenvuelven sus tareas en esos barrios. Se realizaron asambleas comunes, intersectoriales, que pusieron por escrito sus denuncias y realizaron cortes y otras acciones de lucha, como ocurrió entre el Piñero y las organizaciones de Bajo Flores, o entre los CeSACs del Penna y la Villa 21-24 y barrio Zavaleta. Las reivindicaciones contra el hambre, la falta de elementos de limpieza y los cortes de agua y luz se unieron a los pedidos de protección para los trabajadores de la salud y educación y a la necesidad de establecer protocolos barriales para prevenir, detectar y asistir a las personas contagiadas. Caracterizamos que la “prolongación” de la cuarentena dispuesta por Larreta-Fernández-Kicillof ha dado vía libre a todo tipo de actividades comerciales y productivas no esenciales, y esto incrementará la circulación del virus, colocando al rojo vivo todos estos problemas no resueltos.

El plenario profundizó en la situación de las ollas populares puestas en pie por el Polo Obrero gracias a una campaña solidaria de donaciones. Las ollas irrumpen en las barriadas, convocando y asistiendo sin distinción a los vecinos aledañas a ellas, rompiendo con la tradicional fragmentación que pretenden imponer los punteros y sus organizaciones integradas al Estado. Rechazamos la política tercerizadora de los gobiernos, que en algunos barrios pretendieron parcelizar las manzanas, colocándolas bajo la responsabilidad de diferentes organizaciones que quedarían convertidas en brazos ejecutores del Estado. En oposición a este intento de integración de las organizaciones sociales a una suerte de disciplina de la miseria, postulamos la transformación de las ollas en asambleas populares y la elección de representantes para conformar organismos colectivos, con delegados de las diferentes manzanas, organizaciones y sectores.

El desarrollo de estas asambleas y comités, integrando a trabajadores de la salud y de la educación, es una tarea que cobra un contenido inconfundiblemente político. Empujados por la crisis y la necesidad de dar respuesta a los problemas más acuciantes, vecinos, activistas, docentes, trabajadores sociales y profesionales de la salud ponen en pie una organización propia, que confronta con la organización social dispuesta en la Ciudad y su política anti-sanitaria de rescate a los capitalistas. El plenario votó emitir una declaración alentando este proceso de unificación por abajo y la construcción de redes y comités comunes allí donde aún no existen. Una primera parada la tendremos este próximo miércoles 10 de junio, donde diferentes asociaciones y asambleas coordinarán una jornada de lucha de la salud, con cortes, aplausazos y acciones en hospitales, CeSACs y las barriadas, ante la parálisis cómplice de las grandes organizaciones sindicales.

LEER MÁS Larreta marca los términos de la nueva “cuarentena”

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera