Escribe Olga Cristóbal
No a la guerra imperialista.
Tiempo de lectura: 4 minutos
El viernes, los estudiantes alemanes, tanto secundarios como universitarios, salieron a las calles para oponerse a la reintroducción del servicio militar obligatorio -que había sido cancelado en 2011- y dejar en claro que la “Alemania blindada” que postula el gobierno de Friedrich Merz no cuenta con ellos, decididos a no ser carne de cañón de las pujas bélicas capitalistas.
La respuesta de la juventud fue impactante: en al menos 89 localidades se llevaron a cabo los paros, según el diario Junge Welt. En Berlín salieron a manifestarse unos 40.000 alumnos, apoyados por las juventudes del sindicato de educación GEW. El seguimiento fue mayor, según la policía, en Berlín, Munich y en la ciudad de Kiel. La convocatoria está organizada por la alianza “Huelga escolar contra el servicio militar obligatorio”.
Las pancartas muestran consignas como “Contra el servicio militar”, “Ningún servicio militar obligatorio para una generación a la que no han preguntado nunca”, “Hablar en lugar de luchar” o “Nuestro futuro es nuestro”. Desde un pequeño escenario, los organizadores han hecho un llamamiento a “aprender de la historia” y han afirmado que “el rearme crea más inseguridad”.
Ese mismo día, la coalición de gobierno, formada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU) más los socialdemócratas, aprobó en el Parlamento la «Ley de modernización del servicio militar» con los votos en contra de la izquierda (Die Linke), del partido verde (Bündnis 90/Die Grünen) y también de la extrema derecha (AfD). La ley, aprobada por 323 diputados, con 272 votos en contra y una abstención, pasará a la Cámara Alta, que se espera la sancione antes de Navidad.
Según la nueva normativa, a partir de 2027, todos los jóvenes varones nacidos a partir de 2008 en unas cohortes de unos 300.000, deberán someterse a un examen médico obligatorio que los incluirá en un listado nacional. De esta lista se seleccionarán 40.000 jóvenes al año que deberán cumplir el servicio militar, y la selección se realizará mediante un mecanismo de sorteo.
Alternativa por Alemania (AfD) votó en contra porque propone un servicio obligatorio para todos los jóvenes. Para los verdes, la derecha también se quedó corta: durante el debate arguyeron que la experiencia ucraniana demuestra que un país no se defiende solo con sus jóvenes y querían extender el servicio militar o civil a otros sectores de la sociedad. Un economista, Marcel Fratzscher, propuso obligar a los jubilados a prestar doce meses de servicio social obligatorio. Ese es el aire de los tiempos en una Europa que se prepara explícitamente para la guerra.
La ley acata los objetivos de la OTAN, que exige que Alemania alcance una fuerza militar total de 460.000 hombres, compuesta por 260.000 soldados activos y 200.000 reservistas. La Bundeswehr se encuentra muy lejos de esas cifras, con sólo 182.000 soldados activos y unos 49.000 reservistas.
“Tenemos que prepararnos para una situación de tensión o defensa, tenemos que saber dónde viven y dónde se les puede localizar, como se hacía antes, en la época del servicio militar obligatorio”, explican desde el Ministerio de Defensa.
El obediente canciller Merz quiere que Alemania tenga “el Ejército convencional más fuerte de Europa”, en un momento en que Trump “puso en cuestión su compromiso de defender a sus aliados europeos tradicionales” (Perfil 9/12). Merz subrayó la semana pasada que la paz y la libertad “no son gratis” y que la defensa es una tarea que incumbe a toda la sociedad e impulsa el rearme de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) a un ritmo vertiginoso.
La restauración del servicio militar obligatorio forma parte de la militarización de la sociedad en su conjunto. El gobierno alemán se prepara para llevar a toda una generación a los cuarteles y las trincheras 80 años después de la carnicería de la Segunda Guerra Mundial.
La reforma no llega a introducir el servicio militar obligatorio, pero incluirá una evaluación obligatoria de todos los hombres mayores de 18 años y medidas como salarios más altos destinadas a hacer el servicio más atractivo. Sin embargo, está previsto que, si el reclutamiento “voluntario” no garantiza el número de soldados deseado, se avanzará directamente al obligatorio sin aditamentos. Pero eso exigiría un nuevo decreto y la aprobación parlamentaria. Para evitar llegar hasta ese punto, se intenta incentivar a los jóvenes con un sueldo mensual de al menos 2.600 euros brutos.
La ley mantiene el derecho a la objeción de conciencia porque tiene rango constitucional, pero los objetores estarán obligados a realizar algún servicio civil. Las mujeres y personas diversas tampoco estarán obligadas. No obstante, “si el gobierno decide declarar el estado de alarma —algo que vienen solicitando en voz alta importantes políticos de la CDU—, la prestación militar volvería a ser obligatoria para todos los hombres sin excepción”. Asimismo, las empresas civiles podrían ser obligadas a producir material militar.
Francia, que había suspendido el servicio militar obligatorio en 1997, anunció que lo introducirá nuevamente, aunque de carácter voluntario. Se proponen entrenar por 10 meses a miles de voluntarios de 18 y 19 años. La misma decisión tomaron Países Bajos y Bulgaria, aunque hace ya un par de años.
Bélgica introducirá un servicio militar voluntario de 12 meses de duración para hombres y mujeres, a partir del próximo año. Polonia aspira a formar 100.000 jóvenes al año para 2027.
En Dinamarca, el gobierno amplió el servicio militar de cuatro a once meses el año pasado y, desde el 1° de julio, lo hizo obligatorio también para las mujeres.
En Finlandia, los reclutas prestan servicio entre seis, nueve o 12 meses, según su especialidad y rango (es voluntario para las mujeres).
En 2013, Noruega también impuso la obligatoriedad del servicio militar de 12 meses para las mujeres, alegando la igualdad de género. Se selecciona a alrededor del 15 % de cada grupo de edad, basándose en sus habilidades, motivaciones y otros criterios.
Las campañas de reclutamiento se dan en paralelo a un reforzamiento de los presupuestos militares y el rearme masivo, que tienen como contracara un fuerte ajuste en el gasto social. La OTAN votó en su última cumbre llevar el gasto militar al 5 % del PBI para 2035.
El 28 de noviembre una huelga general convocada por una alianza de sindicatos de base antiburocráticos paró Italia contra el presupuesto 2026 -el presupuesto de guerra- de Giorgia Meloni.
Los jóvenes alemanes y los obreros italianos son la avanzada en la lucha contra la barbarie bélica del capital.
El imperialismo alemán se rearma y amplia su reclutamiento Por Michele Amura, 21/10/2025.
