Tapia, el valor de una frase histórica: “Es la política”

Escribe Juan Ferro

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En los años que escribo sobre futbol nunca he elegido darle al mismo el carácter de una crónica policial, sino que los trabajadores desentrañen a través de las ideas lo que está en juego muchas veces en la violencia en el fútbol y los negocios del fútbol.

El “caso Tapia”, con la judicialización de la AFA, los allanamientos a los clubes, la investigación de las actividades financieras y el manejo aberrante de la dirección del fútbol local, con el arreglo de campeonatos y manipulación de resultados a través de dudosos arbitrajes, ha tomado la forma de un entramado que se aleja del fútbol y cada día va tomando un contenido de carácter policial.

La actuación de Tapia en estos 8 años de gestión ha seguido con sus métodos semi mafiosos la impronta que le marcaba la COMEBOL y la FIFA, La ampliación de los negocios del fútbol, más equipos, más campeonatos, apertura a más sponsor, a más televisación, y a más posibilidades de las apuestas deportivas.

Pero esto no basta. La ofensiva actual de la Justicia tiene que ver, políticamente, con la falta de adecuación de Tapia al esquema mundial de entrada de capitales a los clubes de fútbol, que no está referida solamente a la creación de sociedades anónimas, sino a variables de composición mixta entre la asociación de capitales con el “club social y deportivo”.

Los clubes argentinos, en la mayoría de los casos, están quebrados. En estos días se realizarán elecciones en Newells y el que gane se encontrar con una deuda que, sin los intereses, es de 40 millones de dólares. Esta realidad, es un espejo de la economía de los clubes que hoy, presionados y chantajeados por Tapia, han rechazado los ingresos de capitales y han recurrido los “auxilios” que llegan desde la AFA. Esta decisión casi obligada se ha transformado en un “búmeran” que ha transformado estas “ayudas” en lo que los argentinos conocemos como “la deuda externa”, que para los clubes y para los argentinos se ha transformado en algo impagable.

La “ayuda” de la AFA a través de financieras (SUR) se está cayendo. Entonces empieza a aparecer con más fuerza en Argentina lo que ya ocurre en Brasil, Uruguay, Chile y en toda Europa: la presión por entrada de las sociedades anónimas y estas asociaciones de capital.

Paradójicamente, en Argentina, dos tradicionales e históricos rivales del fútbol de La Plata como Estudiantes y Gimnasia y Esgrima, hoy coinciden en este ingreso de capitales. Al presidente de Estudiantes de la Plata -un adelantado en esto del ingreso de capitales- le ha aparecido un inesperado seguidor. El reciente presidente electo -por una importante mayoría de votos- en Gimnasia, Carlos Anacleto, tiene la misma posición que Verón. Es partidario de asociar al club con capitales privados.

Tapia atraviesa una encrucijada que no es nueva en el fútbol: se adapta, como Julio Grondona, a los tiempos políticos que atravesó el país -ya fueran milicos, peronistas o radicales- o elegirá el camino de ser una suerte de “perseguido político”.

Los logros de la Selección Argentina le están quedando lejos a Tapia y no tendrá el apoyo de los campeones mundiales donde todos juegan en equipos que son sociedades anónimas o clubes con ingreso mixto de capitales – o peor aún, franquicias como la de la MLS norteamericana.

Las tendencias capitalistas mundiales a las sociedades vendrán con o sin Tapia. Son más fuertes que las de un puntero político del fútbol. O Tapia se adapta a esta tendencia mundial o más temprano que tarde tendremos a través de la judicialización un interventor en la AFA para abrir el camino a un presidente que se adapte mejor a los negocios capitalista.

La pelota -manchada o no- sigue rodando.

Revista EDM