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La CGT anunció una movilización a Plaza de Mayo para el próximo jueves 18 de diciembre contra la reforma laboral. No habrá paro ni están previstas asambleas, con lo cual será una movilización del aparato de la burocracia. Desde que asumió Milei, las ´movilizaciones´ cegetistas han tenido marcadamente ese carácter. El consejo directivo de la central declaró que su ´plan de lucha´ incluirá “medidas graduales”. El Gobierno, en cambio, tiene previsto obtener la media sanción de la ´reforma laboral´ -en realidad, mucho más que una reforma laboral- a más tardar en febrero. La burocracia ha iniciado una ´rosca´ con senadores del peronismo y de Provincias Unidas, al solo efecto de blindar sus prerrogativas. En cambio, “no ve condiciones para protestar en la calle” (LPO, 10/12). Apuesta a "debilitar" la reforma laboral en el Senado (ídem).
El proyecto de ´Reforma Laboral´ apunta a un cambio de régimen económico y político, suspendiendo los derechos políticos de la clase obrera en los lugares de trabajo. Mientras va a fondo contra los trabajadores, el gobierno morigeró los puntos que pudieran afectar a la caja de los sindicatos: no tocarán las cuotas sindicales de los no afiliados y sólo los gremios con personería podrán firmar los convenios por empresa. Estas concesiones a la burocracia sindical delatan un acuerdo de fondo. El ´plan de lucha´ cegetista no será ni siquiera testimonial. Apunta a enterrar cualquier lucha real contra la reforma. La CGT ha cifrado su expectativa en 150.000 asistentes (Infobae, 12/12), nada más que para elevar la vara y acusar por una menor convocatoria al ´desinterés´ de la base. La CGT no marchará, sino que concentrará en Plaza de Mayo, para no transigir el ´protocolo´ represivo de Bullrich, como ya acordó en ocasiones anteriores. El propósito de manifestar en Plaza de Mayo -cuando la discusión ha ingresado al Congreso-, con la excusa de que en la Rosada “se toman las decisiones”, es sacarles la presión a los senadores y diputados del propio palo. El peronismo y la CGT protagonizarán una farsa de negociación legislativa para sacar adelante un proyecto de cuño fascista.
En el encuentro del nuevo Consejo Directivo, el titular de la CGT Jorge Sola (Seguros) propuso “atacar” por tres flancos el proyecto de ley: “medidas gremiales graduales; si se aprueba la ley, en la Justicia, y con acciones políticas junto con Unión por la Patria”. Son todas vías muertas. La vía judicial suspendió la aplicación de la reforma laboral incluida en el decreto 70/23, pero no tendrá asegurado el mismo efecto cuando se trata de una ley sancionada por el Congreso. La Justicia Laboral había fallado contra la constitucionalidad de aquel decreto porque el Congreso se encontraba en pleno funcionamiento y no se justificaba su “necesidad y urgencia”. No será este el caso, aunque algunos artículos de la reforma sean eventualmente materia de discusión jurídica.
La CGT anunció “acciones políticas junto a Unión por la Patria”, en medio del derrumbe del peronismo como consecuencia de su intenso colaboracionismo con el gobierno liberticida. El plan de la CGT contempla “intensificar” las reuniones con los gobernadores, cuando los diputados y senadores de esa fuerza están pegando el salto hacia el gobierno. Solá insiste en que “la pelea debe darse artículo por artículo” para dejar en claro que no piensa hacer nada. “No se puede permitir el ataque al modelo sindical”, aseguró, clarificando que la única discusión que le importa a la CGT es el resguardo de sus prebendas. “La reforma no va a generar empleo, sino que lo que genera empleo es la inversión". De pelear por salarios y contra los despidos y suspensiones, ni una palabra. Mientras el Gobierno busca que salga la ley antes de fin de año, la CGT se prepara para un “largo debate”.
El reclamo de la CGT de que se la convoque a una “mesa de diálogo” junto con los empresarios es una excusa. Ya ocurrió en el Consejo de Mayo, que la CGT legitimó con la presencia de Gerardo Martínez. Los voceros cegetistas han evitado por todos los medios arrojar definiciones sobre la reforma. “Esto se hace sin una mesa de diálogo con los dos sectores que más tienen que ver con esto, el sector que invierte y la fuerza de trabajo”, dice Sola a modo de queja.
La concentración de la CGT, sin marcha ni paro, sin debate con los trabajadores y sin continuidad ni plan de lucha, tiene el propósito de ´copar´ la parada y bloquear cualquier iniciativa independiente. Su complicidad con el proyecto de reforma laboral del Gobierno es inocultable.
Nuestro partido, Política Obrera, concurrirá a la Plaza de manera independiente, con la consigna “Abajo la reforma laboral fascista”.
